Los nombres propios del juicio del Alvia
la tragedia de santiago
En los próximos meses desfilarán por la sala de vistas de la Cidade da Cultura centenares de testigos y peritos, claves en la causa. Estos son algunos de ellos.
Un grupo de personas contempla la retirada de los vagones al día siguiente del accidente
El juicio por la tragedia ferroviaria de Santiago comenzó ayer con una primera sesión limitada a la resolución de cuestiones previas. Pero será hoy cuando se entrará en el meollo judicial con el interrogatorio a Francisco José Garzón, el maquinista. A continuación —hoy ... o mañana— se espera la declaración del exjefe de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte, el otro encausado. De manera más o menos explícita, sus respectivas defensas tratarán de responsabilizar al otro imputado del accidente. Pero aunque en la causa haya solo dos imputados, en los próximos meses desfilarán por la sala cientos de testigos y de peritos, algunos claves en el devenir de la vista. Estos son varios nombres propios a los que prestar atención en un juicio histórico.
El responsable «directo» por una llamada que «mermó su atención»
El exceso de velocidad fue el detonante, y el juez instructor atribuye al maquinista la responsabilidad «activa y directa» por su conducción «desatenta» durante una llamada del interventor, que viajaba a bordo, y que no era urgente. Debía atenderla, según el juez, pero «se prolongó más de lo estrictamente necesario». Entró en el túnel que precede a la curva a 179 km/h y cuando descarriló aún circulaba a 179, cuando la velocidad máxima era de 80. Su defensa tratará de descargarle de responsabilidad apelando a la peligrosidad del tramo y a la supuesta falta de medidas a las que propio Garzón aludió en una conversación con el Centro de Regulación de Circulación (CDR) de Atocha tras el accidente.
Toleró una «situación de riesgo» al no evaluar la peligrosidad de la curva
Al maquinista le acompaña en el banquillo el exjefe de seguridad de Adif, para quien la Fiscalía también reclama cuatro años de prisión. Pese a que el juez instructor, hasta en dos ocasiones, imputó a varios altos cargos de la empresa pública responsable de las vías, tras varios varapalos de la Audiencia de La Coruña solo Cortabitarte fue encausado. Adif, según los investigadores, no evaluó de forma «integral» los riesgos de la curva, cuando esos exámenes además de «necesarios» eran «preceptivos». Dentro de la «compleja estructura» de Adif el responsable era Cortabitarte por no analizar los peligros de ese tramo, «tolerando una situación de riesgo» pese a tener sobre la mesa informes que le alertaban del peligro de Angrois.
El autor de la llamada al maquinista que se demoró más de la cuenta
Nunca ha estado imputado, pero su testifical será una de las que más expectación levantará. Antonio Martín, el interventor que viajaba en el tercer vagón, y con quien el maquinista hablaba en el momento del accidente, será uno de los primeros testigos en comparecer (en principio, el 26 de octubre). Le telefoneó, según justificó, para preguntarle si en Pontedeume podía estacionar en la vía más cercana a la estación para facilitar la salida de una familia. En sus primeras declaraciones ni Garzón ni Martín aludieron a esta conversación, que luego la caja negra desveló. Viajaba sentado junto al vigilante de seguridad Celso Castor G., que testificará el mismo día.
El hombre que cedió el testigo del Alvia a Garzón en Orense
Garzón no fue el único maquinista que condujo el Alvia aquella tarde. Había tomado el relevo de su compañero Javier I. en Orense. Su declaración está prevista en principio, también, para el 26 de octubre, aunque todo dependerá del ritmo al que avance la vista. Ante la Policía, Javier I. apuntó a dos aspectos sobre la curva: confirmó que ese era un tramo «delicado» pero también recordó que cuentan con un Libro Horario que advertía de que había que reducir la velocidad en dicho punto. También comparece ese día un mecánico de Renfe que viajaba en el tren.
Los informes técnicos, muchos contradictorios, serán una de las claves
Buena parte de la batalla se librará en el complejo terreno pericial. Especialmente, respecto a los intereses de Cortabitarte. Prácticamente en lo único que coinciden los peritos es que Adif no hizo una evaluación integral del riesgo de descarrilamiento en esa curva. Pero, ¿era necesaria? Ahí discrepan. César Mariñas y los holandeses Frans Heijnen y James Robert Catmur (de la aseguradora QBE) coinciden en que ese examen era necesario desde el punto de vista normativo. Juan Carlos Carballeira, técnico de la Xunta, en cambio, dice que esta evaluación «no era exigible» normativamente; sobre su necesidad técnica, no dice nada.
El «homólogo» de Cortabitarte que sorteó el banquillo
Antonio Lanchares, exjefe de seguridad de Renfe, estuvo siendo investigado en los primeros compases, pero luego su imputación decayó. El juez reconoció que se le había imputado, en buena parte, porque Cortabitarte, su «homólogo» en Adif, aseguró que tenía una responsabilidad similar a las suya. Pero la investigación descartó que hubiera incumplido su deber en su área, que no era otra que el «material rodante», es decir, el tren, y la formación técnica del maquinista.
Ver comentarios