Carmena incluye en su escuela de radio un espacio para editoriales de opinión

Desde el principio, el equipo de Gobierno de Manuela Carmena se esmeró en mostrar la radio «M21» como una herramienta formativa para desempleados, aséptica y diferenciada del resto de medios públicos. La portavoz del Consistorio, Rita Maestre , aseguró en la Junta de Gobierno del pasado 21 de julio que «no será una emisora normal» , sino «una escuela». Fuentes cercanas a la dirección del proyecto explicaron que, desde esta base, la idea es que los contenidos sean de tipo cultural en un 80% y el resto de información de servicio.

Con estos mimbres se avanzó que funcionará a través de un convenio con la Agencia de Empleo del Ayuntamiento. Una colaboración que en su primer concurso publicado, con quince plazas para técnicos radiofónicos, quedó desierto y pospuesto para el mes de septiembre.

El pliego, en contraposición con la concepción inicial, encarga el desarrollo de un «sistema de gestión de contenidos editoriales asociado a la página». Así, la radio municipal, sufragada con dinero público, deja abierta la posibilidad a que exista una sección desde la que poder opinar y editorializar. Como ya informó este periódico, el Gobierno de Carmena tiene pensado invertir 10,2 millones de euros hasta el año 2023.

El desarrollo de este espacio para contenidos editoriales es una de las múltiples indicaciones previstas en el pliego, compuesto de 24 páginas con prescripciones técnicas y tecnológicas de todo tipo. Dada su complejidad, sorprende que el concurso se reduzca a veinte días, entre el pasado día 2 y el 22 de agosto, y que además se haya hecho en este mes.

El grupo municipal del PP insistió ayer en sus sospechas de que el contrato se adjudique «a dedo». Si hace dos días fue el edil Pedro Corral quien aseguró que desde su partido estarán «vigilantes» para que no haya irregularidades en la adjudicación, 24 horas después fue su compañero de filas Borja Carabante quien dio un paso más: «El Ayuntamiento ha licitado el contrato con nocturnidad y oscurantismo; es una práctica absolutamente irregular que se haga un contrato de esta envergadura en agosto y nos hace sospechar de que se adjudique a dedo a una empresa amiga ».