Comisión general de las CCAA
Rueda rechaza que Sánchez «liquide la España autonómica» para ser investido
Censura en el Senado que la igualdad entre españoles entre en «subasta» por la «obsesión de mantenerse en el poder»
Se pronuncia en contra de «dar pasos atrás en la defensa de la convivencia» en un discurso, mitad en gallego y mitad en castellano, donde no pronuncia la palabra «amnistía»
Rueda se rebela ante las «inadmisibles» concesiones de Sánchez a Puigdemont
SANTIAGO
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Iniciar sesiónAlfonso Rueda ha rechazado este jueves en el Senado que Pedro Sánchez esté dispuesto a «liquidar la España autonómica» y que haga entrar en «subasta» la «igualdad entre todos los españoles» para atar su investidura, por su «obsesión» de «mantenerse en el ... poder», en alusión a las cesiones que estaría dispuesto a conceder a los independentistas, señaladamente los catalanes. Ante la Comisión General de las Comunidades Autónomas, Rueda se ha pronunciado asimismo en contra de «dar pasos atrás en la defensa de la convivencia» y rebasar «líneas rojas», en referencia a la disposición del presidente del Gobierno a privilegiar a sus socios en detrimento del resto de territorios.
Lo ha hecho en un discurso, mitad en gallego y mitad en castellano, de algo más de 16 minutos, en el que no ha pronunciado la palabra «amnistía» y en el que ha afeado a Pere Aragonés, que le ha precedido en el uso de la palabra, que no haya permanecido en la Cámara para escuchar su intervención y la del resto de presidentes.
El discurso de Rueda, muy vocal en su rechazo a las negociaciones de Sánchez para ser investido ya desde el mes de agosto, tenía especial interés por ser el primero que daría la réplica a Aragonés. Ha arrancado haciendo una defensa del autonomismo y ha agradecido la «claridad» del presidente catalán frente a las «sonoras ausencias» en la Cámara Alta de sus colegas socialistas o el lendakari Iñigo Urkullu, por no ser ni «coherentes» ni «valientes».
Como la víspera, ha subrayado que no venía a «hablar contra nadie», mucho menos otra comunidad autónoma, ni impedir nada», y como ha venido haciendo estos meses, ha reiterado que Galicia no quiere «ser más que nadie» en la misma medida en que no va a admitir que nadie esté «por encima»; y, «sobre todo», que nadie «por intereses personales», se lo permita a otros. «Ningún presidente», ha incidido, siempre en alusión a Sánchez, tiene «derecho a gobernar contra nadie» ni contra la Constitución.
El último tramo de su discurso en gallego lo ha empleado en reivindicar que «lo que pase en el resto de España me afecta y es de mi incumbencia», y en lanzar una advertencia: «el día que seamos insensibles» a lo que sucede en otras regiones, «la solidaridad entre territorios», que les da «razón de ser» y nos mantiene «unidos como país», no sólo «desaparecerá», sino que «será casi imposible, por no decir imposible, recuperarla».
«En juego, el futuro de España»
Ya en castellano, ha defendido una vez más una relación con el Gobierno de «lealtad», pero sin «sumisión», partiendo de la base de que Galicia no ha «forzado jamás» las «costuras» del Estado, como sí han hecho otras autonomías, lo que no es óbice para «reclamar» lo que le «corresponde». Siempre en pie de igualdad, rechazando una «redefinición territorial», hecha con «urgencia» y «pretendiendo que la ganancia de unos sea a costa de otros»; «liquidar la España autonómica no es un precio aceptable en Galicia», ha proclamado.
El titular de la Xunta ha puesto pie en pared, también, ante la pretensión de que entre en «subasta» la igualdad entre españoles por «cálculos» a «muy corto plazo». «Que nadie se confunda», ha enfatizado: «está en juego mucho más que el futuro personal y político de nadie» (por Sánchez), «aquí está en juego el futuro de España, que también es el futuro de Galicia y del resto de comunidades autónomas».
A renglón seguido, ha criticado que el presidente en funciones, por lo que se ha ido sabiendo, esté dispuesto a condonar unas «supuestas deudas históricas» de Cataluña con «cantidades astronómicas», en perjuicio del resto de territorios. Una desigualdad, ha denunciado, que se da en el ámbito económico, pero que se extiende al «trato político y jurídico».
Evidenciando la profunda indignación que causa en el gobierno gallego, ha calificado de «escandalosa» la «manga ancha» de Sánchez y su «voluntad decidida de retorcer la Constitución para justificar lo que haga falta», aunque no quepa en la Constitución. Y, al tiempo, el mismo Gobierno en funciones «analiza con lupa» todo lo que se aprueba en el Parlamento gallego de forma «férrea» y con una «implacable ortodoxia». El último ejemplo, la ley del litoral y el recurso ante el TC. «Mansedumbre» con unos y «mano dura» con otros.
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La España autonómica se rebela contra Sánchez y Aragonès en el Senado
Emilio V. Escudero
En la recta final de su intervención, dos mensajes. El primero para rechazar un modelo territorial que «obligue a escoger» entre territorios, para que unos ganen y otros pierdan, fomentar la «bilateralidad» en contra de la «armonía», la «igualdad» y la «multilateralidad». La política autonómica, ha reivindicado, ha de ser «el elemento de unión fundamental» en España. Y el segundo, para rechazar los discursos que «alimenten la división», porque sólo provocan «resentimiento». Han de quedar en el pasado y que nada, «especialmente los cálculos políticos a corto plazo, egoístas y personalistas, les concedan la razón que (…) nunca tuvieron».
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