El Ayuntamiento de Madrid estudia abrir la biblioteca y el acceso al Florida Park del Retiro en olas de calor

La polémica por echar el candado a los jardines urbanos resucita cada verano. El nivel máximo de alerta solo se activa un puñado de días al año, precisamente aquellos en los que los madrileños prefieren guarecerse del calor extremo bajo la sombra de los árboles. El semáforo del protocolo consta de cuatro colores; verde, amarillo, naranja y rojo, en función de las previsiones que traslada la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El último fija una «probabilidad elevada de caída de ramas y arbolado» cuando se producen dos escenarios.

Rachas de viento superiores a los 65 kilómetros por hora y una temperatura inferior a los 35ºC, o rachas de viento por encima de los 55 kilómetros por hora y el termómetro rebasando los 35º. El pasado domingo, la Aemet predijo rachas de hasta 65 kilómetros por hora y un máximo de 38ºC, el consistorio activó el protocolo -la quinta vez en lo que va de año- y los parques se desalojaron poco después del mediodía. Twitter también ardía con las quejas. El lunes, el alcalde popular, José Luis Martínez-Almeida, ordenó a su alfil, Borja Carabante, abordar el asunto con los otros tres grupos municipales, Más Madrid, PSOE y Vox.

«Es un sinsentido que El Retiro y otros nueve parques, en plena ola de calor, estén cerrados a cal y canto para la ciudadanía, que precisamente demanda espacios donde refugiarse ante esta situación extraordinaria, que cada vez va a ser más ordinaria», señaló después de la reunión el concejal de Más Madrid José Luis Nieto. El partido propone un «protocolo individualizado» para cada parque y, en el Retiro, que se acoten las zonas de riesgo. «Que no se meta en el mismo saco a todos los parques históricos de la ciudad, hay distintos parques con distintas tipologías y poblaciones de árboles», puntualizó. No es lo mismo El Retiro, donde viven ejemplares centenarios, que otros parques con árboles de un par de décadas de edad.

El grupo municipal socialista considera factible acotar puntos concretos y, sobre todo, abrir pasos seguros hasta la biblioteca municipal y el Florida Park del Retiro durante el calor extremo. «Desde Filomena y a raíz de una iniciativa del PSOE, el ayuntamiento cuenta con un organismo formado por expertos en arbolado que mejor que nadie podrán decir si existe un riesgo real», precisó el edil socialista responsable de Medio Ambiente y Movilidad, Ignacio Benito, que acudió junto a su compañero y encargado de Urbanismo, Antonio Giraldo. El nuevo concejal de Vox, Ignacio Ansaldo, también participó en la reunión, aunque se desmarcó del resto y abogó por ampliar el horario de apertura de los parques, incluso por las noches.

El protocolo como tal existe desde 2016, el mismo año en que murió un hombre de 58 años al caerle una rama en una zona ajardinada de Moratalaz. Dos años antes, en junio de 2014, un varón de 38 años fallecía aplastado por una rama en El Retiro y otro, en septiembre, mientras caminaba por una acera del barrio de Santa Eugenia, en Villa de Vallecas. La alarma social se desató en marzo de 2018, cuando un niño de cuatro años perdió la vida al derrumbarse un pino de gran porte durante un episodio de fuertes rachas de viento en El Retiro. Al año siguiente, el Gobierno en funciones de Manuela Carmena aprobó en caliente una revisión del protocolo, sobre todo, en lo que respecta al cerrojazo del emblemático parque.

En la reunión, el responsable de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ha puesto los datos sobre la mesa. En 2022 el nivel de alerta roja se activó 11 días, en los que se cayeron 123 ramas de gran porte y 17 árboles y se talaron dos ejemplares por riesgo de desplome. «Por tanto, el protocolo evitó problemas de seguridad a los visitantes [de los parques] durante esos 11 días», destacó Carabante. El 90% de las incidencias suceden en los meses más calurosos, julio, agosto y septiembre. Y en El Retiro, que «representa el 1,5% de las zonas verdes de Madrid», indicó el delegado, ha ocurrido «el 50% de los accidentes mortales», dos de cuatro.

Carabante tomó nota y ahora es el turno de los técnicos municipales. «El equipo de gobierno está dispuesto a matizar el protocolo de cierre siempre y cuando los servicios técnicos acrediten que esas matizaciones no suponen una minimización de las condiciones de seguridad de los 100.000 visitantes que todos los días acceden al Retiro», declaró el concejal. La próxima semana darán su veredicto. Después de capear la polémica ciudadana y política, Carabante insistió: «Quiero dejarlo bien claro, si los servicios técnicos no lo acreditan, no lo podremos modificar». Por muchas olas de calor que asolen Madrid.