Sabotajes en el Hospital Zendal: la Policía analizará los cuadrantes de la plantilla y las cámaras

Sin embargo, habida cuenta de la situación vivida y que el foco principal está en algunos trabajadores que habrían perpetrado los boicots y sustracciones, uno de los puntos que los agentes quieren cotejar es el cuadrante de horarios y turnos de la plantilla. Un buen punto de partida son los informes redactados por los gestores del Zendal , tanto de los robos, que comenzaron la semana del 25 de enero, como de los sabotajes, de los que se empezó a tener constancia el día 18. A partir de ahí y viendo las zonas donde se produjeron los sucesos en los dos pabellones que hay abiertos y con pacientes, se cruzarán los datos para cerrar el círculo sobre los sospechosos.

Más complicado será recabar pruebas del tipo de huellas u otros vestigios que pudieran investigar los miembros de la Policía Científica: «Ha pasado ya mucho tiempo, el centro está en constante movimiento y sería muy difícil tirar por ese lado» , explican fuentes policiales.

En cuanto al visionado de cámaras, tampoco las tienen todas consigo. Hay zonas donde se han producido robos en las que directamente no había sistema de videovigilancia, incluidos algunos almacenes. Eso, además, en caso de que las imágenes, por la Ley de Protección de Datos, no hayan sido destruidas ya.

El denunciante, a preguntas de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Madrid (Udyco) , no señala en el atestado a nadie en concreto como sospechoso de los hechos; pero sí que tiene claro que es alguien (o varias personas) que trabajan en el hospital, por los lugares donde ha ocurrido todo. Se trata, como es lógico, de una serie de pabellones y estancias a las que solo puede acceder personas autorizado. «Una de las líneas que se está siguiendo es el de la guerra política que algunos radicales están desarrollando contra la Comunidad de Madrid y su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, por lo que el trasfondo sindical está ahí , aunque es pronto para asegurarlo», indican otros informantes.

En la denuncia, se especifica que «desde el 25 de enero se vienen produciendo una serie de hechos que pudieran resultar graves; por un lado, la sustracción de material fungible, y, por otro, una serie de posibles sabotajes en las instalaciones». Entre los efectos robados en los «pasillos adyacentes a las unidades de enfermería en las que se encuentran los pacientes y en el almacén» había aparatos de ventilación y oxígeno, para revertir paradas cardíacas, un ordenador... Incluso pinzas para extraer cuerpos extrados de los carros de parada y de los cajones del control de enfermería de la zona de pacientes menos graves, «a la que tiene acceso de modo habitual todo el personal sanitario, celadores, personal de limpieza y de mantenimiento».

Resulta que se trata de herramientas médicas que resultan indispensables a la hora de salvar vidas, por lo que podría haberse puesto en peligro la integridad de los pacientes. Los sabotajes bien podrían haber causado también algo más de un susto: el más grave, sin duda, fue la  desconexión del enchufe de latiguillos, dejando un módulo sin conexión a internet durante hora y media, «lo que supone que los médicos no tengan conexión con los aparatos que miden la telemetría de las constantes vitales de los pacientes », según reza la denuncia.