«Es una pena dar la imagen de que todos los políticos estamos bajo sospecha»
«Es una pena dar la imagen de que todos los políticos estamos bajo sospecha»
«Nunca me imaginé ser el alcalde y menos en estas circunstancias». Así nos saluda el nuevo regidor de Pozuelo de Alarcón, Gonzalo Aguado. Ni nos ha dado tiempo a sentarnos, ni a sacar la cámara de fotos, ni a preguntar por ese cochazo -el ... famoso Jaguar- que le ha salido a relucir a su antecesor. Lo de Aguado nos ha parecido un desahogo. Cogió el bastón de mando la tarde del miércoles por la dimisión del anterior alcalde, Jesús Sepúlveda, imputado por el juez Garzón en el «caso Gürtel».
Cuenta Gonzalo Aguado que es arquitecto, 55 años, casado y 3 hijos. Que se metió en la política hace diecisiete años. Estuvo en la sede central del PP, en la madrileña calle de Génova. También fue asesor de Álvarez Cascos en Moncloa. «Cuando Cascos va al Ministerio de Fomento, yo vuelvo a Génova y me encargo de los actos electorales, no de su ejecución, sino de su organización...»
-¡Cómo! ¿No organizaría usted actos contratados con alguna de las empresas de Francisco Correa, el principal imputado en el «caso Gürtel»?
-No, no. Yo me ocupaba de comprobar que todo funcionaba: la megafonía, los atriles, el escenario y la parafernalia. Supongo que algún acto lo organizaría la empresa de Correa y otros no. Yo llegaba a esta o a aquella provincia a los remates. A veces, se manejaban varias empresas.
-¿Y nadie intuyó, entonces, la presunta trama de corrupción que ahora se investiga?
-Nada, nada. Yo llegaba justo el día anterior al acto. Ya estaba todo hecho. A mí, particularmente, lo que me importaba es que todos los mecanismos funcionaran a la perfección. Ese era mi cometido.
-Ha arrancando diciéndonos que no se esperaba ser alcalde «en estas circunstancias». ¿Qué le incomoda de la dimisión de Jesús Sepúlveda, acusado de una serie de delitos aunque no fueran, como él dice, de su etapa política como alcalde de Pozuelo?
-No es agradable. De todas formas, la ley electoral contempla que ante una renuncia o una dimisión, el cargo pasa al siguiente de la lista. Yo era el número dos. En este caso, la dimisión de Sepúlveda se debe, creo, a su deseo de defender mejor su honorabilidad y para no perjudicar ni al PP ni a Pozuelo. Así se defenderá de esas imputaciones que él ha negado siempre.
-¿Sigue convencido de que lo mejor es una política municipal de continuidad?
-La legislatura empezó en 2007. Han pasado dos años.Estamos a la mitad. Nos presentamos con un programa y hay que cumplirlo. Que nadie olvide que en la legislatura de 2003-2007 el PP sacó aquí 16 concejales y el PSOE 9. En el 2007, nosotros sacamos 19 y el PSOE 6. No está mal, ¿verdad? Yo recojo el testigo y voy a cumplir el compromiso adquirido con los ciudadanos de este municipio.
-¿Cómo cree que se le ha quedado el cuerpo a los vecinos después de saber que su anterior alcalde se ha ido por presunta corrupción?
-Sinceramente, a todos nos ha extrañado. A mí mismo me pilló de sorpresa. Llevo años de concejal de Urbanismo y Vivienda y menos de un día como alcalde. Estoy aterrizando pero lo que yo palpo es tranquilidad. Es cierto que los acontecimientos se han precipitado. El hecho de que Jesús Sepúlveda siga siendo concejal está previsto en la legislación. Él no está inhabilitado. Ha sido una renuncia propia y tiene libertad para conservar su escaño de edil de la corporación municipal.
- Usted era el concejal de Urbanismo y Vivienda, dos parcelas muy unidas, siempre, a la corrupción y a los chanchullos. ¿El político, además de ser honrado, tiene que demostrarlo?
-Las dos cosas. Sólo digo que la gestión urbanística que se ha hecho en este municipio, de la que he sido su responsable en los últimos años, es impecable. No tengo nada de lo que arrepentirme. Nada. Todo se ha acogido a ley y puedo asegurar que así seguirá siendo.
-Vamos, que por ahí no le pueden sacar los colores...
-Pues no. Ni el juez Baltasar Garzón ni nadie. Ni «Rita la cantaora».
- Pensemos sólo en la comunidad madrileña. ¿Es justo que se carguen tanto las tintas de supuestas tramas y corruptelas en el PP cuando el PSOE también tiene lo suyo en, al menos, media docena de ayuntamientos? ¿Es que el ciudadano ya no se puede fiar de ningún color político?
-A mí, todo esto me da mucha pena. Se está criminalizando al político. Esta profesión, y digo profesión, es tan honrada como la que más. En todo cocido hay un garbanzo negro pero no nos debe llevar a la generalización. Parece que todos los políticos estamos bajo sospecha, cuando eso es la excepcionalidad. Yo rompo una lanza en favor de los políticos. Nos dedicamos a algo muy digno y muy sacrificado.
-¿Cuál será, a partir de ahora, su principal preocupación siendo, como es, el alcalde que sustituye a un compañero de partido imputado en el «caso Gürtel»?
-Rematar el programa electoral. En la vida cotidiana del municipio no tiene por qué percibirse este cambio de alcalde y los motivos. El grupo de concejales del PP es un equipo.
- ¿Con dos bandos?
-Nada de eso. Vamos todos en el mismo barco. Que haya una gestora hasta que lleguen las elecciones internas nada tiene que ver con el ayuntamiento. En la Junta Local, los estatutos del partido tienen sus mecanismos para sustituir, en su momento, a Jesús Sepúlveda, que también era el presidente del PP de Pozuelo.
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