Junts lleva al límite la negociación sobre la Presidencia del Congreso

Esta vez, al contrario que en la pasada legislatura, ninguno de los potenciales socios del PSOE puede fallar. Todos deben ir a una y eso hace que algunos de sus posibles aliados se froten las manos. Este lunes Puigdemont, expresidente de la Generalitat y huido en Waterloo (Bélgica) desde 2017 para esquivar su responsabilidad penal por el 'procés', ha encarecido la negociación, que ya empezó, justo después de las elecciones del 23 de julio, con las palabras referéndum y amnistía como principales platos del menú.

«Afrontar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción. Quizá por eso, a medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones. Paciencia, perseverancia y perspectiva», ha escrito en catalán Puigdemont en la red social X, el antiguo Twitter, al comienzo del día.

Después, para añadir más incertidumbre a las calculadoras socialistas, que echan humo aun sin haber empezado a rodar la XV Legislatura, ha trascendido, como han confirmado fuentes de Junts a este diario, que la cúpula del partido se reunirá el jueves a primera hora para decidir qué posición mantendrán los diputados de Junts en la elección del presidente del Congreso y del resto de miembros de la Mesa de la Cámara Baja.

Noticia Relacionada

El PSOE y Sumar reivindican que la Presidencia del Congreso sea socialista

Gregoria Caro

Bildu no contempla la entrada de nacionalistas en la Mesa y descarta pedir un puesto

Esa jornada se constituyen las Cortes Generales, en un primer examen a las fuerzas emanadas del 23J, pero la mirada está puesta en el Congreso, ante la mayoría absoluta del PP en el Senado, que le garantiza el control de la Mesa de la Cámara Alta y la Presidencia. La sesión constitutiva arrancará en el Congreso a las diez de la mañana y antes, justo antes, la cúpula de Junts dictará a sus diputados a quién votar para cada puesto del órgano de control de la Cámara Baja.

Para la constitución de la Mesa, se vota primero la Presidencia, después las cuatro Vicepresidencias y, por último, las cuatro Secretarías. Cada diputado introduce en urna, y en secreto, el nombre de un candidato y los que más respaldos congregan se hacen con el puesto. No hay posibilidad de bloqueo, como en la investidura, porque nadie se puede posicionar en contra de un aspirante. Cada parlamentario se limita a apoyar a uno.

Con este panorama, partidos como ERC y Bildu dibujan una tesitura consistente en apoyar al candidato socialista para evitar que el PP se haga con el control del órgano de gobierno del Congreso. Aun así, los separatistas de izquierdas también exigen contrapartidas «técnicas» por especificar, aunque ninguno reclamará un puesto en la Mesa. Fuentes parlamentarias de distintos partidos dan por hecho que Junts y ERC se conformarán en este primer trámite con que les permitan tener un grupo propio —algo para lo que habrá que hacer una interpretación laxa del 'Reglamento del Congreso'— y que más adelante, cuando se constituyan las comisiones parlamentarias, exigirán ocupar presidencias.

La batalla por la Mesa del Congreso no es definitiva —en Extremadura, por ejemplo, la izquierda controla ese órgano, pero gobiernan PP y Vox—, aunque si el PP lograse la Presidencia, la izquierda recibiría un duro varapalo que pondría en el disparadero la viabilidad de la legislatura. Las negociaciones avanzan a varias bandas discretamente, este lunes se han visto los diputados de Bildu con el secretario de Estado socialista Rafael Simancas, pero de momento se limitan, principalmente, a la Mesa del Congreso.

Probablemente, el nivel de exigencia real de los independentistas —previo acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar— se visibilice ya de cara a la investidura de Sánchez, el plato fuerte, aunque habrá que ver primero si el popular Alberto Núñez Feijóo consigue presentarse con los apoyos suficientes para que el Rey le encargue una primera intentona. Una opción que no podrá prosperar salvo que el PNV levante su 'no es no' al PP; trasladado oficialmente dos veces distintas.

Con ese horizonte en mente, Junts debate entre un escenario más posibilista y uno rupturista en el que mantenga sus posiciones de máximos: referéndum y amnistía. Ni Naciones Unidas contempla el derecho de autodeterminación para un caso como el catalán ni parece que la amnistía tenga un claro encaje constitucional. No obstante, ya se escuchan las primeras voces cercanas al socialismo que apuestan, al menos, por conceder lo segundo a los de Puigdemont.

Iván Redondo, exjefe de gabinete de Sánchez y su principal gurú hasta su primera crisis de gobierno, ha titulado este lunes su columna en 'La Vanguardia' «Por qué la amnistía sí». «¿Por qué la amnistía sí? Porque España se merece entrar en una dinámica de negociación y acuerdo, una política más fluida, más ágil. Que el país se empiece a mover y a funcionar de otra manera, desbloqueando la vitalidad atrapada entre tensiones y disputas inútiles», razonaba en su artículo.

Hasta ahora, ningún ministro socialista ni nadie del PSOE ha ido tan lejos y se limitan a rechazar la autodeterminación y la amnistía cuando se les pregunta por estas cuestiones. Pero por ahora las conversaciones se mantienen con absoluto secretismo, por más que este lunes Puigdemont reclamase más discreción. Desde que Meritxell Batet anunció su renuncia a la reelección como tercera autoridad del Estado, algo que se interpretó como un gesto hacia los independentistas —que le echaban en cara no haber permitido la tramitación de su ley de amnistía—, nadie habla de nombres.

