Prótesis infectadas, necrosis... Víctimas de la clínica de la que Silvia salió en coma: «Nos han destrozado la vida»
Más de 30 afectados se unirán a la denuncia por mala praxis contra el centro de cirugía estética del barrio de Salamanca
El médico de la triple operación de la joven que lleva un mes en la UCI declarará como investigado
Silvia, una joven de 34 años, en coma tras someterse a una triple operación estética en una clínica de Madrid
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Iniciar sesiónEra 13 de marzo de 2020, 9 de junio de 2019, 1 de febrero de 2021 y 2 de julio del mismo año. Todos esos días, hombres y mujeres entraron en un quirófano de Madrid para tratar de dar solución a un complejo físico ... que llevaba tiempo atormentándolos o por el deseo de verse mejor debido a la tiranía del culto al cuerpo que impera, pero de haber sabido cuál iba a ser el resultado ninguno se habría arriesgado y todos habrían deshecho el consentimiento que días antes le habían dado en una consulta a un cirujano. Cuando la parte del cuerpo que los vendajes ocultaban quedó al descubierto, el sueño en el que se habían sumido bajo la blanquecina luz de quirófano se convirtió en pesadilla. «Nos han destrozado la vida », coinciden los arrepentidos pacientes consultados por este periódico. Ahora, tiempo después de operarse, y al enterarse de que no son un caso individual, se han puesto en manos de un abogado para denunciar al centro estético.
Otro factor ha sido determinante en la unión de más de una treintena de personas : la operación fatídica de Silvia Idalia , que lleva desde el 6 de mayo en coma inducido en la UCI del Hospital de La Paz por un shock séptico provocado por una infección multibacterial. La joven, de 34 años, se sometió el 29 de abril a una triple cirugía de reducción de pecho, liposucción en flancos y abdomen y transferencia a glúteos. Lo hizo en la misma clínica, situada en la calle de Castelló del barrio de Salamanca, que todas las voces que ahora se manifiestan.
La semana pasada, la Justicia admitió a trámite una denuncia de mala práxis contra el Centro Europeo Médico Estético (CEME), clínica a la que la joven confió la intervención, y la semana que viene –tal y como ha confirmado el abogado de la joven a ABC– acudirá a declarar en calidad de investigado el doctor que la operó . Además, la clínica también está imputada en el proceso como responsable civil .
El mismo penalista, socio del despacho Jufresa & Grasas, es el que estudia qué salió mal en las operaciones de la otra treintena de víctimas. « Ampliaremos el procedimiento por intervenciones anteriores realizadas por los mismos facultativos. El mismo equipo sanitario que atendió a todas estas personas es el que atendió a Silvia», afirma en conversaciones con este diario. «Al haber ya un órgano judicial que está investigando un hecho de naturaleza similar, por antecedentes similares presentaremos la denuncia en el mismo juzgado», añade.
Precios competitivos
Sin saberlo, Silvia Idalia está dando fuerza a otras mujeres –y también hombres– a contar el «calvario» que han vivido dentro de la clínica y durante los posoperatorios . Todas acudieron a ellos debido a los precios competitivos que ofrecían y tras haberlos visto anunciados en internet y redes sociales. «Me operé por complejo, porque tenía mucho pecho y me dolía la espalda », comienza una de las pacientes, que prefiere que su nombre no salga publicado por miedo a represalias. Ella entró en quirófano el 1 de febrero de 2021 y cayó en manos del mismo doctor que Silvia. «Sentí mucho dolor en los pechos, pero pensaba que era normal porque acababa de salir de la intervención. El mismo día me dieron el alta», continúa.
Residente fuera de Madrid, no tenía cita hasta cuatro días después para su primera revisión . Y el problema llegó ya al día siguiente de salir de la clínica. «El drenaje del pecho derecho estaba hasta arriba de sangre. Tuve que ir directa a Urgencias. Me habían puesto un drenaje de un solo uso sabiendo que no les iba a ver hasta días después», asegura esta mujer.
Antes de la revisión, decidió emprender rumbo a Madrid para que la viesen en CEME, tras hablar con la asesora que llevaba su caso. «Tenía necrosis en el pecho. No supe reaccionar», subraya. Ahora, el pecho se le ha quedado «destrozado» con una gran cicatriz. CEME le ofreció la posibilidad de volver a operarla y ella la rechazó . «Pensaba que era un caso aislado, pero me he dado cuenta de que no. Nos han destrozado », dice de nuevo.
