'Autopsias' con drones desde el cielo para esclarecer accidentes

Por ello, la Policía Municipal de Madrid está usando el parque de drones del ayuntamiento para desenmarañar las circunstancias en que los siniestros más delicados que tienen lugar en la capital puedan ser dibujados al milímetro. Se trata no solo de conseguir una foto fija del momento de la tragedia; sino, a partir de ella, hacerse con todos los datos posibles sobre las circunstancias del caso y poder defenderlos en un juzgado.

En mayo de 2022, se produjo un violentísimo choque entre un autobús de la EMT y un joven de 22 años que iba en un monopatín. La calle de Silvano, en el distrito de Hortaleza, fue entonces la primera en ser trasladada al mundo digital con este sistema. El primero de los asuntos en los que se pudo empezar a crear esa realidad casi tangible: es la fotogrametría captada a través de drones, pertenecientes a la Unidad de Apoyo Aéreo del Cuerpo local, que va más allá de una imagen estática.

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Es una manera de ahorrar mucho tiempo y molestias. Ahora, con la técnica de la fotogrametría desde el aire, se ha avanzado mucho más. «Lo que conseguimos es hacer una foto fija del momento posterior al accidente. Cuando acudimos allí, nos interesa reflejar el escenario que nos encontramos, con todas las huellas y los vestigios. Antes se hacía siempre con un croquis a mano alzada y lo dibujábamos», añade uno de los agentes que se dedica a estos casos.

Pero hablamos de asuntos muy graves, a veces con muertes. Que acaban en juicio y que pueden llevar a gente implicada a la cárcel. Por eso, todo tiene que tener unas medidas lo más fidedignas posibles.

El método consiste en que el dron, desde su vuelo, lance fotografías de toda la zona. De cada escenario puede sacar hasta aproximadamente doscientas. Son las necesarias para que una nube de puntos, a través de un programa informático de último nivel, refleje como si de un cuadro hiperrealista se tratara, por ejemplo, la calzada a los edificios de alrededor, también sus volúmenes y distintas perspectivas.

Es decir, que se consigue una fotografía en tres dimensiones que hasta ahora era imposible de lograr. «Esto nos reduce todo el tiempo, el trabajo... Y es mucho más preciso. Cuando se elaboraba a mano en el lugar de un siniestro, utilizábamos la rueda de medir y una cinta métrica, lo que era mucho más más rudimentario», añade el agente. Eso sí, reconoce que aún se siguen dibujando algunos planos sobre las perspectivas que sacan de la cartografía habitual y de Google Earth, aunque esas imágenes puedan ser antiguas y, por lo tanto, contener (o haber perdido) elementos distintos del momento actual.

El operador de dron elabora un plan de vuelo con unas coordinadas y esas fotografías digitales que se obtienen se solapan, consiguiendo además medidas y distancias. «También, dibujando las aceras correctamente, las posiciones de los vehículos implicados, las huellas de frenada, los vestigios», añade el funcionario de la Unidad de Policía Judicial de Tráfico del Cuerpo municipal de Madrid.

Veámoslo en la práctica. No todos los accidentes se estudian con esta tecnología; suman alrededor de una docena en todos esos meses. Hay dos casos recientes y muy llamativos: el atropello múltiple durante una boda en Torrejón de Ardoz, que acabó con cuatro muertos, en noviembre de 2022, y en cuya parte técnica está colaborando con el Grupo V de Homicidios la Policía Municipal de Madrid; y el espantoso caso de la huida de un individuo con su familia en una furgoneta que se llevó por delante a dos personas de avanzada edad en el paseo de Extremadura, el pasado mes de abril. Ambos sucesos acabarán siendo tratados por un jurado popular, previsiblemente, al estar catalogados actualmente como homicidios con dolo.

El juez instructor y posteriormente el tribunal de la Audiencia Provincial deberán analizar los atestados que se están elaborando. «Les añadimos unos planos con la dinámica, a través de huellas y vestigios, de los testimonios de los casos e incluso los vídeos que se puedan recopilar», agrega uno de los investigadores.

Esta suma de nuevas oportunidades lleva a una consecución casi inmejorable de los resultados de las pesquisas. A nadie se le escapa que un perito de parte, en un juicio, podía tener hasta hace unos meses elementos técnicos más sofisticados con los que dotar de verosimilitud su relato. «Pero ahora hemos aumentado la calidad de nuestro trabajo y de cara a una vista oral seremos mucho más creíbles. Los programas que utilizamos están certificados».

Las huellas de frenada siguen siendo una de las pistas fundamentales para detectar la velocidad a la que iba la moto o el turismo (o cualquiera que fuesen los vehículos implicados), aunque sea «de manera estimada». El ABS, eso sí, lo ha puesto más complicado, aunque no imposible. Hay otros elementos tecnológicos, como el CDR, que funciona como una especie de antiguo tacógrafo: «Podemos obtener la información del automóvil implicado, para lo cual debe haberse producido un frenazo, una colisión, un volantazo...». Eso sí, se puede hacer con todos los homologados desde julio de 2022: «Y no es la panacea, siempre hay que apoyar los resultados con una buena inspección ocular».

En cambio, «los drones ofrecen un escenario con un margen de error que es mínimo; no solo de las mediciones de un elemento, también consiguen la deformación de un vehículo». Los primeros asuntos investigados a vista de pájaro llegarán pronto a juicio.