Rocambolesco atraco a una perfumería en el distrito de Retiro

Mientras el primer delincuente obligaba a los trabajadores a abrir la caja, que apenas contenía 1.200 euros, llegaron al comercio otros dos compañeros que entraron, ajenos a lo que estaba ocurriendo. Les esperaba una inesperada tarea: hacer paquetes con los perfumes y productos más caros del establecimiento.

Entretanto, el segundo delincuente, que no paraba de hablar por el móvil se quejaba de la tardanza de la furgoneta en llegar, se supone que para llevarse todo lo sustraído .

Ante esta situación, optaron por exigir a los dependientes que se pusieran sus uniformes y transportaran todo lo robado en sus dos coches, aparcados en el exterior. A un hombre, que estaba observando, extrañado, la escena, le obligaron también a entrar al local.

A las 09.45 los empleados dieron la voz de alerta al 091, ya que los delincuentes se habían marchado pero les habían dejado un «regalito»: el sospechoso envoltorio.

La Policía tuvo que realizar un dispositivo que incluyó el corte de la circulación hasta que se aseguró que todo era una falsa alarma : una forma más de intimidación.