el garabato del torreón
Olvidos e ingratitudes
En Galicia, la barbarie procede de la ignorancia de muchos alcaldes y concejales, los cuales a nada que los sacudes sueltan bellotas
Lo de andar poniendo y quitando lápidas me parece oficio más de sepultureros que de concejales. Tal manía apesta siempre a revancha, a cainismo, a garrotazos entre la izquierda y la derecha, una y otra nutridas de mentecatos. Hace ya un par de meses, ... el municipio madrileño de Alpedrete -que fue país de canteiros, oficio con germanía propia, anotada por Feliciano Trigo, cura y sabio- salió en los papeles por aquel intento de desalojar del nomenclátor local a Asunción Balaguer y a Paco Rabal. os gobernantes municipales, cuando se dejan llevar del fanatismo o de la ignorancia suelen hacer muchas tonterías. De gobernantes necios sabemos mucho por esta esquina del noroeste. Y de callejeros disparatados, ya ni les cuento. En la capital de la oscura provincia donde vivo tienen calle el centollo, la avutarda, el clavel y el Consello de Europa, por citar cuatro disparates entre los cuatrocientos que exhibe el catálogo.
En Galicia, la barbarie procede de la ignorancia de muchos alcaldes y concejales, los cuales a nada que los sacudas sueltan bellotas. Esa condición zopenca se resume en la supresión, porque sí, del nombre de José Calvo Sotelo, el político tudense asesinado en vísperas de la guerra civil. ¿Sabrán estos merluzos que gracias al Estatuto Municipal redactado por Calvo Sotelo y aprobado en 1924 quedaron reforzados el poder y la autonomía de los ayuntamientos en materias tan esenciales como el urbanismo, las infraestructuras y los servicios? ¿Sabrán que fue la disposición de José Calvo Sotelo la que acabó con los caciques históricos de Galicia? No creo, porque para saber estas cosas hay que usar la cabeza para algo más que embestir. En estos días de verano, una horita de lectura al día no hace mal a nadie. Y además sirve de alivio contra la ignorancia.