El PIB gallego, «estancado» al término del primer trimestre del año

Según ha explicado en el acto de presentación de este viernes el director del Foro y catedrático de Economía en la Universidad de Vigo, Santiago Lago Peñas, la delantera del caso gallego se debe a su menor dependencia del sector turístico -uno de los principales dolientes de los efectos de la crisis que acompañó la pandemia- frente al caso español. Con todo, ha puntualizado Lago, este último aún experimenta el «efecto rebote» de ver reactivada su economía, mientras que Galicia atravesó su apogeo en la primera mitad del pasado año. Desde entonces, ha aclarado, el crecimiento ha sido mucho menor, pese a haber logrado cerrar ese periodo con números que rebasaban levemente los de 2019.

Lago ha querido confrontar su resumen con una valoración más positiva: la de que los agentes económicos gallegos, como administraciones y empresas, están siendo capaces de «vivir y tomar decisiones» a través de «momentos de incertidumbre»; aquellos, ha dicho, que emanan de una crisis de producción de recursos que ha vuelto el entorno macroeconómico «hostil, incómodo». Pero, aún así, ha celebrado que se cumpliese la apuesta del Foro Económico, contraria a una mayoría de pronósticos de expertos, por que la economía Galicia «estaría recuperada» de los efectos de la pandemia -entendiéndose por igualar los niveles previos a su inicio- al término de 2022. En esta línea, cabe recordar que han sido cinco comunidades autónomas las que han logrado esa recuperación en su PIB: además de la gallega, Castilla-La Mancha, Navarra, Murcia y Aragón.

El miembro del Foro y coordinador del acto, Fernando González Laxe, ha desgranado más a fondo estas conclusiones cifrando el crecimiento del PIB de Galicia en el 5% durante el primer semestre de 2022 y en el 2% en el segundo, reflejo del mencionado desinfle, fruto de su «desacople» respecto a la media estatal. Laxe ha subrayado que, si bien el año pasado «hemos mejorado muchísimo el nivel de eficiencia productiva» en términos generales, este no ha sido el caso del sector industrial, el cual ha calificado «de arrastre» por cómo está vertebrada la economía gallega, el cual «sigue perdiendo peso en el PIB».

Por ello, ha advertido que Galicia corre el riesgo de caer en las que ha denominado «trampas del desarrollo», indicadores que pueden inducir la creencia de que existe una evolución positiva general cuando el crecimiento «está estancado» porque 'cojea' de alguna de sus patas. Ha recordado que el último informe de competitividad regional de la UE, publicado esta semana, sitúa a Galicia en el puesto 149 de 234 y, a renglón seguido, lo ha considerado un «aviso» de que «hace falta impulso» como aval para el crecimiento. En este sentido, ha explicado que como consecuencia se ha producido una reducción del consumo, de las exportaciones y del gasto público gallegos -este último, consideró, «palanca» para su economía durante la pandemia-, si bien se ha producido una «recuperación de la inversión» en el ámbito privado, ha celebrado, tanto de «proyectos» como de «plasmación».

El economista José Francisco Armesto Pina, también representante del Foro, se ha referido a la evolución del empleo gallego como «positiva», si bien, admitió, la reforma laboral de 2022 «dificulta» su comparación con años anteriores y conviene esperar a los siguientes informes para evaluar las mejorías en profundidad. Con todo, ha hablado de una mayor tasa de ocupación y menor desempleo, así como de una menor temporalidad en los contratos que relacionó con la reforma del trabajo. También ha destacado un aumento del empleo femenino y de la población activa de entre 25 y 30 años.

Por último, el discurso del subdirector del Foro Económico, Patricio Sánchez Fernández, ha orbitado en torno a la problemática «coyuntural» de la inflación, la cual, ha dicho, «está por ver» si adquiere carácter «estructural». Sánchez ha aludido a una «bajada» respecto a 2022 pero, de nuevo, la comparativa se complica por situarse en marzo, justo hace un año, el inicio del conflicto bélico en Ucrania. Según ha explicado, la «persistencia» de la subida en los precios excede la anticipada y, si bien es «generalizada», tiene una «grandísima incidencia» sobre el sector alimentario.