La amnistía afianza a los socialistas como primer partido en Cataluña

Hasta las elecciones generales del año pasado, los socialistas no pasaban del 23% de apoyos en Cataluña, lo cual ya les concedía una importante representación, pero no predominante. En las generales de abril 2019 se quedaron en esos guarismos y en la repetición de noviembre cayeron al 20,6%, en ambos casos por detrás de ERC. Entre medias, en las europeas de ese mismo año, lograron de nuevo un 22%, muy lejos de su resultado nacional (33,2%). De hecho, en esa cita el PSOE volvió a quedar segundo en Cataluña superado de largo por Junts (28,6%) y empatado con ERC (21,2%).

Un poco mejor le fueron las cosas a Illa en las autonómicas de hace tres años, en las que ya logró ser primero, pero de nuevo sin despegar de esa barrera del 23% y con los dos grandes partidos secesionistas, ERC (21,3%) y Junts (20%), pisándole los talones. Por eso no pudo hacerse con la presidencia de la Generalitat.

El primer acelerón de los socialistas en Cataluña llegó en las generales del año pasado, cuando Sánchez y el propio Illa negaban la amnistía por activa y por pasiva. Eso no impidió que el PSOE disparara sus apoyos en esa comunidad, que se convertía así en la principal palanca a la que se agarró Sánchez para seguir en La Moncloa, gracias a que creció hasta la mitad en porcentaje de voto respecto a su mejor resultado en todas las citas anteriores desde que llegó al Gobierno: de ese tope del 23% de los votos que los socialistas no conseguían romper en Cataluña hasta el 34,5%.

La explicación de semejante crecimiento en el 23-J es que Sánchez e Illa consiguieron erigirse en el voto más útil para muchos catalanes independentistas o a la izquierda del PSOE frente a las amenazas deslizadas desde Vox en caso de que esas generales permitieran un vuelco con los de Abascal en el Gobierno central.

Pero, aunque la amnistía no fue decisiva en esos comicios, sí ha permitido después a los socialistas crecer lo suficiente para consolidarse en torno al 30% de los apoyos en las citas posteriores en Cataluña. Un listón al que no pueden ni acercarse las demás formaciones catalanas, lo que afianza al PSOE como primer partido en esta región estratégica. La primera demostración fue en las elecciones regionales de hace un mes, ya con la amnistía encarrilada y en las que Illa rozó el 28%, casi cinco puntos más que en las anteriores. Y la segunda el pasado domingo, ya con la ley atada y rematada, cuando los socialistas llegaron al 30,6% en Cataluña, hasta 8,5 puntos más que en las anteriores europeas, casi medio punto mejor que en el resto del país y 2,7 más que un mes antes en las catalanas.

Los socialistas han hecho caja electoral en Cataluña incluso a costa de los principales beneficiados de esta medida. Tanto Junts como ERC siguen en caída libre: los de Puigdemont han perdido más de diez puntos entre ambas citas europeas (del 28,6% al 18%) y los de Junqueras casi seis y medio (del 21,2% al 14,8%). Y lo mismo le pasó a Esquerra en las autonómicas, en las que se dejó un tercio largo de sus apoyos (del 21,2% al 13,6%). Sólo Puigdemont se mantuvo en el 21,6% tras crecer un pírrico punto y medio. En cualquier caso, a bastante distancia de un PSOE que, como demuestran las urnas, es el que más y mejor ha rentabilizado la amnistía en esta parte de España, que no en el resto