La economía gallega «gana tracción» pero su crecida se «enfriará» a lo largo del segundo semestre del año

El Foro Económico de Galicia pronostica que será el efecto de políticas europeas más «contractivas» que atajen la inflación a escala internacional

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Ponentes y miembros del Foro Económico, momentos antes del acto de presentación de este jueves, en Santiago MIGUEL MUÑIZ

La economía gallega ha ganado «tracción» durante los tres primeros meses de 2023. La Comunidad ha sido testigo de la reactivación de algunos de sus sectores clave y ha culminado el periodo trimestral registrando un alza del 2,8% en su PIB, que ... en ese tiempo «se aceleró» sin llegar a sufrir una recesión. Sin embargo, los expertos prevén que tanto el tejido económico autonómico como el estatal están destinados a perder, gradualmente, ese fuelle de dinamismo que vio la luz con las políticas europeas expansivas y de ayuda internacional que se aplicaron para paliar la crisis pandémica. De cumplirse los pronósticos, será un cambio de paradigma hacia políticas europeas más «contractivas», en un intento por atajar la inflación a gran escala, el gran condicionante para que siga el desarrollo a medio plazo.

Así lo han expuesto los profesores Santiago Lago Peñas y Fernando González Laxe, miembros del Foro Económico de Galicia, en la presentación del Informe de Coyuntura Socioeconómica que tuvo lugar este jueves en Compostela. Para explicar la razón tras el crecimiento de la economía gallega, los expertos han señalado hacia las políticas económicas que se diseñaron para dotar de dinamismo a un tejido encaminado a la parálisis. Fue cuando llegaron los fondos europeos de financiación, claves para que la economía gallega pudiese ganar «tracción económica» en tres ejes que fueron un aval para su crecimiento en los últimos meses: una alta demanda internacional de exportaciones, la reactivación industrial y el afloramiento del turismo. Los fondos sirvieron, subrayó Laxe, para captar y retener en Galicia proyectos y líneas de investigación estratégicas que se han canalizado como nutrientes para los sectores de la energía, la extracción de materias primas, la hostelería y el comercio.

Como segundo argumento, han expuesto que «la pandemia sigue presente» –en cierto modo– porque, tras haberla superado, la gente «cambió la mentalidad» hacia una en la que «quiere disfrutar», lo que explica las tasas de subida «espectaculares» en el sector turístico y hostelería en esos primeros tres meses del año, con una sociedad que aún hace uso del ahorro «embalsamado» durante la crisis. Una tendencia que, hasta ahora, ha puesto su gran de arena para evitar el freno de la economía a pesar de «los elementos de incertidumbre» que rodean al consumo y el gasto. Pero advierten de un cambio de paradigma que empezará a notarse a partir de la segunda mitad de este año y se acrecentará cuando, a falta del impulso europeo del que se ha gozado en los últimos tiempos, «las cosas no estén tan bien».

Blindaje ante el reajuste

Ante preguntas de este medio, los expertos han señalado que a lo largo del segundo semestre de 2023 y en 2024 el desarrollo económico se verá limitado por medidas «contractivas» que aplicará la política monetaria europea para «enfriar la economía» y frenar la inflación a escala internacional. Lago ha afirmado que «es verdad» que la inflación está más controlada en España que en otros países de la UE pero ha subrayado que, por tratarse la política monetaria europea de una «común» para las naciones, no estará adecuada al caso particular de cada una y en España se aplicará de forma «más contractiva» de lo que le «tocaría».

Ha recordado que Galicia había recuperado sus niveles económicos prepandémicos antes que España; «sufrió» menos, pero el crecimiento autonómico interanu al es ahora el más lento de los dos. Galicia, dijo Laxe, presenta un «gran nivel de apertura comercial», de los mayores entre las comunidades autónomas y notable, incluso, en el plano europeo. Un mercado amplio, el gallego, pero «polarizado» y en el que, para Laxe, conviene fomentar la diversificación. Internamente, sus líneas de producción se inclinan a nutrir los sectores textil, automovilístico y conservero, que conforman el 50% de sus exportaciones. Y también externamente, con Francia, Portugal e Italia como principales socios comerciales, aunque, ha matizado Lage, hace unos meses que este mercado busca abrirse y «las empresas empiezan a diversificarse» hacia territorios de África y América.

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