Agresión en el campo: el actor 'Macgiver' denuncia ser apaleado a manos de cazadores furtivos en Madrid

Al filo del mediodía, Macgiver regresaba de la parcela donde duermen sus caballos y se encontró con la desagradable escena. «Me fijé en que llevaban un transportín y estaban recogiendo la malla. Pasé despacio con el coche y empezaron a insultarme y a hacer cortes de mangas», recuerda el afectado a ABC, sin saber aún lo que iba a suceder minutos después. El actor asegura que llamó a la Guardia Civil en reiteradas ocasiones para alertar de la situación... sin obtener el resultado esperado. «Fui hasta el pueblo y di media vuelta para grabarles un pequeño vídeo», prosigue, consciente de la mala calidad de la secuencia.

Fue entonces cuando accedió con su vehículo al camino donde estaban los cazadores para sacar imágenes más nítidas. «Les iba a decir 'esto así no', pero no me dio tiempo», señala, antes de que uno de ellos, al que el resto llamaba Marina (según consta en la denuncia), le amenazara primero («te llamas Adolfo Gómez Carbonell y sé donde vives) y le golpeara con un palo que recogió del suelo en la cabeza.

Tras el ataque, dos de los cazadores se unieron al forcejeo y un cuarto logró agarrarle de su barba, muy tupida «por la caracterización en series», mientras le decía: «Tú no me vas a grabar más, te voy a matar». A duras penas, el actor se metió en el coche al tiempo que este último individuo trataba de evitar que se marchase encaramado a la puerta. En la denuncia, Macgiver declara que el sujeto conocido como Marina le dice a sus compañeros: «Sé donde vive, es el más tonto de Caraquiz, ahora vamos a su casa y le damos una paliza». El intérprete aceleró para asustar a sus oponentes y escapó por la carretera M-103.

Con el susto todavía en el cuerpo, la víctima acudió al centro de salud de Torrelaguna, donde fue asistido a causa de una contusión frontal y recibió el consecuente parte de lesiones. Y al día siguiente, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Valdetorres de Jarama para interponer la denuncia. «He decidido marcharme de la finca que uso desde hace más de 20 años», apunta, resignado. A bote pronto, estima que ha puesto alrededor de 15 denuncias relacionadas con robos y asaltos y el panorama «no ha cambiado». Su primera decisión: sacar los caballos del espacio. «Lo he hecho por miedo, porque estos cazadores sí que son capaces de matar a un animal», sentencia.