ENTREVISTA

Miguel Garrido (CEIM): «Tras la pandemia y Filomena, las empresas están en los huesos»

La patronal madrileña calcula en 2.200 millones de euros las pérdidas ocasionadas entre los empresarios por el temporal

Miguel Garrido, presidente de CEIM DE SAN BERNARDO

Sara Medialdea

La patronal madrileña, CEIM, estima en más de 2.200 millones de euros las pérdidas provocadas entre los empresarios de la región por el temporal Filomena. Su presidente, Miguel Garrido , pide completar la limpieza y normalización de las calles, y ayudas ... para rescatar a empresas a las que la gran tormenta de nieve ha pillado exhaustas tras diez meses de pandemia.

¿Cuánto le va a costar a los empresarios madrileños Filomena?

Hemos consultado a las empresas directamente y a través de las asociaciones de los distintos sectores, sobre lo que han dejado de facturar más los daños materiales en producto o en género. En base a eso, los técnicos nos han hecho una extrapolación de lo que podía ser en toda la Comunidad los daños económicos: 2.200 millones de euros. Los dos primeros días, la parada de facturación en aquellos que tienen venta o servicios directos fue total, porque no hubo ninguna actividad comercial más allá de un poco de alimentación. Y muchas empresas dejaron de producir. Y hasta la semana pasada bien entrada, el comercio prácticamente no ha empezado.

Claro, no podían llegar los clientes.

Ni los trabajadores.

¿Qué sector está mas afectado?

El que más ha sido el comercio. Después, la hostelería. Y luego, las empresas logísticas: han empezado a llegar correos, paquetes, etc, a partir del jueves; lunes, martes y mércoles de la semana pasada no llegó nada, y eso también son pérdidas para las compañías.

¿Esto se podía haber evitado?

Es muy difícil, muy complicado. Creo que tenemos que hacer todos un poco de autocrítica, nosotros también, porque ante las alertas que todos conocíamos, a lo mejor no actuamos con suficiente responsabilidad. Por ejemplo, la gente estuvo trabajando en las tiendas y en los restaurantes el viernes por la tarde, y cuando salieron ya no podían volver. A pesar de que estaba bastante anunciada la alarma, no fuimos conscientes, o no actuamos con diligencia, y hablo de todos, en las empresas, los propios ciudadanos, y las administraciones. Seguro que se podía hacer mejor, aunque yo creo que nadie podía pensar que iba a ser de la manera que ha sido.

A día de hoy, a 14 días del temporal, ¿qué es lo primero que les hace falta, lo más urgente?

Acabar con la tarea de desescombro, de limpieza, de quitar las ramas, dejar libres los carriles-bus; normalizar la ciudad. Hoy ha dado un paso muy importante, pero esperemos que entre hoy y mañana llegue la normalidad. Y luego reponer, instalaciones que están deterioradas; hay que reponer cuanto antes todo lo destrozado, que es mucho.

«Todos tenemos algo de responsabilidad porque aunque estaba anunciada la alarma, no actuamos con diligencia»

¿Qué hay de las ayudas?

No sabemos nada. Acabamos de escuchar que el Ayuntamiento ha puesto en marcha una línea de atención a empresas y autónomos, pero no sabemos más. La declaración de zona catastrófica, además de que pueda haber ayudas para resarcir algunos de los daños, también tiene una parte importante por los plazos para los seguros: se hace cargo el Consorcio, y luego ya se repercute a las compañías, pero se agilizan los plazos para poder solicitar las compensaciones de los seguros. Estamos a la espera de ver qué ayudas se ponen en marcha y cómo pueden acceder a ellas las empresas. Hay muchos daños materiales, gente con vehículos que se les han estropeado, muchas naves en zonas industriales que se les han caído las cubiertas...

Todo esto es el remate a un año con pandemia, cuando estamos en medio de una tercera ola y se habla de un posible nuevo confinamiento general. ¿Cómo lo reciben ustedes?

Estamos preocupadísimos. Una catástrofe natural como la que hemos vivido ya de por sí es muy perjudicial. Pero cuando además llevamos diez meses de caída abrupta de los ingresos, que las empresas están absolutamente en los huesos porque han consumido toda la «grasa» y reservas que tenían, y ahora llega este mazazo, es dramático. El mejor ejemplo es el de los comercios: Filomena empieza el fin de semana de las rebajas, que son clave para luego aguantar la cuesta de enero y febrero, y que les coja con el depósito lleno. Y todo eso se ha parado: los dos primeros fines de semana de rebaja no ha habido prácticamente venta. Para el comercio, que llevaba ya meses de caída muy pronuciada de las ventas, esto es una dificultad añadida que desgraciadamente algunos no podrán superar. Y la perspectiva de que pueda haber otro parón de la actividad, otro confinamiento, pues la frase de «para echarse a llorar» está plenamente justificada.

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