Declaran culpable al autor del crimen machista de O Birloque

Fiscalía y acusación particular han mantenido, en la última sesión del juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de La Coruña, la petición de condena de 25 años de prisión, con agravantes de alevosía, parentesco y género. También han incidido en la ausencia de «colaboración» por parte del encausado, así como en su falta de arrepentimiento. La defensa, por su parte, ha ratificado la petición de calificación de homicidio para el procesado, así como la aplicación, entre otras, de la atenuante de arrebato u obcecación y de haber actuado tras consumo «de alcohol y drogas tóxicas».

Durante el juicio, especialistas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) han rechazado que el acusado padezca algún trastorno de personalidad ni trastorno psicótico, aunque si ratificaron un historial de «dependencia de alcohol y otras sustancias». También rechazaron que haya elementos para considerar que tenía alterada su capacidad cognitiva el día de los hechos, tras los cuales huyó, y por los que fue detenido días después en Madrid, al cabo de una intensa búsqueda.

En su momento había sido el hijo de la víctima el que encontró el cadáver de su madre tendido en el suelo, con numerosas heridas de arma blanca, cuando regresaba el 19 de septiembre del trabajo a su piso de la calle Juan Darriba, al filo de las 2 de la madrugada. Junto al cuerpo estaba el cuchillo con el que la había agredido el hombre de 48 años con el que había iniciado una relación un tiempo atrás y que se dio a la fuga después de cometer el crimen.

Las primeras informaciones ya recogían que el hijo de la fallecida había reconocido que, unos días antes, la pareja había tenido una discusión muy fuerte, extremo que fue corroborado por los vecinos del piso en el que se produjo el asesinato, que también oyeron gritos en días previos aunque ninguno la noche de los hechos. El autor de los hechos tenía antecedentes por violencia de género en relación con otras dos parejas previas, aunque no constaban denuncias en el caso de la coruñesa fallecida.

El suceso conmocionó el barrio herculino de O Birloque, donde la víctima, que tenía dos hijos y llevaba años divorciada, regentaba una panadería. Tras conocerse el suceso, desde el Concello de la ciudad se convocó de urgencia una concentración silenciosa ante las puertas del consistorio «en señal de rechazo» por el crimen. La aún hoy alcaldesa Inés Rey también se había manifestado, trasladando a la ciudadanía su «conmoción» por el «terrible asesinato» y condenándolo como «una secuela [del machismo] que como sociedad tenemos que combatir».