En las conversaciones en los pasillos del Congreso se pregunta a unos y otros por Félix Bolaños, Francina Armengol y Carmen Calvo como posibles candidatos, pero nadie sitúa a ninguno como favorito ni apunta ningún otro nombre más allá de los que citan los periodistas. Este lunes la ministra Pilar Alegría, como hizo el propio Bolaños la semana pasada, pidió «prudencia» y «discreción».

Al margen de la negociación del PSOE y Junts para elegir la Presidencia de la Cámara Baja, los partidos más a la izquierda también mantienen contactos con Puigdemont para lograr el apoyo a Sánchez en la siguiente votación: la investidura. Lo que pase el jueves estará muy relacionado con esto. Fuentes de Sumar explicaron a ABC que el designado por Sumar, el líder de los comunes Jaume Asens, mantiene vivo un diálogo con Puigdemont. Se conocen de su etapa en Cataluña, trabajaron juntos y guardan afinidad y relación personal. Si bien el PSOE reprochó que Yolanda Díaz nombrara a alguien de su equipo para trabajar de forma unilateral el sí de Junts a la investidura de Sánchez, dado que el PSOE negocia por su parte con este partido independentista, lo cierto es que la líder de Sumar no se arrugó y continúa con las conversaciones mientras pide, también, discreción.

La propuesta de Coalición Canaria (CC), que el PNV presida el Congreso de los Diputados, cayó en saco roto en menos de 24 horas. Los nacionalistas vascos ni siquiera se han pronunciado al respecto, el PP y el PSOE no están dispuestos a renunciar a que uno de sus candidatos esté al frente del órgano de gobierno de la Cámara Baja, y ningún otro soberanista avalará a un aspirante que no sea del Partido Socialista.

Este lunes, los diputados y senadores de Bildu han comparecido conjuntamente, tras presentar sus credenciales como parlamentarios, y han echado por tierra cualquier posibilidad de que el PNV presida el Congreso. «Mi impresión es que este tema no está sobre la mesa ni como posibilidad», zanjó la portavoz 'abertzale' en la Cámara Baja, Mertxe Aizpurua, a preguntas de la prensa. «No tenemos constancia de que el PNV haya puesto esta cuestión sobre la Mesa», ha insistido la diputada.

Aizpurua ha afirmado que Bildu ni quiere ni ha pedido puestos en la Mesa, aunque sí ha hablado de ciertas exigencias futuras a las que no ha querido poner nombre, más allá de hablar de los objetivos de su formación: una mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía vasca, un «reconocimiento nacional de Euskal Herria» y una «contribución al tiempo de paz» en el país. Bildu es una coalición separatista de izquierdas que integra a Sortu, el partido heredero de la ilegalizada Batasuna, que ejerció de brazo político de la disuelta banda terrorista ETA.

En cualquier caso, las exigencias de Bildu no son ni comparables, al menos en abierto, a las de Junts, y Aizpurua ha reiterado la idea que ya trasladó su coordinador general, Arnaldo Otegi, de que la voluntad de su coalición es «favorecer un gobierno progresista». «Discreción, prudencia y responsabilidad», ha repetido la dirigente 'abertzale', prácticamente parafraseando a los ministros que han ido hablando estos días atrás.

«No creemos — ha dicho sobre la posibilidad de tener un puesto en la Mesa— que esto sea lo que necesita nuestro pueblo». El discurso de Aizpurua está en plena sintonía con el de Teresa Jordà (ERC), que ya la semana pasada dejó claro que para su formación no era fundamental estar representada en la Mesa del Congreso.

Fuentes independentistas señalan que precisamente su voluntad de romper con España haría incongruente su presencia en el órgano rector de la Cámara Baja, aunque ya formaciones nacionalistas como CiU y el PNV han estado en el pasado en la Mesa. Desde Podemos se deslizó la semana pasada que la Mesa debería estar presidida por un nacionalista como gesto hacia ese «Estado plurinacional», pero ni PSOE, ni Sumar —dentro del que se engloba Podemos—, ni ERC ni Bildu lo contemplan.

Está por ver ahora si el PNV quiere al menos estar representado en el órgano, porque por el momento no se ha pronunciado. Fuentes parlamentarias destacan que para la izquierda y los nacionalistas el control de la Mesa del Congreso es fundamental, por lo que dan por zanjado, más allá de la exhibición de fuerza de Junts, que finalmente habrá acuerdo. En caso contrario, si el PP se hace con el control del órgano porque no se unen sus adversarios, consideran que la legislatura sería prácticamente inviable y que la repetición electoral se asomaría peligrosamente.

Dirigentes de Sumar daban este lunes por hecho que tendrán dos puestos en la Mesa y apuntaban que el PSOE, en función de si cede o no uno al PNV, tendrá otros dos o tres, con los que se asegurarían la mayoría en el órgano. Está por ver también si hay acuerdo en la derecha, donde el PP deberá decidir si se vota a sí mismo en todos los puestos, lo que le garantizaría cuatro de nueve asientos, o si cede uno a Vox en un intento de aunar esfuerzos para tratar de arrebatar la Presidencia a la izquierda.

El próximo miércoles entregarán sus credenciales como diputados los cinco electos del PNV, a primera hora de la mañana, aunque desde el partido ya se avisa que no tienen pensado dar declaraciones a la prensa. Los nacionalistas vascos podrían ser claves para decantar la Presidencia de la Mesa, porque sus votos, junto a los de PP, Vox, UPN y CC, serían suficientes para nombrar a un presidente popular. No obstante, su 'no es no' a una investidura de Alberto Núñez Feijóo no deja lugar al optimismo para la derecha.