Los restos de la estación original retrasan las obras en el Metro de Gran Vía

La estación de Metro de Gran Vía fue inaugurada en 1919, y posteriormente ampliada en 1934. Contaba en su día con un novedoso ascensor, diseñado por Antonio Palacios , que llevaba hasta un templete en superficie, del mismo autor. La reforma que se lleva a cabo ahora prevé reproducir dicho templete. Sin embargo, el hueco del ascensor original no correría la misma suerte.

El ascensor, recuerdan desde la asociación de protección Madrid Ciudadanía y Patrimonio, estuvo operativo hasta 1970, cuando con motivo de la construcción de la línea 5 se realizaban transbordos en esta estación, y el ascensor fue sustituido por escaleras mecánicas. «Estos nuevos accesos conllevaron el cierre y desuso de los originales de 1919 y 1934, quedando condenados tras tabiques que cegaron sus conexiones iniciales con la estación de la línea 1», explica la entidad de conservación del patrimonio en su página web. Esta asociación ha llevado las obras en la estación ante la Fiscalía de Medio Ambiente por un posible delito contra el patrimonio en esta zona.

Los trabajos iban a terminar, según las previsiones, en abril de 2019. Pero según apuntaba ayer Rollán, posiblemente se retrasen un par de meses sobre esa fecha, aunque se hará todo lo posible por acortar los plazos y que la demora sea sólo de «cinco o seis semanas».

El motivo que se aduce es que se está utilizando en la obra maquinaria de tamaño más pequeño del inicialmente previsto. Se hace así por precaución, dado que en la zona pueden aparecer en cualquer momento restos con valor histórico procedentes de la estación original, de principios del siglo pasado.

Sobre la denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente interpuesta por Madrid Ciudadanía y Patrimonio –que cree que los accesos originales están protegidos, debido a su antigüedad, por la disposición transitoria primera de la Ley 3/2013 de Patrimonio Histórico–, el portavoz regional y vicepresidente de la Comunidad ha señalado que ha insistido en la «especial sensibilidad, el compromiso y el respeto del Gobierno madrileño con el patrimonio histórico de la Comunidad».

Este ha sido el motivo, explicó, por el que la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, modificó el contrato de estas obras y planteó la utilización de una maquinaria de menor tamaño, para registrar cualquier tipo de hallazgo, en el caso de que se produjera, y darle «un tratamiento específico».

En todo caso, aseguró que hasta ahora lo único que se han encontrado han sido «espacios y concavidades» que en el pasado albergaron una escalera. Ha insistido en que las infraestructuras de aquella época inicial quedaron totalmente destruidas en los años 70.

Durante los trabajos, sí se han localizado, dijo, algunos restos de vasijas, cerámicas y una barandilla que actualmente se está restaurando . Todos estos elementos «serán mostrados» una vez finalice la mejora en la estación, «como prueba inequívoca del compromiso del Gobierno regional con el patrimonio histórico» y para disfrute de todos los madrileños.

Los trabajos previstos en la estación de Metro de Gran Vía –que, mientras duran, mantienen la estación cerrada y sin parada de trenes– van a permitir una conexión peatonal entre esta estación y la de Sol. Promete el portavoz regional que la compañía cumplirá con las garantías de seguridad de los trabajadores y actuará con «cuidado y precaución» por si apareciera cualquier elemento de patrimonio histórico a preservar.