bernabé tierno
«Los optimistas viven, de media, diez años más»
El psicólogo y terapeuta presenta en «Sabiduría esencial» una guía para hallar la felicidad con buenas vibraciones
PATRICIA ABET
Bernabé Tierno, conocido escritor de manuales de autoayuda —además de terapeuta y filósofo— asiste al encuentro con este medio tranquilo y con una sonrisa en la cara. Toda una declaración de intenciones de lo que es su teoría existencial y su mirada cara la sociedad. ... Él lo tiene claro, es importante tener una meta clara en la vida y saber cómo llegar a ella disfrutando de cada momento. Una finalidad un tanto utópica que el escritor defiende a capa y espada. «Hay muchas cosas difíciles en nuestro día a día, pero no imposibles».
La que está presentando es su publicación número cincuenta. ¿Qué lleva a un psicólogo a dedicarse a escribir libros de autoayuda de una forma tan entregada?
A mí me interesa mucho esta maravillosa biocomputadora, que es nuestro cerebro y que lo ha creado absolutamente todo, porque quien controla su mente sabe manejar también todo tipo de situaciones conflictivas. Precisamente por eso, además de campos como la psicología, me interesa mucho la neurología. Porque es el futuro.
Su experiencia como terapeuta le habrá enseñado muchas cosas sobre los seres humanos y su funcionamiento...
Sí, por ejemplo, a obviar la distinción entre buenas y malas personas.
¿No hay malos y buenos, entonces?
No, claro que no. Lo que hay es gente con problemas. Cuando uno estudia a fondo al ser humano descubre que no todo es tan simple como parece. Muchas de las personas que maltratan han sido maltratadas anteriormente, por ejemplo. Yo cuando veo que una persona no tiene sensibilidad ni empatía, intento llegar a lo más profundo de esa persona para que active aunque sea un rescoldo de bondad.
En su obra concede mucha importancia a la capacidad de los sujetos para tomar el control de su propia vida. Pero, esta labor no es tan sencilla si contamos, por ejemplo, con circunstancias como el paro o la mala salud...
Sí, pero para eso educamos. Tenemos que intentarlo porque es difícil pero no imposible. Ese estar al mando de ti mismo es primordial. Yo mido 1,74 y peso 74 kilos. Me encanta el chocolate y los bollos pero me controlo porque si no pesaría ochenta kilos. Eso depende de mí y estoy al mando de mí mismo. Si alguien me insulta o me menosprecia me digo qué suerte tienes por tener enemigos, porque quien no tiene nadie que lo admire o lo envidie es simplemente un pobre desgraciado. Hay que buscar el lado bueno de las cosas. A todos se nos pueden escapar malos sentimientos pero la tónica no puede ser ésa; no tenemos que ser como el toro que entra a la muleta.
¿A qué se refiere cuando usa el término «resilencia»?
Resilencia es un término psicológico que se refiere a la capacidad de resistir. Se trataría de la misma capacidad que tienen el mimbre o el junco. Esa resistencia es muy importante porque hay que aceptar que la vida es como un caleidoscopio donde te pueden pasar cosas muy buenas y también malas como quedarte sin trabajo, sufrir un desamor o enfermar.
Hablando de enfermedades, en alguna ocasión ha comentado que las personas optimistas viven más...
Eso es una realidad que se ha investigado. Una persona positiva vive diez años más, de media.
¿A qué se debe?
El optimista crea imantaciones positivas continuamente. Se crea menos problemas y activa felicidad. También está probado que los optimistas extrovertidos consiguen trabajo antes. Quien se lame sus heridas y está metido en su casa no activa nada bueno.
Usted se ha dedicado durante un largo tiempo a entrevistar a nonagenarios «vitales». ¿Qué aprendizaje ha extraído de estas charlas?
Lo que yo he aprendido es que lo que diferencia a esta gente es que, por mal que les vaya en la vida, su mirada siempre la orientan hacia las cosas positivas que, aunque no sean muchas, son las importantes. En Santiago, por ejemplo, entrevisté a un anciano de 93 años, muy risueño y dinámico que me decía que el único problema es que aquí no hay sol, pero que él se lo inventa. También charlé con una señora de 94 años, valenciana y con las comisuras hacia arriba, que me explicó que le había pasado de todo en la vida. Había estado a punto de morir, había perdido a hijos y también a nietos... lo más doloroso del mundo. Cuando yo le pregunté qué quitaría de su camino me dijo que nada, porque todo le había ayudado.
Una de las afirmaciones más sorprendentes de las que aparecen en su último trabajo apunta que los optimistas tienen más defensas contra dolencias graves, como el cáncer. ¿Este hecho está probado?
Eso está demostrado. Hay oncólogos que trabajan con mis libros porque se dan cuenta de que hay explotar todas las posibilidades del paciente. No es cuestión de que el enfermo llegue al médico esperando recibir un tratamiento. Yo pienso que hay que decirles, «sí eres el paciente pero quiero que te conviertas en agente». Tú tienes tu propia energía y puedes hacer muchas cosas por ti mismo y con tu actitud adecuada puedes reprogramar tu mente.
Eso de la reprogramación mental suena a ciencia ficción...
Tenemos que barrer las rutinas negativas. En la sinapsis de las células —si estás programado de manera positiva— las células que se van formando juntas en tu cerebro forman redes que te invaden. Un persona muy positiva, aunque las cosas le vayan mal, se va a su campamento base a donde resguardarse. Al final es tu propia actitud la que lo marca todo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete