El truco de la Complutense para evitar que los coches aparquen dentro de la M-30

La Universidad asegura que el objetivo es poner fin a este «aparcamiento disuasorio» y permitir que aparque «solo quien tenga derecho, es decir, todos aquellos que sean Complutenses ». El Plan tendrá un coste total de 1.200.000 euros, presupuestados íntegramente por los fondos universitarios reservados a mejoras en las i nfraestructuras.

Según las fuentes oficiales, los alumnos y profesores son, ahora mismo, los más perjudicados. Los coches abarrotan la calzada y, muchas veces, también las aceras de Ciudad Universitaria desde primera hora de la mañana. Todo vale por conseguir un hueco en el que aparcar, aunque eso suponga introducir el vehículo en las plazas destinadas para minusválidos o no dejar el espacio correspondiente entre coche y coche. Esta gran ocupación, denuncia la Complutense, se debe a que la mayoría de los vehículos estacionados no son de gente que se dirija a las facultades, sino de « foráneos » que utilizan el entorno de la Complutense para evitar tener que pagar las altas tasas del Servicio de Estacionamiento Regulado , sobre todo, aquellos que llegan desde la A-6, la carretera de La Coruña, y dejan en la entrada a la capital sus turismos para poder moverse desde ahí en transporte público .

«Esta medida va dirigida a recuperar la Ciudad Universitaria para los estudiantes y profesores y que no sea el mayor aparcamiento gratuito de Madrid», explican fuentes oficiales de la Complutense. «Ahora mismo se trata de una zona de estacionamiento gratuita y mantenida por la UCM, pero destruida por todos los coches», continúan. El fin que se persigue es «evitar su degradación por el tráfico y, al mismo tiempo, promover el transporte sostenible en Ciudad Universitaria».

Por ello ya se han empezado a vallar Ciencias de la Información, en la Facultad de Física y Química, Veterinaria, Matemáticas y Filosofía. En estas facultades ya se pueden ver barreras para controlar el acceso a los vehículos y carteles en los que se puede leer: « Aparcamiento cerrado . Solo personal autorizado». Entre los dispositivos instalados se encuentran también « semáforos » que indican con luz verde y roja la libertad de plazas y cámaras con lectores de matrículas y tarjetas. Por eso será imposible que acceda al «parking» alguien ajeno a la Universidad.

Los centros estudiantiles no serán los únicos en acometer las reformas. Estas llegarán también al edificio del Rectorado , la zona deportiva del Campus Sur y el Pabellón del Gobierno, según adelantó Madridiario.

Asimismo, el Plan pretende ser una medida de control para los botellones que asiduamente se celebran en el campus, ya que las vallas para los vehículos impedirán la entrada al césped de algunas de las facultades. Hay que recordar que el actual rector, Carlos Andradas, se ha mostrado muy crítico con la celebración de « San Cemento ». «¿A quién beneficia “San Cemento”? Desde luego, no a la universidad pública», escribió en redes sociales. En la última edición del «macrobotellón» más popular ente los estudiantes se recogieron más de 307 toneladas de basura.