De los disturbios por Pablo Hasel a Lavapiés: Las noches de violencia que Podemos alentó en Madrid

Las analogías entre lo ocurrido en Sol la pasada noche y en el caso del joven senegalés son claras. Mientras la Policía Nacional recibía una lluvia de pedradas y botellazos y el mobiliario urbano era arrasado por una turba de radicales, Pablo Echenique echaba más gasolina al fuego . «Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol», dijo el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso. Sus palabras han provocado una oleada de críticas en los partidos de la oposición a todos los niveles, con la exigencia de que el PSOE rompa su alianza con los populistas.

Algo muy similar ocurrió el 15 de marzo de 2018, cuando el popular barrio de Lavapiés fue literalmente el escenario de una batalla campal, con barricadas de fuego, enfrentamientos y buena parte de los locales y comercios de sus calles arrasados. Los disturbios se desataron después de que la comunidad senegalesa atribuyese la muerte de su compatriota a una persecución policial, una teoría que fue desmentida pero que se alimentó por parte de Juan Carlos Monedero y la entonces edil de Ahora Madrid en Cibeles, Rommy Arce . «Aquí, en Lavapiés, ha muerto esta noche Mmame Mbage, un inmigrante perseguido por la policia. Cuánto dolor innecesario. ¿No basta la tragedia de ser inmigrante?», publicó el fundador de Podemos, que además estuvo en la zona al día siguiente.

Arce hizo lo propio y lanzó la acusación de «racismo institucional» en plena escalada de violencia. Lejos de rectificar, se reafirmó pasadas unas horas, cuando hubo nuevos incidentes de gravedad en la plaza de Nelson Mandela , tras la comparecencia del consul del país africano: «Ayer Lavapiés dio una lección de democracia clamando justicia. Exigió el fin de las políticas migratorias racistas y xenófobas. No más persecuciones policiales en nuestros barrios». La edil fue imputada por incitación al odio, pero el caso se archivó.

Ambos tuits también generaron un aluvión de reproches por parte del PP y Ciudadanos, pero el fondo de la cuestión fue más allá de estos mensajes. Si bien el joven senegalés murió en torno a las 17 horas, en la calle del Oso, el Ayuntamiento de la capital gobernado por Manuela Carmena no dio la explicación de lo ocurrido hasta 20 horas después. Nadie del Consistorio compareció en todo ese tiempo para decir que el fallecimiento por un infarto fue fortuito , aunque lo sabían desde las 18.30 horas del mismo día, después de que fueran avisados un asesor del distrito de Centro y el delegado de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero.

El revuelo fue tal, que el PSOE –socio de investidura de Ahora Madrid– se sumó al PP y Cs para pedir el cese de Barbero. Fue él mismo quien explicó no hubo tal persecución, aunque avanzó una investigación para dirimir lo ocurrido. La conclusión fue la misma.

El reflejo de estas conductas se ha visto en la Asamblea de Madrid, cuando Podemos y Más Madrid se han negado a condenar los actos ocurridos horas atrás. Ciudadanos envió a todos los partidos el texto de una declaración institucional condenando los disturbios , pero finalmente no se leyó porque no hubo el acuerdo unánime de los grupos, como exigen estas iniciativas: Unidas Podemos y Más Madrid no lo apoyaron. Desde esta última formación matizaron que no han votado en contra, sino que, al haber llegado la propuesta de declaración pasada la medianoche, pidieron trasladarla a la próxima semana para poder llevar al pleno un texto consensuado, dado que para hoy no daba tiempo a debatir, informa Sara Medialdea.

A estos ejemplos, no obstante, hay que sumar episodios como el Rodea el Congreso durante la investidura de Mariano Rajoy, en octubre de 2016. Entonces fueron Pablo Iglesias e Irene Montero quienes se mostraron a favor de la violenta protesta, catalogada como «saludable» por el ahora vicepresidente del Gobierno, pese a que derivó en otra escalada de altercados y ataques a la Policía.