Las malas cartas del PP para gobernar (algo) en Orense

La izquierda quiere que las negociaciones de ciudad y Diputación vayan por separado. De la reunión de ayer entre los negociadores de PSOE y BNG van a salir unos bipartitos casi automáticos por Galicia adelante. Lo que viene a hipotecar el proyecto socialista con las poco moderadas veleidades nacionalistas de costumbre. En Orense suman diez ediles, por los siete de Cabezas. Y ahí vendrá el primer órdago al PP: o votan al alcalde socialista, o gobernará Jácome al tener también diez ediles pero ser la fuerza más votada.

La decisión del PP va a estar supeditada a las garantías que tenga de conservar la Diputación. Pero tanto PSOE como BNG se ven ante una oportunidad histórica de hincarle el diente a la institución provincial, y de paso dejar fuera de juego a Baltar, con lo que eso implica de simbólico en la política gallega. Y o mucho ha cambiado el cuento, o socialistas y nacionalistas no van a darle garantía alguna al PP.

Con un hipotético alcalde socialista en la ciudad desbancando al actual regidor, ¿qué haría entonces Jácome en la diputación? ¿Votaría un cambio para desbancar a Baltar y darle la presidencia también al PSOE? ¿Democracia Ourensana le entregaría todo el poder a su verdugo? Hacer cábalas con el comportamiento de Gonzalo Pérez Jácome es jugar a la ruleta, porque de aquí al día de autos puede ver una película que le inspire y modificar su criterio. Pero se antoja difícil de concebir.

Hay otro escenario, que empieza a ganar puntos, y que conjuga cinismo con oportunismo. Y es que el PSOE y el BNG voten a su bipartito en la ciudad, a sabiendas de que no tendrán el respaldo del PP, y se fuerce así la continuidad de Jácome. Le daría el relato a la izquierda de que ellos no han pactado con el actual alcalde, y que toda la culpa es del PP, por no aceptar su envenenada oferta. Acuérdense: el PP pasará a convertirse de nuevo en el culpable de que Jácome siga al frente del cortijo.

Y como derivada inmediata, ya con Jácome aposentado cómodamente en la ciudad y pudiendo seguir con sus «sobreprecios de la hostia», PSOE y BNG le intentarían seducir con compromisos de inversiones para que éste les entregue la Diputación. No nos engañemos, es el auténtico deseo de los partidos por lo que implica de fortalecimiento y consolidación de sus organizaciones en el territorio. Aquí, sin embargo, sí necesitarían que Jácome les diera sus votos, pero ya se encargarían PSOE y BNG de revestir este apoyo como 'puntual' y justificarlo por la excepcionalidad democrática de desalojar a la derecha de la institución. Daría igual que al PP le falte solo un diputado para la absoluta: le pueden dejar sin nada.

El escenario opuesto es que antes de ser tomado por pardillo, el PP se mueva, si bien su única salida es Jácome. Intentarlo con el PSOE es imposible, por su acuerdo con el BNG, por el actual contexto preelectoral que imposibilita todo entendimiento entre los dos grandes partidos. El precio de Jácome es conocido: dejarle en la alcaldía, para lo que bastaría que el PP se votara a sí mismo; y en la diputación que los representantes de DO se abstengan. Ahí saldría el PP como grupo mayoritario.

El peaje a pagar sería de relato: el PP mantendría a un alcalde que tiene denunciado ante la Fiscalía por prácticas supuestamente corruptas, y además perpetuaría a Baltar, al que le empieza a rodear demasiado ruido. PSOE y BNG se frotan las manos con los posibles beneficios electorales tanto en Orense como en el conjunto de Galicia. Y hay autonómicas el año que viene. Lo dicho, malas cartas.