Alerta policial por botellón tras el fin del estado de alarma: «Sabemos lo que se nos viene encima»

Por ello, la Policía Municipal tendrá «una vigilancia concreta con más atención, por ser el fin de semana que es, muy delicado», explica un mando a este periódico. En lo referente a los bares y demás locales de ocio, al solo alargarse una hora la hora de cierre, la práctica de los agentes será la misma hasta ahora: control de aforo, de cumplimiento del horario y de que se cumplan las medidas sanitarias y de seguridad en ellos.

«Eso sí, las fiestas en viviendas dejan de ser ilegales; el problema va a estar en la calle, pues habrá más grupos de gente bebiendo en la calle, haciendo botellón», es la previsión. Por eso, ahí es donde habrá mayor refuerzo policial. Hasta 200 agentes más, especifica la concejal de Seguridad, Inmaculada Sanz. Se queja la también portavoz del Ayuntamiento de que el Estado «no haya dotado a las administraciones competentes de la legislación adecuada para poder dar respuesta a la situación de pandemia una vez finalizado el estado de alarma».

De ahí que el área que depende de ella vaya a redoblar esfuerzos para «el cumplimiento del horario de los locales» y en previsión de «las posibles aglomeraciones que se puedan producir en vía pública y en los botellones» ; así como al cumplimiento de las restricciones en las zonas básicas de salud, que sí que siguen vigentes.

Recuerdan las autoridades policiales de la capital que «el horario de la hostelería y el aforo lo deciden la Comunidad y que el uso de mascarillas y la distancia de seguridad siguen en vigor».

En cuanto a las celebraciones en viviendas, se recomienda (que no se prohíbe) que no se junten más de seis no convivientes bajo el mismo techo. Por ello, ya no podrán los agentes proponer para sanción a quienes estén de fiesta en un piso turístico o un domicilio habitual; pero sí hacerlo si se vulnera la ordenanza del ruido . Es decir, volvemos al escenario prepandemia.

Por ello, sin toque de queda pero con cierre de bares a la medianoche, todo hace pensar que la gente, o mucha de ella, se querrá quedar por la calle, también bebiendo.

Son conscientes en el Cuerpo local de que lo que se van a encontrar este fin de semana va a ser un escenario complicado a este respecto. Pero vaticinan que más problemático será el próximo, a partir del 14 de mayo, puesto que cae en San Isidro.

No se refieren a los grandes botellones que se producen en esta época del año, cuando comienzan a subir las temperaturas, «pero sí a reuniones de personas en plazas y parques consumiendo alcohol» .

«Nos vamos a volver locos. Sabemos lo que se nos viene encima» , resume un agente a este periódico. Serán fundamentalmente los policías adscritos a las unidades de distrito, con el refuerzo en los casos más conflictivos de las Unidades Centrales de Seguridad (UCS), los que se encargarán de velar por que todo transcurra bien.