Intercambio de golpes a base de wasaps: «delito y cotilleo» para Sánchez, «bochorno» para Feijóo

«Sin rodeos», ha comenzado su intervención el líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo, con dos palabras que constituían toda una declaración de intenciones. «Esta mañana hemos conocido que se implicó en el rescate de una compañía aérea [Air Europa] por 475 millones de euros. Pidió darle una vuelta para que saliese adelante», ha dicho el presidente del PP, recalcando que días antes se había producido la famosa llamada entre la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, y el CEO de Globalia, matriz de la aerolínea, Javier Hidalgo. «Le doy una oportunidad, diga la verdad y dé explicaciones».

Nada. Sánchez, en un tono socarrón, ha ignorado por completo a Feijóo y ha pasado al ataque: «Se regodean con una filtración que es un delito. Pretenden ganar por agotamiento, pero ya le digo yo que van a perder en 2027 por aburrimiento». Primer mensaje, casi como en cada sesión de control: mantiene intacta su voluntad de agotar la legislatura. Después, ha añadido: «Ustedes, en la oposición entretenidos con la casquería que les dan. Nosotros, en el Gobierno mejorando la vida de la gente». Feijóo anunció el lunes que el PP celebrará su Congreso nacional en julio y dijo que se pasa así del cónclave que eligió a León XIV al cónclave popular. Retomando el símil, el presidente ha repuesto: «Ándese con ojo porque uno entra Papa y sale cardenal».

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Pilar De la Cuesta

La réplica, un segundo asalto transcurrido por los mismos derroteros, ha evidenciado la estrategia que ha seguido el Gobierno en toda la sesión de control. Ante los wasaps, críticas al Congreso del PP y nueva palabra comodín. Si hace unos meses los populares habían activado «la máquina del fango», ahora el argumentario monclovita les ofrece un festín de «casquería». Resumía Feijóo algunos de los apelativos de Sánchez, «petardos» para sus presidentes autonómicos, «maltratador» para Pablo Iglesias, «pájara» para Margarita Robles, antes de reiterar, como ha hecho desde que estalló el caso Koldo, que el presidente «lo sabía» y «participó», en este caso, en el controvertido rescate de Air Europa.

Feijóo ha aseverado que antes se especulaba con la información que podía tener «un país extranjero», en clara alusión a Marruecos, del móvil de Sánchez, pero que ahora ha salido a la luz por los mensajes que se intercambiaba con Ábalos. Al que fuese ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE lo mantuvo en las listas del partido tras relevarlo de sus cargos, ha dicho Feijóo, «porque le tenía miedo». «Váyase, convoque elecciones y ahorre el bochorno a los españoles. Siga echando de menos al señor Ábalos, nadie le va a echar de menos a usted», ha concluido Feijóo, fuertemente ovacionado por su bancada.

Pero ahí estaba Sánchez para emplear sus dosis de sarcasmo, esquivar de nuevo el cerco popular, y arremeter contra el líder de la oposición. Si convoca el Congreso de su formación para un hipotético adelanto electoral, le ha preguntado Sánchez, «¿por qué pedían elecciones?». «¿Es que la actual dirección del PP no estaba preparada?». Tras ello, ha cuestionado el liderazgo de Feijóo: «Por muchas piezas que cambien en el Congreso del PP, no van a cambiar la pieza que no funciona, la pieza averiada, que es usted».

Fuentes del Gobierno reconocían después de la sesión de control que los mensajes de WhatsApp publicados son «incómodos», «no son agradables», pero aseguraban a la vez que Sánchez está «bien» y creen que incluso traslada la imagen de «un presidente contenido y educado». «Es salsa rosa, es morbo», despachaban en los pasillos del Congreso, en un intento de mostrar indiferencia, y sostienen que políticamente no les harán daño. En el Ejecutivo no descartan que la filtración proceda del propio Ábalos, pero tampoco tienen nada claro que sea así. En lo que insisten, como ha hecho Sánchez desde la tribuna de oradores, es en que puede ser un delito contra el derecho a la intimidad.

El asunto de los wasaps ha desaparecido en la pregunta que le ha formulado al presidente el líder de Vox, Santiago Abascal, interesado de nuevo por la compra de gas a Rusia, pero en la contrarréplica, ya sin que tuviese oportunidad de responder el diputado derechista, Sánchez le ha animado irónicamente a presentarse al Congreso del PP tras, según él, haberle ganado la «batalla ideológica» al asumir los populares sus postulados. De nuevo, una estrategia premeditada, porque el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, le ha dicho después lo mismo a la portavoz del Grupo Parlamentario Vox en la Cámara Baja, Pepa Millán.

Su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, no se ha resistido a hablar del asunto del día. Sánchez, en su primera respuesta al republicano, había dicho que algunas noticias, como el crecimiento económico de España, han pasado desapercibidas porque el país, según él, está centrado «en el cotilleo». Percha suficiente para Rufián para colgarse de ella: «Hablando de cotilleos, a mí me gustaría saber los wasaps entre Cayetana Álvarez de Toledo y Casado, entre Ayuso y Frank de la Jungla, pero, sobre todo, entre Feijóo y Mazón, sobre todo cuando el segundo estaba en El Ventorro».

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha probado mejor suerte con la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de la que también se han publicado mensajes de complicidad con su excompañero Ábalos. Montero sí ha respondido a las cuestiones sobre Air Europa, aunque ha negado cualquier irregularidad y ha aseverado que el Tribunal Supremo ya «dijo», en sus palabras, que no había ningún «indicio». Si bien es cierto que el Alto Tribunal no aprecia hechos delictivos, sí considera que tanto Ábalos como Koldo García, su exasesor en el Ministerio de Transportes, presionaron para que se concediese el rescate a la aerolínea. «Usted manipulando no tiene precio», le ha echado en cara Gamarra, a quien Montero ha contraatacado apuntando de nuevo al «liderazgo fallido» de Feijóo, hoy pieza de caza mayor.

Le preguntaba a Bolaños el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Miguel Tellado, si le merece la pena seguir en el Gobierno con tanto charco alrededor. «¿No le parece un poco petardo?». «Señor Feijóo, he visto a su grupo aplaudirle enfervorecidamente. Cuídese, que les conocemos», ha deslizado Bolaños, en una velada referencia a la caída de su antecesor, Pablo Casado. Tellado, directamente, ha definido a Sánchez como «el capo de la mafia». «Ustedes, en la casquería, en el barro. Andan en la nadería, en el insulto», ha contestado el titular de Justicia. La sesión ha continuado impregnada de wasaps, con algún toque de literatura, como la cita de Millán a Quevedo —el poeta, no el cantante— y su frase «creyendo lo peor, casi siempre se acierta». «Es una pena que no vayan a participar en las primarias del PP porque dicen lo mismo», ha zanjado Bolaños, en el enésimo intento gubernamental de igualar a los dos partidos de la derecha.