Paloma, de nuevo nombre ficticio, es una mujer transexual que se puso en manos de la clínica el 2 de julio del año pasado. Quería ponerse pecho, pero su herida se infectó . «Comenzó a echar pus. La piel se abrió y se veía la prótesis. Hasta estornudar me dolía», afirma ella. Tuvieron que volver a operarla debido a la infección. «Me quitaron una prótesis y me dejaron la otra puesta . Desde hace un año tengo un pecho y el otro no», explica, casi al borde del llanto. Durante este tiempo no ha podido trabajar y ha estado en tratamiento psicológico . Sus ahorros se han esfumado y deberá pasar de nuevo por quirófano para que le vuelvan a poner el implante. Será, según le han dicho, en agosto. «¿Qué más puedo hacer? Me decían que era normal, pero no lo es. Ahora voy con miedo, pero no tengo dinero para pagar otra cosa», concluye, dubitativa.
Y con ella coincide otra de las víctimas. «De todas las clínicas que vi, esta era la más barata. Al principio te dan confianza y por eso me hice la liposucción con transferencia a glúteos . Me dejaron dos rajas, como dos huecos, en cada uno de los glúteos cuando no debía ser así. Me decían que con el tiempo se arreglaría, que el resultado se vería pasado un año, pero nada», relata. Según ella, si quería retocarse, CEME le dijo que debía volver a pagarlo, pero desde la clínica niegan esta información. « Los retoques no se cobran », dicen desde la dirección.
«Campaña orquestada»
Para ellos, todos estos casos son «una campaña orquestada» a raíz de que se descubriese el estado de Silvia Idalia, en el que se muestran «a disposición de las autoridades sanitarias para esclarecer los hechos». «¿Por qué no han denunciado? Algunos ni siquiera han venido a la clínica a quejarse del resultado de la operación», se preguntan, molestos. «Desde que CEME se inauguró en 2013, hemos operado a 18.000 pacientes. En su mayoría, satisfechos, aunque desgraciadamente existen puntuales excepciones », explican. «Hay a afectados a los que les ofrecimos que se sometiesen a un perito médico independiente para valorar el error y lo rechazaron. Fueron ellas dijeron que no», subrayan: «Además, hemos denunciado por injurias graves con publicidad a la plataforma con la que se manifiestan en redes sociales».
Hay otras personas que sí se atreven a mostrar sus rostros y nombres reales. Es el caso de Elisa, que se sometió a un aumento de pecho el 9 de junio de 2019. «Pedí que fuera por el surco submamario, pero el doctor en medio de la operación decidió cambiarlo y lo hizo por donde la areola , por el medio del pecho. A día de hoy, la cicatriz sigue notándose y teniendo relieve», cuenta Elisa. «No tuvieron en cuenta qué quería hacer yo. Estás toda tu vida ahorrando para solucionar un complejo y te hacen esto... Se desentienden . Aunque me ofrecieron volver a operarme, lo rechacé porque no me daban garantías», argumenta.
Una semana después se operó su marido de una ginecomastia que ya habían pagado. «Le hicieron una liposición. Luego tuvo que volver a operarse, gratis, pero solo le quitaron la mitad de la glándula . Sigue igual que antes de ir, solo que con dos cicatrices y el pecho hundido », cuenta su mujer. En la clínica dan otra versión y aseguran que desde el principio le hicieron la ginecomastia. «El doctor le sacó la grasa, pero no la glándula. Se le reintervino y le sacamos gratis la glándula», especifican desde la dirección.
Y el último de los casos es José, un joven de 28 años que acudió por una abdominoplastia a la clínica en noviembre de 2017 tras haber adelgazado 75 kilogramos. Ya había ido antes por una ginecomastia que había salido bien. Confiaba y repitió. Tras la operación de abdomen, CEME lo denunció por impago de 4.502 euros, aunque Jose aseguraba que había hecho frente. Según consta en el fallo judicial, al que ha tenido acceso ABC, pudo probar el abono de 2.500 euros, pero fue condenado a pagar 1.192 que dijo haber depositado en metálico . Él dice haber resuelto ya esa cifra que le impuso el juzgado, pero la clínica –que recurrió sin éxito la sentencia– lo niega.
Hemorragia
«Cuando me operaron, tenía toda la faja roja. Si me movía sangraba. Ellos me decían que era seroma , y yo al principio los creí, pero realmente era sangre . Tuvieron que volver a operarme de urgencia a los días», comenta José: «Tuve muchos dolores, y mucho miedo . Si no hubiese pasado lo de la sangre en la primera intevención, todo habría ido perfecto». Afirma no sentir la tripa después de la segunda operación y tiene una cicatriz que no se ha borrado y en la que no le puede dar el sol, aunque para la clínica es una marca «habitual» . «Tuvo una complicación de sangrado, se le llevó a quirófano y se le operó. No ha tenido ningún problema hasta ahora. Él sabía que podía quedar una cicatriz así», se defienden.
Cada año, alrededor de 25 millones de personas se somenten a una intervención de estética; en España, la cifra es de medio millón y el 10% se arrepiente. Algunos de ellos alzan ahora la voz, queriendo llevar los casos hasta la Justicia , con cicatrices que se quedarán para siempre grabadas en la piel y en la memoria.
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