La segunda vida del Hospital Zendal: tras la pandemia, se centra en la rehabilitación integral de los pacientes

Una vez que se ha ido el último paciente con Covid, se centra ahora en recuperar personas tras ictus o cirugías

La Unidad de Rehabilitación Integral en el Hospital Isabel Zendal GUILLERMO NAVARRO

Rosario Álvarez lleva algo más de un mes en el Zendal. Se la ve contenta: «Es que se han portado muy bien. La comida, lo peor». Su caso es un ejemplo de cómo funciona la Unidad de Rehabilitación Funcional abierta hace dos meses en ... este hospital de emergencias: «Tuve un ictus en octubre, pequeño, me recuperé sin rehabilitación. Pero a los seis meses me repitió, y más fuerte, en la pierna derecha. Me ingresaron en el hospital de La Princesa y después, el 26 de abril, me mandaron aquí». Y aquí sigue, entre terapeutas, fisios y logopedas, aprendiendo de nuevo a valerse por sí misma. A su lado, Audelio Herranz recita poemas a las sanitarias que le atienden, mientras no deja de pedalear.

Más de 50 pacientes están ingresados en esta unidad, con una estancia media de 45 días. Se recuperan de operaciones, ictus, secuelas del Covid o enfermedades neurológicas . La terapeuta ocupacional, Jara , explica cómo trabajan para ayudarles a ser, de nuevo, autónomos: «Nos centramos en que puedan volver a su vida cotidiana».

Tender la ropa

Para ello, ensayan «cómo tender la ropa, poner la mesa, o tumbarse y levantarse de la cama o atarse los cordones». Algunos pasan meses en estas salas del Zendal, tras una cirugía que no termina de resolverse o por un ingreso prolongado en UCI que les debilita muscularmente.

Ana María, ejercitándose en el gimnasio del ZendalGUILLERMO NAVARRO

Los terapeutas trabajan en coordinación con los fisios. «Aquí actuamos con ellos de forma activa, si pueden, o pasiva si están encamados», explica Virginia, fisioterapeuta en esta unidad. Llegan pacientes del resto de hospitales públicos de Madrid. Como Ana María, a la que el Covid apenas le permitía levantarse de la cama , y «ahora ya camina con su andador; le ha cambiado hasta la cara», señala la fisioterapeuta, mientras contempla los grandes ojos oscuros y la sonrisa de la paciente.

Cada paciente tiene su ritmo de recuperación, «y se está el tiempo que se considere necesario». «Esto funciona ahora como un hospital de media estancia», aclara la jefa de la unidad, Beatriz Sánchez Pinto,

Llegan los pacientes de los centros de agudos, cuando allí les dan el alta pero aún no se pueden manejar solos en su domicilio

médico especialista en rehabilitación. «Llegan los pacientes de los centros de agudos, cuando allí les tienen que dar ya el alta pero aún no se pueden manejar solos en su domicilio». Abundan las personas mayores, y por eso «en el equipo médico hay internistas pero también geriatras».

Zona de rehabilitación y fisioterapia GUILLERMO NAVARRO

La Unidad de Rehabilitación Integral del Zendal ha nacido a semejanza de otras que existen en hospitales como el de Guadarrama, la Fuenfría o la Poveda, «pero este es el único que está en la capital», señala la doctora.

Educar en salud

La supervisora de enfermería, Raquel Gutiérrez , hace hincapié en la labor de su colectivo: «Tenemos que mantener la rehabilitación todo el día, ayudarle a deglutir, a caminar hasta el baño aunque les cueste, no asearles en la cama sino forzarles a ejercitarse, porque en unos días van a estar mejor, y lo agradecen». Su objetivo es «que consigan el alta lo antes posible». Son pacientes que «llevan mucho a sus espaldas, vienen cansados de su propio proceso», y por eso la enfermera debe «educarles en salud».

Gaspar, a punto de recibir el alta GUILLERMO NAVARRO

Gaspar maneja con brío las mancuernas . Lleva seis meses en el Zendal a causa del Covid, «y aunque aún llevo el oxígeno, ya me lo voy quitando a ratos durante el día». Su evolución ha sido evidente: «Ya vengo andando hasta el gimnasio». Cuenta los días hasta el próximo 24, cuando saldrá del hospital. «A tiempo: el 26 cumplo 66 años, y estará a punto de nacer mi primera nieta», comenta ilusionado.

Heridos ucranianos

El director médico del Zendal, Rodolfo Romero , explica que este uso alternativo del hospital tras la pandemia cubre una carencia que existía en el Corredor del Henares. «Atendemos pacientes con ictus, post quirúrgicos y otros limitados físicamente tras un ingreso». Tienen capacidad para tratar a 72 pacientes, y además «en breve vamos a incorporar la rehabilitación ambulatoria», con usuarios que vendrán desde sus domicilios a realizar sus ejercicios. Como están llegando «los militares ucranianos heridos, que están en Pozuelo y vienen cada día a rehabilitación», tras las cirugías o las prótesis que han necesitado como consecuencia de sus heridas de guerra.

El Hospital sigue teniendo una zona dedicada a las vacunas –«ponemos unas 300 al día»–, y además mantiene un retén de Covid: «Esta semana se ha ido el último paciente con el virus».

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