Ayuso sopesa reducir su Gobierno para sacar adelante los presupuestos

Sin embargo, si al final se lleva a cabo ese recorte, a nadie se le escapa en las filas populares que podría venir bien para algunas «intervenciones quirúrgicas» en un Consejo de Gobierno en el que las tensiones entre ambos socios son ya un secreto a voces. Además, la necesidad de no subir los impuestos (o, mejor dicho, de bajarlos) es una línea roja a la que ni Cs ni, sobre todo, PP, van a renunciar. Y todo ello en un escenario económico de lo más incierto por la pandemia del coronavirus . Los populares tienen ahí una posición granítica, de la que no piensan moverse, pues su ADN liberal pivota siempre sobre ese eje. Y buena parte del programa electoral.

El «ofrecimiento» de la líder autonómica llegó después de que Vox sometiera ayer a votación en el Pleno de la Asamblea una proposición no de ley para que los miembros del Ejecutivo se bajaran el sueldo a cuenta de la coyuntura derivada del Covid-19. Una nueva muestra de «populismo», como lo calificó antes de la sesión plenaria el portavoz de Cs, César Zafra, quien conminó a Monasterio a que sea ella la que se recorte su salario. Su homólogo del PP, Alfonso Serrano, dijo que propuestas así «no llevan a ningún lado» y «denigran la política».

Fuentes parlamentarias populares explicaron que aún es muy pronto para hablar de que habrá un recorte de consejerías, sin más. «Primero, vamos a ver los presupuestos. Hay que hablarlos internamente con nuestro socio, Ciudadanos, así que no se puede dar por hecho. Y, luego, buscar el apoyo de todos los grupos, empezando por Vox , que es el preferente», indicaron.

Además, no hay una fecha concreta, aunque resulta evidente que, después del parón veraniego, no será hasta septiembre cuando se pongan a ello. También es cierto que lo ideal es tener las cuentas listas y aprobadas para antes de finales de año, aunque no es obligatorio. De hecho, las de 2020 se iban a trabajar, antes del estallido de la crisis sanitaria, en la pasada primavera. Sea como sea, lo cierto es que al Ejecutivo se lo van a poner muy difícil en la oposición, tanto por la comprometidísima aritmética parlamentaria en la Asamblea como por la falta de entendimiento entre los bancos de la derecha y los de la izquierda, donde en once meses de legislatura ya han sobrevolado los cuchillos de una moción de censura y de un adelanto electoral .

Este periódico viene informando desde hace semanas de la posibilidad de una crisis de gobierno en Madrid . Los populares han señalado a sus socios como los principales muñidores de esa posibilidad, habida cuenta de la complicada situación que viven con uno de sus consejeros, Alberto Reyero . El titular de Políticas Sociales, aunque fuentes oficiales del partido lo niegan, ha puesto sobre la mesa del vicepresidente, Ignacio Aguado , su interés por dimitir. Si finalmente se pacta un recorte de departamentos (en el Consejo de Gobierno el PP tiene siete sillones y Cs seis), podría ser el momento «idóneo» para la salida de Reyero, enmascarada en pleno cambio de carteras. Ese sería el deseo de los «naranjas». Pero también, y aprovechando la cláusula del acuerdo de gobierno al respecto (cada uno de los dos partidos se encargaría del cese de sus propios consejeros), exigirían la marcha del titular de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero . El político del PP con el que Reyero mantiene un enfrentamiento nada soterrado pero sobre el que los populares insisten en que es «intocable».

Hay más nombres en los corrillos políticos. En el lado de Cs, el del consejero de Universidades, Eduardo Sicilia , quien algunos de sus compañeros consideran que «va por libre», desacostumbrado como está a la disciplina política. Otra consejera de Aguado que no se pliega al ritmo de su jefe de filas es Marta Rivera de la Cruz (Cultura y Turismo), aunque su figura está muy protegida por la dirección nacional. Se habla, además, de darle más poder a Javier Fernández-Lasquetty , un hombre fuerte de Isabel Díaz Ayuso y de Pablo Casado que tendrá, como titular de Hacienda, mucho que decir en la reestructuración del gasto público y del recorte gubernamental.

En los cenáculos de ambas formaciones no descartan que sea durante el debate del estado de la región , a mediados de septiembre, cuando Ayuso haga el anuncio de los cambios. Otras fuentes, sin embargo, no van tan lejos, aunque recuerdan que en esa cita «siempre se hacen anuncios importantes».