Radiografía de la nueva generación de bandas latinas: tráfico de drogas, más menores, violaciones, armas y redes sociales

Precisamente, los investigadores tienen monitorizadas decenas de cuentas y perfiles, sobre todo de TikTok e Instagram , donde se realiza proselitismo, pero también se organizan ‘quedadas’ o ‘caídas’ para atacar a sus rivales: «Esto no va a quedar así, va a haber mucha sangre» , son algunos de los últimos mensajes captados. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad saben que la ‘vendeta’ está servida, de ahí el refuerzo de agentes en los barrios y lugares de reunión, así como en Cercanías y Metro, desde este mismo momento.

Además, existe una proliferación de ‘youtubers’ (como se vio en el caso del rapero Saymol Fyly en la operación Sana, contra la trata de niñas y tráfico de drogas de manos de Dominican Don’t Play o DDP) que sirven para atraer a esa savia nueva y cada vez más joven hacia estas pandillas. De hecho, si justo antes de la pandemia el 32% de los integrantes eran menores de edad, ahora rondan el 40%, y eso solo analizando las estadísticas oficiales de identificados. Porque hay muchos más : en Madrid se mueven alrededor de 2.500 miembros de bandas latinas , de las que Interior reconoce como especialmente peligrosos o activos a 400; otras fuentes hablan de que son un millar fichados. Y el gran problema añadido es que cada vez hay más críos de 11 años hacia arriba (e inimputables, hasta los 14) y su diversificación de nacionalidades: los mayores suelen tener ya DNI español o son inmigrantes de segunda generación; los más pequeños han nacido en España. Y luego están los marroquíes de origen (como la víctima de Atocha) e incluso rumanos.

Frente a lo que los responsables políticos califican como hechos puntuales, los agentes que están en el día a día de estas investigaciones sí saben que hay una escalada de violencia. Se están comprando cada vez más armas, sobre todo blancas; y la presencia en narcopisos y la prostitución obligada de chicas menores apuntan a esa mayor criminalidad. Esto último, redundando en una financiación que alcanza hasta 200.000 euros al mes en el caso de Madrid solo en cuotas de sus miembros (9,6 millones en toda España anualmente) pero también a través del tráfico de drogas y la trata, como en Latinoaméria, desde donde reciben órdenes.

Cuando en 2005 se puso en marcha el primer plan contra las bandas latinas en Madrid, el por entonces delegado del Gobierno, Constantino Méndez, hablaba de 65 integrantes de los DDP, una organización prácticamente nueva en aquella época. El poder en las calles está ahora en sus manos, así como de los Trinitarios. Según el Observatorio de Bandas Latinas, solo en el distrito de Tetuán existen 250 DDP; 150 en Aluche, y 200 en Entrevías y Moratalaz.

El grueso lo conforman dominicanos, aunque, como hemos dicho, la diversidad de orígenes es cada vez mayor. Como el resto de bandas, desde hace años han relajado sus códigos de vestimenta, para pasar más desapercibidos de cara a la Policía. Su lema es ‘Amor de tres’. Son los presuntos autores de los dos asesinatos de esta semana, pero también, entre otros muchos, del rapero español de Pacífico Isaac López Triano, el pasado julio.

Si el origen de las bandas latinas hay que situarlo en Madrid a principios de la década de 2000, la primera presencia de los Trinitarios data de 2006, con el asesinato de un joven en la zona de copas de los bajos de Azca , junto a la calle de Orense. Realmente, se trata de una escisión de los DDP, de ahí la extrema rivalidad entre ambos grupos, eminentemente dominicanos. Se habla de 600 integrantes en Tetuán, 250 en Vallecas y Vinateros... Pero el antiguo territorio que controlaban los Latin Kings en Ciudad Lineal se lo están disputando Trinitarios y DDP. También San Blas, Puente Alcocer, zonas de Villaverde...

En cuanto a puntos de reunión, pelean por las áreas de los metros de Carpetana, Estrecho, El Pozo, Torre Arias o Campamento, así como los parques de Calero (hace solo unos días hubo una brutal agresión allí, en Ciudad Lineal) o el de Arriaga (La Elipa), en el mismo distrito. Fuenlabrada, Parla, Getafe y Torrejón de Ardoz son otros grandes municipios por donde se mueven tanto Trinitarios como otros grupos del tipo de los DDP e incluso bandas muy minoritarias.

El informe de Delegación del Gobierno de 2005 hablaba de 753 integrantes de bandas latinas, cuatro o cinco veces menos que ahora. Pues bien, en aquel entonces, 352 pertenecían a los Latin Kings y 250 a los Ñetas. Eran los todopoderosos criminales que vengaban una muerte con otra, como ocurrió ese 15 de septiembre en Plaza Elíptica y el 5 de noviembre en Ciudad Lineal. Cuchilladas a medianoche que acababan con vidas de menores.

Pero los golpes policiales fueron menguando su presencia, así como los ataques que sufrían por parte de los Trinitarios y los DDP. En la zona sur de la capital apenas quedan unos 70 Ñetas y 50 Latin Kings. En Parla, municipio donde se ha desplegado el plan especial de blindaje de la Delegación del Gobierno , habría unos 120 de los primeros y 40 de sus rivales originales. Sin embargo, el operativo policial en 2013 supuso el principio del fin de estas dos bandas, las primeras que fueron catalogadas como asociaciones ilícitas (actualmente, organizaciones criminales) por la Justicia. Por otra parte, el fundador de los Latin Kings en España, Erick Javier Jara Velástegui, fue apresado en 2003 por violar y atacar a una pareja en el Parque del Oeste, hechos por los que, entre otros, continúa en una prisión valenciana.

Los Forty-Two también surgieron a mediados de la primera década de este siglo, con otros residuales como los Latinos de Fuego. Su presencia persiste, con mucha menos fuerza que la de las cuatro grandes anteriores organizaciones, en Alcalá de Henares, Alcorcón, Moratalaz, Vicálvaro, San Sebastián de los Reyes, San Fermín, Fuenlabrada, Leganés o el parque Acevedo...

Los Bloods sí que continúan actuando. Aunque el Servicio de Información de la Guardia Civil asestó hace unos meses un golpe enorme a esta facción, también de preponderancia dominicana. Fueron apresados en octubre 15 de sus miembros, algunos de ellos, participantes en acuchillamientos durante botellones en Alcorcón y Alcalá de Henares durante las revueltas del pasado verano. También está constatada su presencia en el municipio de Villaviciosa de Odón.

Se descubrió entonces que, desde la cárcel, se había ordenado la muerte de un disidente, motivo que llevó a la Guardia Civil a explotar la operación Lavay, para evitarlo. Los jefes de este ‘bloque’ residían en Las Rozas, Alcobendas, Majadahonda, Boadilla y Parla, en ocasiones en viviendas okupadas. Su lema es ‘Patria’ y manejan bolomachetes, pistolas reales y ‘chilenas’ (de fogueo, pero manipuladas para detonar).

Implantados en Madrid desde 2002, la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional desarticuló en 2013 el ‘capítulo’ de San Blas-Canillejas, denominado El Caserío , con la detención de 22 de sus integrantes, siete de ellos menores de edad. Como el resto de las bandas principales, se financian con el tráfico de drogas y los robos.