Los pactos para elegir a los alcaldes gallegos avanzan, con Orense en el aire
El PSOE y el BNG allanan el terreno para gobernar La Coruña y Santiago, donde podría conformarse un tripartito
La ciudad de As Burgas, el puzle más difícil por un posible 'cordón sanitario' a Jácome y la incógnita de la Diputación
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Santiago
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Iniciar sesiónLa formación de los nuevos gobiernos municipales surgidos de las urnas del 28 de mayo, en general, no registrará excesivas complicaciones en Galicia. Allí donde el PP no ha logrado la mayoría absoluta, única vía de los populares para hacerse con los bastones de ... mando en una comunidad donde la presencia de Vox es anecdótica, el PSdeG y el BNG buscan fórmulas para gobernar los concellos, en ocasiones con alguna otra fuerza política más en la ecuación. Dos días después de los comicios, las negociaciones en La Coruña y Santiago de Compostela avanzan, mientras en Orense, con un escenario poselectoral más complejo, tanto el Concello como la Diputación están en el aire.
En la mayoría de las siete ciudades gallegas, la formación de los gobiernos municipales no tendrá ningún misterio. En Vigo, por supuesto, la contundente victoria de Abel Caballero, que apenas ha sentido el desgaste de 16 años de mandato, no deja resquicio alguno que no sea el rodillo de una nueva mayoría absoluta del alcalde socialista. Tampoco hay secreto alguno en Ferrol, donde el popular José Manuel Rey Varela, tras los intentos de 2015 y 2019, ha escalado hasta los ansiados 13 escaños de la mayoría absoluta que le permitirán recuperar una alcaldía que ya encabezó durante un mandato (2011-2015).
Pontevedra, de Lores
En Pontevedra, el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores no soltará de momento el timón municipal. La suma del BNG (9 concejales) y el PSdeG (5) hacen inalcanzable la alcaldía para el popular Rafa Domínguez, pese a sus meritorios resultados —11 escaños, el partido más votado—. Lores está lejos de la mayoría absoluta —de hecho, se ha dejado dos concejales respecto a los comicios de 2019, cuando ya no la tenía—, pero los socialistas pontevedreses, que pasaron en estas elecciones de cuatro a cinco ediles, y que ya ahora forman parte del gobierno local, no cuestionan que el nacionalista debe seguir siendo alcalde.
Iván Puentes, cabeza de lista del PSdeG en Pontevedra, no pondrá piedras en el camino. Este martes, en una rueda de prensa, afirmó que «no sería deseable» que Lores no vuelva a ser alcalde. Eso sí, advirtió que no está dispuesto a ser una mera comparsa: ni «multa», ni «bastón» ni va a «regalar sus cinco votos». Puentes cree que es el BNG el que tiene debe «asumir esa bajada» de apoyo ciudadano, «que tendrá que ceder poder y áreas de responsabilidad» y «cambiar la manera en que se tomaban las decisiones y se funcionaba dentro de la coalición de gobierno».
Lores, por su parte, recogió el guante, y se congratuló de que Puentes no cuestione que él debe encabezar de nuevo el gobierno local, por séptima vez consecutiva. «Pontevedra habló y quiere que siga siendo alcalde. Me alegro muchísimo de que el PSdeG sea de la misma opinión«, valoró Lores este martes después de la junta de gobierno local. También dijo, según recogió Ep, que en las negociaciones no iba a imponer ninguna «línea roja».
Lugo, de Lara Méndez
Como Domínguez en Pontevedra, la popular Elena Candia tampoco podrá ser alcaldesa de la ciudad de Lugo pese a ser la candidatura más votada. La socialista Lara Méndez podrá retener la alcaldía con el apoyo del BNG. Socialistas y nacionalistas están condenados a entenderse de nuevo.
Pero donde más parecen estar moviéndose los partidos en estas primeras jornadas poselectorales es en La Coruña y en Santiago. En la capital herculina no se percibe impedimento alguno para que la socialista Inés Rey, que se quedó un escaño por debajo del PP, revalide la alcaldía con apoyo nacionalista. Este martes, tanto Rey como Francisco Jorquera (BNG) se mostraron abiertos a buscar «fórmulas» para garantizar un gobierno «progresista». Jorquera expresó su «máxima disposición», pero avisó también de que hay «muchos aspectos para corregir».
Hasta aquí, con la excepción de Rey Varela, ciudades en las que los alcaldes actuales tienen todas las papeletas —es un decir— para seguir al frente de sus respectivos municipios. Pero Santiago es otra cosa. La capital gallega fue escenario de una de las mayores sorpresas de la noche electoral y la ciudad de la región donde la debacle socialista fue más acusada. Y también el ejemplo más evidente del terreno que le han ganado los nacionalistas.
Contra el pronóstico de muchos, Borja Verea (PP) consiguió unos notables 11 escaños. Pero lo que estaba en pocas quinielas era el 'sorpasso' del BNG de Goretti Sanmartín al PSdeG del alcalde en funciones, Xosé Bugallo. Empatados en ediles (6), el BNG superó al PSdeG en votos y ahora toma la delantera en las negociaciones. Sanmartín ha citado para jueves y viernes a los equipos del PSOE —donde ya no estará Bugallo— y Compostela Aberta (dos ediles) para tratar de buscar la fórmula de un gobierno «amplio y estable».
Y Orense. La ciudad donde su peculiar alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, ganó las elecciones (11 ediles) pese a sus discutibles maneras y a los audios que apuntan a presuntas corruptelas. PP (7), PSOE (6) y BNG (4), de una manera u otra podrían entenderse para mantener a Jácome alejado de las instituciones. Pero la incógnita de la Diputación puede condicionar los pactos.
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