Mejor colorado un rato que toda la vida descolorido

Ojo, porque el caso Jácome puede tener muchas aristas. Si quienes le grabaron fueron sus interlocutores… que se eche a temblar, si realmente fue un tercero quien le puso un micrófono oculto en el despacho, el daño puede ser político (ya se verá), pero difícilmente judicial. Si siempre fueron imprescindibles las garantías judiciales para hacer escuchas, mucho más ahora con las posibilidades que ofrece la tecnología de manipular, cortar, pegar y hacer decir lo que no se ha dicho. Y si finalmente los audios no le pasan factura electoral podría darse la vuelta la tortilla y convertir en víctima el que hasta ahora era señalado.

De todos modos, el caso de Orense tiene delito, porque a Gonzalo Pérez Jácome no le fue mal en 2019, pero no ganó las elecciones municipales sino que quedó tercero y es alcalde porque PP y PSOE han sido incapaces de llegar a un acuerdo para gobernar.

Esta legislatura ha pasado entre promesas de rascacielos, polémicas con sindicalistas y funcionarios y cheques regalo para tomar cañas. El personaje maneja bien las redes sociales y ha copiado de Abel Caballero su papel de showman en fiestas, conciertos y romerías. A por el voto de la carallada y el «mañana ya se verá».

Pasar página del deterioro político de Orense es complicado y requiere altura de miras por parte de los partidos tradicionales. Es tan importante saber gestionar el día a día como reaccionar con eficacia cuando las circunstancias lo requieren. El PP nunca debió haber apoyado a Democracia Orensana y el PSOE tendría que haber facilitado un entendimiento con los populares por el bien de la ciudad. Mejor colorado un rato que toda la vida descoloridos.