Los ayuntamientos endurecen las restricciones ante la gravedad de la sequía

Un concello orensano incluso vigila con drones el llenado de las piscinas

Una vecina de Ribadavia coge agua embotellada facilitada por el Concello para los núcleos afectados por las restriciones brais lorenzo (EFE)

J. H.

Santiago

13/08/2022
Actualizado a las 19:47h.

Se suceden los llamamientos a la ciudadanía para hacer un uso responsable del agua. Y cada vez son más los ayuntamientos gallegos que dan el paso de aplicar medidas y restricciones ante el agravamiento de la sequía. Todo ello para evitar una «catástrofe» para sus ... respectivos municipios, tal y como señaló, por ejemplo, en declaraciones a Europa Press el alcalde de Barrio (Orense), Manuel Conde. Este concello incluso ha dado un paso más con el uso drones «para comprobar quién tiene las piscinas llenas».

En este concello orensano también habrá cortes de agua «puntuales» en casas ubicadas en las zonas más altas. «Es el peor año hidrológico desde que hay datos, las fuentes están bajo mínimos y alguna está con hilo de agua», lamenta el regidor.

Barrio es un ejemplo de lo que ocurre en otros muchos pueblos de Galicia, que adoptan medidas similares, de mayor o menor envergadura. En unos casos, por los problemas ya existentes en el abastecimiento de agua como Ribadavia (Orense), que tuvo que proceder a cortes de suministro ante su falta en el depósito municipal y donde se declaró la emergencia ante una situación «crítica». En otros, son de carácter más preventivo frente al «posible agravamiento». Este es el caso de Lugo, con limpieza de la calzada en días alternos. En esta provincia, hay ya restricciones en el consumo en varios ayuntamientos y algunos, como Sober, han habilitado desde hace días camiones cisterna para trasladar agua a una decena de núcleos de población. Otros municipios optan por controles del uso del agua potable en la red municipal. En este sentido, se decantan por regar los jardines públicos con agua reutilizada y no apta para el consumo.

En Miño (La Coruña), un municipio que en verano duplica su población, se procedió, como en otros ayuntamientos gallegos, al cierre del suministro de agua en playas o la prohibición de usar la de la traída pública para baldear o llenar piscinas. La misma medida, y antes que en otras provincias, ya la habían adoptado municipios orensanos, incluso con sanciones para quienes lo incumplan. La sequía también implicará cambios en la Fiesta del Agua de Vilagarcía de Arousa, que prescindirá de las habituales mangueras de camiones cisterna para el evento.

En estos momentos, en Galicia, según informó la Xunta a Ep, 104 ayuntamientos disponen de planes de emergencia frente a la sequía, 46 de ellos en la demarcación Galicia-Costa, aunque, de las grandes ciudades, solo Santiago. Desde la Consellería de Infraestructuras afirman que los niveles de ríos están «en los índices más bajos desde que se tienen registros en la demarcación Galicia-Costa». Por ello, insisten en que hay una «amenaza real» sobre el abastecimiento.