Robles, relegada por Sánchez y señalada ahora en los mensajes de Ábalos
Trata de restar importancia a los wasaps tras años rodeada de polémica
El Gobierno anuncia que iniciará acciones legales por los mensajes de Sánchez y Ábalos si no hay una investigación de oficio
Solo cuatro ministros acompañan a Pedro Sánchez en el Gobierno desde que llegara al cargo en junio de 2018. Una de ellas es Margarita Robles, fiel sanchista ya desde antes de que este habitara en el Palacio de la Moncloa. No en ... vano, fue una de las pocas diputadas y diputados que le acompañaron en su famoso 'no es no' a la investidura de Mariano Rajoy en 2015. Sánchez la recompensó dos años después, cuando logró recuperar el poder del PSOE, con el nombramiento de portavoz del grupo parlamentario en el Congreso.
Jurista de profesión, fue pionera en el acceso de la mujer a la judicatura. Fue la primera en presidir una sala de lo penal, una Audiencia Provincial -la de Barcelona- y una de las primeras en acceder al Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En política, fue secretaria de Estado de Interior (1994-1996) en la etapa en la que Juan Alberto Belloch ejerció de 'superministro' al frente de las carteras de Interior y solo aceptó volver a la primera línea de la mano de Sánchez.
Es habitual que Robles haga gala pública de esta larga trayectoria profesional. «Llevo toda mi vida dedicada al servicio público», repite cuando es cuestiona por un asunto u otro. A esta coletilla recurrió también este martes cuando tuvo que hacer frente a la revelación de los mensajes en los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hablaba sobre ella con el entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos. «Es una pájara», «se acuesta con el uniforme», son algunas de las afirmaciones que, según los mensajes destapados por el diario 'El Mundo', envió el presidente hablando de su ministra de Defensa.
Ella sin embargo intentó ayer quitar hierro al asunto, insistió en que se trata de una conversación privada de hace mucho tiempo y por lo tanto no merece más valoración. «Llevo siete años en el Gobierno, cómo no me voy a sentir respaldada», insistió sin querer transmitir ningún resquicio de malestar o debilidad. Lo que no quiso revelar fue si había hablado directamente del asunto con el propio Sánchez en la reunión del Consejo de Ministros que habían compartido a primera hora del día, pero dejó claro que no piensa abandonar el cargo.
Rodeada de polémicas
«Lleva muchos años en esto», apuntan sobre Robles algunos de sus colaboradores cercanos para relativizar el daño que le hayan podido los mensajes. Lo cierto es que no es la primera vez que se ve envuelta en la polémica desde que llegó a Defensa. La primera ocasión fue nada más recoger la cartera de ministra, cuando aún el Gobierno estaba tomando consistencia tras el sorpresivo éxito de la moción de censura.
Entonces, Robles anunció la decisión de paralizar la venta a Arabia Saudí de unas bombas de precisión cuyo contrato se había firmado años antes. La reacción de Riad no tardó en llegar e incluso se puso en peligro el ambicioso y millonario programa de construcción de fragatas que había firmado con Navantia. La polémica acabó con la primera desautorización de la ministra y el visto bueno del envío por parte del Gobierno.
Pese a todo, o precisamente por ello, Robles es una de las ministras mejor valoradas del Ejecutivo. Aunque nunca ha abandonado su fidelidad a Sánchez, ha dejado entrever en numerosas ocasiones su malestar con algunas decisiones. Por ejemplo, no fue fácil su convivencia en el Gobierno con el socio de coalición durante su primera legislatura, Podemos. Sus encontronazos con su entonces líder y vicepresidente del Ejecutivo, Pablo Iglesias, fueron continuos; igual que dejó mensajes de malestar con los acuerdos con los independentistas o con Bildu.
Desde entonces, ya en el segundo mandato de Sánchez, se han repetido los choques o desautorizaciones. Otro ejemplo fue el del envío de carros de combate Leopard a Ucrania. Robles dijo que no era posible porque estaban almacenados en un estado «lamentable», pero el propio presidente anunció su envío en una visita a Kiev.
Esta última polémica, la de los wasaps, ha sorprendido a la ministra en plena celebración de la feria de la industria y seguridad más importante de España. A ella se agarró este martes para restar importancia al contenido de esos mensajes -«Estoy estupenda, seguimos trabajando y encantada del éxito de la feria»-. Sin embargo, también ha sido controvertido su papel en el aumento exprés de la inversión militar impulsada por el Gobierno para llegar al 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) este mismo año. Pese a la histórica inversión en programas de armamento, Robles no ha tenido el protagonismo del discurso público y ha sido el propio Sánchez -o en su defecto el ministro de Exteriores, José Manuel Albares- quien ha llevado el peso del discurso. «Me encuentro estupendamente. Es realmente lo que siento», insistía ayer para transmitir que no tiene intención tampoco de caer ante esta nueva polémica.
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