Blindaje a la arquitectura industrial madrileña

Es un reconocimiento a esa arquitectura industrial de comienzos del siglo XX, que en muchas ocasiones se ha perdido al cesar su actividad fabril. En este caso, el Gobierno regional ha iniciado ya los expedientes para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) estos dos lugares, en la categoría de Sitio Industrial.

Por un lado, se encuentra la antigua fábrica de cerveza El Águila, situada en el distrito de Arganzuela de la capital, que hoy es el Archivo y la Biblioteca Regional. El edificio de la antigua fábrica es de estilo neomudéjar, y fue diseñado por el arquitecto Eugenio Jiménez Corera en 1912. Es uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura industrial de principios del siglo XX de la Comunidad de Madrid y uno de los complejos industriales mejor conservados de la capital.

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Con el actual expediente, el Gobierno regional protegerá los elementos arquitectónicos originales de los siete pabellones. Lo que se conserva esencialmente de los mismos tras las obras de rehabilitación (1999-2003) son los muros perimetrales de la fachada, las cubiertas de madera del pabellón de los primeros silos y parcialmente las del pabellón de maltería. El edificio comparte apariencia exterior con otros que se levantaron en el Madrid industrial de aquellos años, como los antiguos almacenes de Tabacalera (1891) o la fábrica de Mahou en la calle Amaniel (1892). Su sistema de construcción se caracteriza por el aprovechamiento expresivo del ladrillo macizo.

La fábrica fue incautada por el gobierno de la República durante la Guerra Civil, y tras el conflicto fue recuperada la propiedad. A finales de los años 60, entró en funcionamiento la nueva fábrica en San Sebastián de los Reyes (Madrid), que convivió con esta hasta que cesó la actividad en la capital, a mediados de la década de los años 80. Esta fábrica permaneció abandonada hasta el año 1993, cuando la propiedad pasó al Ejecutivo regional.

Por lo que se refiere a los elementos que quedan en pie de la fábrica Falcó y Giralt Laporta, la factoría de porcelana de Valdemorillo, también serán objeto de blindaje. Concretamente, el expediente se refiere a los hornos Vulcano, Moisés y Progreso –tenían nombre–, el depósito de agua y el pudridero de caolín (espacio utilizado para almacenar y preparar el caolín, una arcilla blanca utilizada en la fabricación de loza y porcelana), que se encuentran situados en el interior de la actual Casa de la Cultura Giralt Laporta.

La fábrica de loza y porcelana fina fue establecida en Valdemorillo en 1845, de la mano de Juan Falcó. Se la conocía popularmente como Sociedad del Aulencia, y se puso en marcha en la localidad gracias al descubrimiento de un yacimiento de caolín en la zona, y a su proximidad a la capital.

Fue la primera empresa en España que introdujo la decoración floral por calcomanía, lo que le valió hacerse con varios premios internacionales. De hecho, su trabajo fue muy apreciado incluso por la familia real, que encargó vajillas para Alfonso XII y Alfonso XIII. Tras cerrar sus puertas en 1914, volvió a abrir un año después, como Fábrica de Porcelana y Vidrio Giralt Laporta. Su actividad se extiende entonces a la fabricación de vidrio, porcelana dura para laboratorio y aislantes eléctricos, y se construyeron dos nuevas chimeneas.

La Guerra Civil afectó duramente a la fábrica: los bombardeos de la batalla de Brunete, en 1937, destruyeron casi totalmente la fábrica, quedando en pie tres de los hornos, conocidos como 'las tres chimeneas'.

La propiedad cedió al Ayuntamiento de Valdemorillo los terrenos, y sobre ellos construyó este su Casa de laCultura, que fue inaugurada en 1999, y que conserva como elemento emblemático esas tres chimeneas. Que a partir de ahora, contarán con un blindaje especial, como Bien de Interés Cultural.