A juicio tres ganaderos por imponer jornadas de 13 horas, sin días libres, a sus empleados

Las víctimas son dos hombres marroquíes que ganaban apenas 700 euros mensuales

Galicia creará un 'banco' para asegurar el relevo generacional en explotaciones agroganaderas

Exteriores de la Audiencia provincial donde se juzgará el caso ABC

Jornadas de más de 13 horas, sin días de descanso ni fines de semana, por apenas 700 euros al mes. Estas eran las condiciones laborales que durante dos años tuvieron los dos empleados de una explotación ganadera de Guntín, en Lugo. Los encargados de esta ... granja son un padre y sus dos hijos, que esta mañana se sentarán en el banquillo de la Audiencia provincial de Lugo para responder por las acusaciones, que podrían corresponderse con un delito de explotación laboral. El escrito de acusación del caso revela el día a día de los dos trabajadores, entre octubre de 2018 y agosto de 2020. No tenían días de descanso, ni vacaciones, ni la familia los había dado de alta en la Seguridad Social, unas condiciones por las que la acusación exige para los procesados tres años de prisión para cada uno de ellos. Del exiguo sueldo que le pagaban cada mes, los acusados restaban además 50 euros por gastos de un alojamiento que consistía en ofrecerles un techo en un anexo de la explotación con un hornillo eléctrico como único instrumento para cocinar y que los dos empleados debían compartir tras las largas jornadas de trabajo en la granja.

Por el presunto delito contra los derechos de los trabajadores, la Fiscalía exige nueve años de prisión en total y que los tres procesados indemnicen de manera conjunta a uno de los empleados con 13.240 euros por los salarios y pagas extras impagadas, así como 6.000 euros adicionales por daños morales. Para el otro trabajador, el Ministerio público reclama indemnizaciones de 2.042 euros por los conceptos salariales y 1.300 euros por el perjuicio moral sufrido.

Sobre el tiempo que se prolongó la situación, cerca de dos años, el fiscal señala que ambos trabajadores asumieron ese calendario laboral contrario a la normativa debido a su situación, ya que eran migrantes, en situación irregular, desconocedores del idioma y sin recursos económicos. La denuncia se interpuso cuando los dos se marcharon a una casa de acogida en agosto de 2020 y confesaron lo que llevaban años viviendo en la explotación de Guntín.

Otro caso cercano

Llama la atención que, a poca distancia de esta granja, en Sarria, se produjo un caso similar que llevó a su dueña al banquillo en 2021 por emplear a tres ciudadanos colombianos sin permiso de trabajo, con jornadas de hasta 11 horas, bajo salario y condiciones insalubres. Los agentes de la Policía Nacional que los liberaron explicaron que dormían entre basura y roedores, y que había meses que no cobraban. En este caso, para dormir solo tenían «un colchón con los muelles reventados y un sofá cama en la cocina», mientras que el váter estaba inutilizado y tampoco disponían de agua potable, solo de una captación procedente del río que «la mayoría de las veces» salía «llena de barro».

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