La juez del caso Meco ordena un nuevo informe que esclarezca si existieron varios asesinos

Ya en febrero, como adelantó este periódico, la acusación particular, que representa a los padres de Míriam, solicitó nuevas pruebas periciales , que fueron aceptadas por la magistrada, a la luz de lo poco que se ha venido avanzando en las pesquisas tras la detención de Sergio en agosto de 2019 y su posterior salida de prisión provisional cuatro meses después . En concreto, el abogado pidió una pericial del ADN hallado en la ropa de la fallecida y otro sobre la trayectoria de las cuchilladas.

La primera parte ya está finalizada y señala que el ADN hallado en la etiqueta trasera de la prenda superior que vestía se corresponde en más de un 80% con el del investigado. El análisis que realizó Criminalística de la Guardia Civil apuntó a un 87% de coincidencia. Ello podría suponer que Sergio, presuntamente, agarró por el cuello de la sudadera a Míriam por la espalda , donde empezaron las cuchilladas y que suman ocho en esa área. En principio, esas fueron las mortales de necesidad, aunque el asesino (o asesinos) se cebó con ella hasta propinarle 89 por todo el cuerpo (excepto, curiosamente, en el corazón). Incluso se encontró la punta del arma incrustada en el cráneo . Cuando una pareja halló, minutos después, a Míriam en el descampado de Meco, aún tenía un hilo de vida.

Ahora, a instancias de esa petición fiscal, similar a la que hizo la acusación, la juez ha emitido una providencia por la que libra oficio a la médico forense del juzgado para que amplíe el informe definitivo de la autopsia (que se redactó en enero pasado, dos años después del suceso). Basándose en la «disposición, trayectoria e intensidad» de las heridas, quiere saber el «iter secuencial de la agresión», con el número de las cuchilladas, su orden y cuáles fueron las mortales .

Pero lo más relevante es el segundo punto del oficio, que busca determinar si hubo uno o varios asesinos y si fueron una o más armas las empleadas.

Lo cierto es que han pasado ya dos años y nueve meses del terrible crimen , pero la juez insiste en tener más pruebas, al 100% de fiabilidad, para continuar encausando a Sergio Sáez Medina. En los machetes de pesca encontrados en el domicilio de sus padres no hay restos de haber sido utilizados en el asesinato y tampoco ha sido concluyente el análisis de la sangre marcada por los perros de la Guardia Civil en su abrigo y su coche.

En cuanto a la defensa, se agarra a que, si hay ADN de su patrocinado, es por una transferencia , ya que los residentes en la vivienda (Míriam, Sergio y su novia, Celia) hacían juntos la colada . Es decir, que se habrían mezclado en la lavadora. Y es la principal razón por la que la juez lo dejó en libertad con cargos .

La instrucción, por cierto, ha sido prorrogada otros seis meses, tratando el caso como una causa compleja. El peligro sería que, transcurrido este nuevo plazo, no se aclararan los agujeros más oscuros del asunto y se decidiera sobreseerlo . Por ahora, como hay diligencias pendientes dentro del plazo, no hay problemas. La Audiencia Provincial de Madrid ya se pronunció en un auto en el que afirmaba que la participación de Sergio en el crimen era «manifiestamente clara».