Emprender en tiempos de pandemia: negocios alumbrados pese al Covid-19
Empresarios de distintos sectores cuentan a ABC la compleja aventura de poner en marcha una idea en plena crisis sanitaria
En los más lúgubres momentos hay personas capacitadas para encontrar oportunidades. Sujetos emprendedores que con valentía deciden llegar hasta el final con las metas que establecen en su mente. O que directamente una pandemia no les impide cumplir su sueño. Entre marzo y mayo, ... los meses de mayor impacto viral , en la región se constituyeron 3.239 sociedades mercantiles, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es el caso de Dan Nicolae , un nuevo empresario llegado hace 17 años a España desde su Rumanía natal, donde comenzó su trayectoria en la hostelería. Después de desempeñar trabajos en las obras o ejercer como camarero en restaurantes y bares de España, tenía en mente abrir su propio negocio : el bar restaurante Madrida. Lo iba a hacer el 20 de marzo, pero el coronavirus lo frenó todo.
«El anterior local cerró en enero y firmé un traspaso a finales de febrero, pero no pudimos inaugurarlo. Cuando llegó la desescalada, como la terraza no es muy grande, decidimos abrir en la segunda fase , cuando se permitía el 50% del aforo en el local y en el exterior», cuenta Dan a ABC en un perfecto español. Finalmente, la apertura tuvo lugar el 10 de junio y desde entonces no han parado de llenar mesas.
«Ese mes fue muy bueno, la gente respondió fenomenal. Pudimos pagar bien las seis nóminas, el alquiler y demás. Julio también ha ido bien y estamos con mucha ilusión. He conseguido el sueño de mi vida, era lo que soñaba desde que empecé en hostelería », cuenta entusiasmado el propietario de Madrida. Dan apunta que no podría haber sacado adelante este proyecto, ubicado en la calle López de Aranda, sin su cuñado Edgar. «Él entiende de números y yo de hostelería, la verdad que somos la sociedad perfecta», desgrana.

A partir de septiembre, que se prevé un regreso escalonado de los trabajadores a sus puestos, va a ampliar el menú del día en la carta. «Es un barrio con muchas oficinas y los empleados acuden a nuestros locales a comer. Vamos a ir con todo», exclama. ¿Su mejor receta? «Cocinar con amor», concluye, entre risas.
A más de 20 kilómetros de allí, en Majadahonda, Jaime Carralero , un joven mecánico madrileño de 29 años, vio pasar por delante de sus ojos una ocasión que no podía desperdiciar. «Aunque la situación actual es inestable y crítica para muchos negocios, hay que saber adaptarse a las situaciones, estudiar el momento actual y buscar sus ventajas, que aunque mucha gente no vea, ahí está la diferencia», explica el propietario de Jaicar Motor, una empresa fundada hace un par de meses.
Contrataciones
Carralero ha estado ligado al mundo del motor desde que tiene recuerdos. Comenzó como mecánico de motocicletas y luego se aventuró a estudiar mecánica de automóviles . Pronto su pasión se convirtió en su modo de vida. «Empecé a trabajar en el servicio oficial del Volkswagen como mecánico, donde aprendí muchísimo y progresé en todos los aspectos. Paralelamente me incorporé en un equipo de rallies, donde me formé en otros aspectos de los vehículos que no tocábamos en esa marca», detalla.
En sus ratos libres, este joven empresario reparaba coches de amigos y familiares en un pequeño garaje, donde surgió su ilusión por montar su propio taller. La pandemia no se lo impidió. «Solo año y medio después, llegó la oportunidad de un traspaso de un taller en Majadahonda por jubilación, así que aunque la situación no era la mejor con el tema del Covid-19, decidí que las oportunidades a veces solo pasan una vez y me lancé a dejar Volkswagen tras 7 años allí y emprender mi propio negocio», expresa Carralero con arrojo.
Para arrancar con el taller, el joven emprendedor contrató al mecánico que regentaba el anterior negocio, «uno de los mejores en lo suyo». «Por ahora funciona viento en popa, y estamos trabajando en varias ideas y proyectos para ampliar nuestro abanico de posibilidades, crecer y aportar nuevos servicios al sector. Si en septiembre sigue igual la carga de trabajo, seguro que ampliaremos plantilla », remata.

Restauración y casetes
En el centro de la capital también han surgido nuevos proyectos en plena crisis del coronavirus. Los hermanos Paco y Joaquín Capel, fundadores del grupo hostelero Con Fuego , han abierto en Gran Vía, 55 un complejo restaurador, que incluye una hamburguesería, un italiano, una coctelería a los que pronto se sumará una cafetería.
No muy lejos de allí, en el número 5 de la Travesía de Conde Duque, una fábrica de casetes pronto hará las delicias de los nostálgicos de este soporte musical. La Cassettería, la fábrica impulsada por la agencia musical Ciudad Oaisas, estrenará su espacio físico el 12 de septiembre, pero en la lista de pedidos no paran de sumar nombres desde hace semanas.
Financiación complicada
«Una vez encontramos las máquinas para producir, conseguimos firmar la financiación, pero ya con la mascarilla puesta. Pese a la crisis del Covid-19, no nos hemos echado para atrás, hemos sido valientes. Sí que ha habido un momento de peligro porque la financiación estuvo en riesgo, porque se cortaron los directos musicales que son una fuente importante pero conseguimos ayudas y seguimos adelante», cuenta a ABC Luis González, impulsor del proyecto. «Está creciendo mucho este mercado», añade. Los números avalan sus palabras. Desde 2016 el crecimiento de la venta de casetes ha sido exponencial y, en 2020, las ventas se duplicaron a nivel global.
La crisis del coronavirus ha golpeado con dureza a miles de madrileños que se han tenido a acoger a Expendientes Temporales de Regulación de Empleo ( ERTE ), cuando no han sumado un número más en la lista de los parados. Pero otros, han corrido otra suerte, logrando emprender una aventura empresarial en medio de una pandemia sin precedentes en los últimos tiempos.
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