Un documental profundiza en la historia de la 'Excalibur gallega'

El argumento del documental 'A espada de Mouruás' gira alrededor de la espada descubierta en San Xoán de Río en 1967, cuya historia se remonta tres mil años en el pasado

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Lucía Álvarez, directora del documental 'A espada de Mouruás' CEDIDA

JACOBO LEÓN

Santiago

Mouruás es una diminuta aldea perteneciente al Concello de San Xoán de Río, en la provincia de Orense. Rodeada de bosque de robles, castaños y abedules, la comarca pasó desapercibida durante muchos años hasta que, en 1967, se realizó un inesperado hallazgo en medio de ... los trabajos de construcción de una carretera: la Excalibur gallega. La explosión de unos cartuchos de dinamita en una roca en el lugar conocido como Pena dos Castros dejó a la vista una espada que había permanecido allí incrustada durante tres mil años. El arma, conocida como 'A espada de Mouruás', da nombre a un reciente documental que trata de desvelar no solo su propia historia, sino la de todas aquellas civilizaciones que forjaron el nacimiento de la cultura europea.

Tras su accidental hallazgo, la espada cayó en manos de una vecina de la aldea, Nemesia Blanco, quien contactó con el historiador Xesús Ferro Couselo. Este confirmó las sospechas de Nemesia y verificó la importancia del descubrimiento. El origen de la espada se remonta en torno a los siglos IX o X antes de Cristo, en la época del Bronce Tardío. Entonces, los fenicios comerciaban con las tribus de la Península Ibérica, entre los que destacaban los íberos, los celtas y los tartessos, estableciendo las primeras relaciones y rutas comerciales que, siglos después, aprovecharían los romanos. En el norte de aquel territorio, un guerrero —aunque los expertos ven indicios de que se pudiera tratar de una guerrera— clavó una espada en la hendidura de una piedra que terminó siendo su hogar durante tres milenios.

Lucía Álvarez, directora del documental 'A espada de Mouruás' al que pone su voz, tomó el testigo de esta leyenda con el objetivo de arrojar luz sobre el pasado de la región y su importancia como cruce de caminos cultural. «Nací en Mouruás. Es una historia con la que he crecido, pero siempre fue más como un cuento. Sabía que la espada era real, pero nadie le dio la importancia que tiene. No había estudios sobre ella ni había información sobre cómo afectó todo lo que rodea a esa espada en la civilización europea.»

La gran particularidad de la 'espada de Mouruás' señala a su antigüedad y a su forma. La herramienta es de tipo pistiliforme, nombre que obtiene de su parecido con el pistilo de una flor. El estar datada entre los años 1.100 y 900 antes de Cristo la convierten en una de las espadas más longevas de este tipo que se conservan en Europa. Las espadas pistiliformes proceden, según diversos estudios, de Francia y las inmediaciones del río Rin. Debido a su mejoría respecto a las armas conocidas hasta el momento, estas espadas se propagaron rápidamente por el continente hacia las costas Atlánticas. Los talleres locales las adaptaron a las características metalúrgicas de su zona, creando nuevas variedades.

En muchos casos, los yacimientos de las armas se han concentrado en el curso de ríos poco profundos como el Ulla, el Miño o el Sil, donde también se halló, hace más de cien años, la 'espada de Forcas'. Los investigadores creen que las espadas eran depositadas de forma intencionada como objeto ritual funerario ante la ausencia de cementerios de la época. Sin embargo, la 'espada de Mouruás' rompe con esta tendencia al encontrarse incrustada en una piedra, lo que sugiere que también podrían haber sido empleadas como señalización estratégica.

«Encontrar la magia de Mouruás»

En la actualidad, la espada forma parte de la colección del Museo Arqueológico Provincial de Ourense y emerge como eje central del citado documental, que terminó de rodarse recientemente en Terras de Trives, comarca a la que pertenece Mouruás. El protagonista es el paisaje, que relata su milenaria e importante historia a través de los ojos de un niño que interpreta Martín Mazarías Álvarez y de la voz de la propia Lucía Álvarez. «La prueba de que esta historia es importante es que toda persona desconocedora de ella y que se acerca a este guion se engancha, entiende y quiere saber mucho más. Eso unido al maravilloso paisaje que tiene la zona la va a convertir en una película de un gran atractivo», explica Álvarez.

El criterio del rodaje ha sido buscar la magia del lugar: la fraga, las piedras y los caminos que conforman el profundo significado de «una encrucijada de más de tres milenios, mediante un relato sencillo y asequible para todos los públicos.» El encargado del guion ha sido José Ramón Fernández, Premio Nacional de Literatura Dramática, mientras que el trabajo de documentación, que se extendió durante tres años, contó con la colaboración del historiador Miguel Fernández y del antropólogo Miguel Losada. El estreno del documental, producido por Mezzoforte 111, coincidirá con la celebración del Ourense Film Festival, que tendrá lugar a finales de septiembre.

El objetivo del documental es «encontrar la magia del lugar de Mouruás», conocer su papel en la construcción de la civilización actual y acercar a la población la historia que le rodea. «Porque entender de dónde venimos, nos hace saber quiénes somos», remarca Lucía Álvarez.

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