La vida rota de Néstor, el abogado que abandonó hace tres años Venezuela para convertirse en «rider»
Exiliado de su tierra en busca de un futuro mejor, este trabajador de Deliveroo falleció en la noche del domingo tras colisionar con su motocicleta contra un camión de la basura en la calle de Embajadores
Imagen del lugar donde Néstor perdió la vida tras impactar con un camión de la basura
A última hora del domingo, un fuerte estruendo rompió la tranquilidad en la calle de Embajadores, prácticamente vacía a esas horas por el toque de queda impuesto en la Comunidad de Madrid. Eran las 23.20 horas cuando Néstor Alexander P. M ., un venezolano de 48 años ... , regresaba a casa tras finalizar su jornada de trabajo e impactó con su motocicleta, en la que portaba una mochila de Glovo, contra la parte trasera derecha de un camión de recogida de basura del Ayuntamiento de Madrid. Sufrió varios traumatismos, entre ellos uno craneoencefálico severo y otro torácico, y entró en parada cardiorrespiratoria, de la que ya no volvería a salir.
Los primeros en llegar a la escena del suceso fueron dos enfermeros del Hospital Clínico y un enfermero jubilado del Samur, que bajaron de sus casas, próximas al lugar del siniestro, para atender al trabajador hasta la llegada de los sanitarios del Samur-Protección Civil. Allí estaban presentes los operarios del camión de la basura, que tuvieron que ser atendidos por una psicóloga, conocedores de la gravedad del accidente . No se pudo hacer más para salvar su vida.
Néstor había llegado hace tres años a España y trabajaba en la capital como «rider». Había tenido que experimentar la dureza de abandonar su Venezuela natal, donde se había formado como abogado , y dejar a parte de su familia, ahora rota por el trágico desenlace, para buscar una vida mejor. El que sí se había trasladado hasta la Península era su hermano Marcos , al que varios compañeros del fallecido están tratando de ayudar haciendo una colecta para hacer frente a los más de 2.400 euros que cuesta el proceso para despedir a Néstor. «Sus condiciones laborales no cuentan con un apoyo económico en este tipo de eventualidades» , apuntaba uno de sus compañeros.
Al tratarse de un accidente con resultado de muerte, la investigación, que corre a manos de la Policía Municipal, se ha judicializado , por lo que habrá que esperar para conocer las circunstancias exactas del suceso ocurrido en el número 168 de la calle de Embajadores, en el distrito de Arganzuela.
«Condiciones de seguridad y salud pésimas»
Según informó a ABC la empresa Glovo, este repartidor no estaba registrado ni operaba a través de su aplicación de Glovo y se investiga si Néstor había realquilado una cuenta de Deliveroo para seguir repartiendo. Esta última empresa ha enviado un comunicado interno en el que dicen estar «conmocionados y desolados» y envían condolencias a su familia y allegados. En dicho escrito, califican el suceso de «muy preocupante» y trasladan su «apoyo» a los trabajadores.
Según ha señalado CC.OO. Madrid, este siniestro «vuelve a poner en evidencia la extrema precariedad con la que este colectivo realiza su trabajo y la externalización del servicio a través de la figura de los falsos autónomos». «Desgraciadamente no es un hecho aislado. Hablar de reparto a domicilio es sinónimo de precariedad y de unas condiciones de seguridad y salud pésimas e inaceptables , caracterizadas por contratos precarios, motocicletas muchas veces antiguas y sin mantenimiento adecuado, EPIs insuficientes, ausencia de formación en materia de seguridad y salud», lamenta el sindicato.
Además, denuncian «una organización del trabajo que exige más cantidad de trabajo de la que se puede asumir en el tiempo disponible para hacerlo, con jornadas dispares, irregulares turnos de trabajo, sin horario fijo, y con sueldos de miseria , y donde lo importante es hacer el mayor número de repartos y rápidos, da igual que haga calor, lluvia o nieve». En ese sentido, han advertido que «la precariedad y la presión son una combinación que puede resultar mortal, como desgraciadamente sucedió ayer».
La problemática del falso autónomo
Desde hace años, los repartidores de las empresas de pedidos online están reclamando que se les reconozca como trabajadores de pleno derecho, con las mejoras que eso supone en sus condiciones: bajas laborales, un salario fijo, cumplir la ley de prevención de riesgos laborales o que se les proporcione material para cuplir las medidas de seguridad necesarias en un contexto de pandemia. De hecho, en septiembre del año pasado, el Tribunal Supremo dictaminó que los «riders» de Glovo son falsos autónomos porque las empresas «son titulares de los activos esenciales (la aplicación) para la realización de la actividad (el reparto)». Sin embargo, Fernando García, miembro de la plataforma Riders X Derechos, explica que al tratarse de un caso individualizado, la empresa defiende que no se pone en duda el modelo sino ese caso en concreto.
Lo cierto es que el Supremo consideró que los repartidores de comida a domicilio no cuentan con una organización empresarial propia y que prestan sus servicios dentro de la entidad de trabajo de las plataformas. Además, señaló que concurre características propias de una relación laboral por cuenta ajena como la dependencia y la ajenidad. Por tanto, es la empresa la que fija las condiciones del servicio que tienen que prestar y no es una mera intermediaria en la contratación de servicios entre comercios y repartidores. Con todo, los trabajadores de reparto continúan a la espera de que se termine de encauzar la llamada «ley rider» y el Gobierno central cumpla con las reclamaciones que llevan años formulando.