La izquierda alternativa al PSOE se reencuentra con sus cuentas pendientes
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Iniciar sesiónLa izquierda alternativa al PSOE comienza el nuevo curso político tal y como lo acabó: con todo patas arriba. Ahora, tras el parón estival, se prepara para reencontrarse de nuevo, cara a cara, con las mismas cuentas pendientes que dejó aparcadas en julio e incluso ... con alguna que otra más que se ha ido añadiendo al saco.
El primero y políticamente más relevante de los frentes que la afectan directamente -aunque sea por proximidad en el tiempo- son las elecciones en Andalucía, previstas para junio del próximo año y que serán, junto a las de Castilla y León, en primavera, el gran test que sirva para medir su capacidad de unidad o la ruptura total de cara a unas futuras generales programadas, salvo sorpresa mayúscula, para 2027. La incógnita radica en si todas las fuerzas del espacio volverán a caminar juntas como ya sucedió en 2022 bajo las siglas de la coalición Por Andalucía.
Los partidos que integran el espacio, y en, especial, IU, que tomó la batuta y fijó el inicio del verano como plazo para alcanzar un acuerdo en el territorio y evitar así los pactos apresurados e 'in extremis' de hace tres años. Dicho y hecho. El pasado 1 de julio los de Antonio Maíllo dieron el pistoletazo de salida al proceso de preparación de las autonómicas andaluzas en compañía de Movimiento Sumar e Iniciativa por el Pueblo Andaluz, pero sin Podemos, Alianza Verde y Equo, que, por el momento, permanecen al margen.
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No es un portazo al entendimiento con la formación de Ione Belarra, pero sí a un aviso de que el proceso ya está en marcha. Pero a Podemos, como ellos mismos confiesan, no le gustan los ultimátum. Al menos, a la dirección nacional. Su líder en Andalucía, Raquel Martínez, dice compartir con los de Maíllo la necesidad de no agotar los tiempos y de llegar a otoño con los deberes hechos. Sin embargo, desde Madrid, y pese a anunciar que se dejaría en manos de las bases la reedición de la coalición en Andalucía, siempre echaron el freno, escudándose en que no pactarán con partidos integrantes del que apodan «Gobierno de la guerra».
Entre ellos, figuraría el proyecto de Yolanda Díaz. También IU, donde no se ve con buenos ojos que la dirección estatal morada dé instrucciones a su filial andaluza. Más aún, opinan fuentes del partido de Maíllo, cuando dirigentes morados y gran parte de la militancia están a favor de volver a confluir y sacar rédito de la unidad. «Debe ser cada territorio el que decida sin injerencias ni intromisiones», sentencian.
Caminos bifurcados
Poco o nada ha cambiado a la vuelta del verano. «Tenemos dos proyectos políticos muy diferentes; aquellas fuerzas que legitiman al Gobierno del rearme y facilitan el genocidio [en Gaza], quitándole importancia a la corrupción porque viene desde el PSOE y nosotras, que estamos para hacer que las cosas pasen aunque eso tenga un coste político», decía la número dos y futura candidata a las generales de Podemos, Irene Montero, la pasada semana, en una entrevista en Catalunya Radio, preguntada por una candidatura conjunta con el Sumar de Yolanda Díaz, quien, a día de hoy, sigue sin postularse para encabezar la lista del espacio a los próximos comicios.
Sabe Díaz que, de cara a la opinión pública, ese movimiento la batiría en duelo con la exministra de Igualdad, quien lleva meses desdeñando la oferta de reconciliación de la vicepresidenta segunda del Gobierno e invitándola a unirse a las filas del PSOE.
El tema de las listas electorales podría considerarse en estos momentos un asunto de política ficción con el espacio a la izquierda del PSOE enmarañado en pleitos domésticos que habrán de solucionar de aquí a dos años. Según la teoría de Podemos, antes, ya que, los morados están convencidos de que la intención de Pedro Sánchezde de presentar presupuestosen 2026 atiende a «una jugada para ir a un adelanto electoral» como ya ocurrió en 2018 cuando ERC tumbó las cuentas estatales.
Precisamente ERC ha protagonizado algún que otro titular estos últimos meses y no por la quita de la deuda a Cataluña, sino por la propuesta de su portavoz en el Congreso de un frente común de izquierdas, llegando incluso a deslizar el nombre de Irene Montero para liderarlo. Una iniciativa de la que se ha desligado la cúpula republicana -Oriol Junqueras no ve factible más allá de con Bildu y BNG en las elecciones europeas- y que tampoco ha entusiasmado al conjunto del espacio.
Bicefalia
La mayoría de fuerzas se han desmarcado ya, coincidiendo en que las propuestas de unidad no pueden ser meras ocurrencias. Es el caso de IU, pero también de Movimiento Sumar. El pequeño partido que queda del gran proyecto al que algún día aspiró Yolanda Díaz vuelve, además, a tener la casa por barrer después de que la bicefalía que situó al frente del mismo para sustituirla hace apenas unos meses, en marzo, se haya quedado descabezada. El diputado Carlos Martín anunció a principios de agosto que renunciaba al liderazgo orgánico que compartía con Lara Hernández por motivos de salud.
No abandonó, eso sí su escaño en el Congreso ni tampoco la Portavocía de Economía y Hacienda del grupo parlamentario Sumar. En caso de el gurú económico de Díaz hubiera decidido hacerlo, la siguiente en las listas era la coportavoz y eurodiputada de Podemos, Isa Serra. Los de Belarra hubieran pasado así de cuatro a cinco asientos en el Grupo Mixto de la Cámara Baja, al que se trasladaron en diciembre de 2023 tras romper con Sumar. Mismo sitio en el que recaló uno de los dos diputados de Compromís en junio de este año.
Águeda Micó, de Més, facción mayoritaria de la coalición valencianista que lidera Joan Baldoví, decidió romper con Díaz tras la negativa de Sumar de llamar a comparecer a Pedro Sánchez en la comisión de investigación de la dana en el Congreso y ya de paso desvincularse de la corrupción que cerca al ala socialista del Gobierno. Su compañero, Alberto Ibáñez, de Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, se quedó.
A la vuelta del verano, lo que sigue en duda es la permanencia en el grupo de Vicenç Vidal, de Més. Los soberanistas baleares han de volver a consultar a sus bases en otoño, según ha podido saber ABC y tras el empate técnico de junio, si provocar o no una nueva baja en Sumar, que, sin Vidal, se quedaría con 24 de los 31 asientos del 23-J.
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