Asesina a la presidenta de su comunidad, con la que tenía deudas, y la tira a una escombrera en Toledo

En una publicación posterior, añadía que «es bajita», apenas 1,47 metros, y delgada (45 kilos). La Policía Nacional se activó, pero hasta este miércoles, ya de noche, no se descubrió un cadáver, calcinado, en una especie de escombrera en el pueblo de Las Ventas con Peña Aguilera, en Toledo, como adelantó ayer este periódico.

Y precisamente allí había vivido la mujer, una treintañera, que fue arrestada pocas horas después del suceso. Se trata de una vecina de Pilar, con quien «tenía rencillas anteriores», según fuentes consultadas por ABC. Pasará este sábado a disposición judicial.

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Carlos Hidalgo

El cuerpo se encontró esta noche en un paraje del municipio de Las Ventas con Peña Aguilera. Los investigadores apuntan a una sospechosa que, recientemente, se ha trasladado a vivir a Madrid

Una de esas constantes discusiones era, precisamente, por la deuda que habría contraído la presunta homicida con la comunidad de la calle de la Oca.

Ese es uno de los móviles que se investigaban al cierre de esta edición, aunque los agentes del Grupo V de Homicidios tenían abiertas más hipótesis. Estuvieron allí toda la tarde, sobre el terreno, con los Guías Caninos y la Científica, recabando pruebas y se mandaron restos para analizar, cotejar con el ADN de la víctima y confirmar al cien por cien que se trataba de Pilar. Paralelamente, también se registraron distintas propiedades de la sospechosa, Marta, en la localidad toledana, donde había residido, y en Carabanchel.

La familia Carretera Huertos, la de la arrestada, tras conocer la noticia, manifestó: «Estamos consternados con lo que ha pasado. Nosotros no tenemos nada que ver. La hija, hermana, pareja, amiga que conocíamos nos ha estado engañando a todos desde hace meses, no sabemos qué se le ha pasado por la cabeza, ni en qué problemas estaba metida, pues lo ha estado tapando a todo el mundo. La versión que sabemos es que tuvo una trifulca con una vecina que ha terminado en una desgracia. Únicamente, estamos atando cabos de informaciones que nos llegan. Estamos destrozados, pues nos estamos enterando de todas las mentiras que nos ha ido diciendo desde hace meses. Nunca, hemos detectado nada raro, ni sospechado nada. Sabemos que es culpable y, a pesar de lo mucho que la queremos, deberá pagar y asumir las consecuencias de sus actos«.