incendio en las fragas del eume
Cuando las llamas se extinguen
Con el incendio bajo control, los esfuerzos se concentran ahora en elaborar un proyecto de reforestación para el parque natural y, sobre todo, en evitar que las cenizas lleguen al río y contaminen una zona de alto valor natural
Las 750 hectáreas de terreno arrasadas en el incendio que afectó este fin de semana al parque natural de las fragas del Eume deberán ser sometidas, tras la extinción de las llamas, a un plan de reforestación orientado a recuperar los hábitat protegidos dañados, tanto ... en lo tocante a la fauna que los poblaba como a su flora. Preocupan, sobre todo, las 370 hectáreas de alto valor ecológico arrasadas, según un primer diagnóstico elaborado por los técnicos del departamento de Medio Ambiente.
La situación del parque, dividido en parcelas privadas y montes mancomunados, obligó ayer al Gobierno gallego a solicitar la colaboración de los propietarios de las parcelas afectadas por las llamas para fijar medidas de protección. El objetivo de este acuerdo es blindar el río Eume y la ría de Ares ante la posibilidad de que las lluvias que se esperan para los próximos días acaben arrastrando las cenizas hasta su cauce . Y es que, en opinión de algunos expertos, la contaminación del agua y la difusión de especies invasoras del entorno de las fragas del Eume será un realidad de producirse, en los próximos días, precipitaciones de intensidad.
Un escenario preocupante
Ahondando en la cuestión, el catedrático de Edafología de la Universidad de Santiago, Francisco Díaz-Fierros, explica que la consecuencia más inmediata de la aparición de fuego en este enclave natural será la pérdida de nitrógeno (uno de los principales componentes de los fertilizantes químicos), que conllevará la reducción de la fertilidad en la zona quemada. En este sentido y para Díaz-Fierros, el peor de los escenarios posibles llegaría de la mano de unas lluvias probables después de una temporada de sequía como la que atraviesa la Comunidad gallega desde la pasada primavera. En este caso, las precipitaciones arrastrarían el suelo y las cenizas y las depositarían en el río que cruza el parque y que, a estas alturas, se encuentra más seco de los habitual. Una situación «más sensible a esta agresión».
Las buenas noticias para la recuperación del parque llegarían, paradójicamente, de la mano de precipitaciones suaves que favorecerían la recuperación de la capacidad hídrica del suelo y el crecimiento de la vegetación que las llamas devastaron. Este proceso, que tardaría de quince días a un mes, protegería al suelo del parque de la erosión. Para los expertos, es la «situación idónea».
Un tercer problema derivado del grave incendio que asoló a las fragas del Eume vendría dado por la falta de adaptación de las especies que habitan en el parque al fuego , y que podría conllevar su desparición. Entre las especies más afectadas los ecologistas hablan de lobos, martas, gatos montescos, jabalíes, corzos, zorros, ciervos y gamos. En lo tocante a la flora, los expertos temen que las plantaciones de eucaliptos del entorno del parque invadan la zona de la fraga, en la que hasta ahora convivían diversas especies de alto valor ecológico.
Entre las medias propuestas por la Xunta dentro del plan de reforestación destaca la siembra de trigo en las zonas quemadas, que contribuiría a fijar el suelo y prenvendrían de corrimientos de tierras hasta el inicio de la repoblación.
La plantación no puede ejecutarse de inmediato, ya que hasta que se sofoquen por completo las llamas no estarán dispuestas las planimetrías que marquen los pasos a seguir para recuperar los distintos entornos. Además, son actuaciones que deben tratarse con los propietarios.
Concentraciones
Paralelamente a los labores de extinción y enfriamiento de la zona, las plazas de las principales ciudades gallega se convertían en la tarde de ayer en punto de encuentro de las concentraciones en contra de los incendiarios convocadas a través de las redes de las sociales. En muchas de ellas, que reunieron a centenares de personas a excepción de la de Santiago, que congregó a un millar de ciudadanos, se reprodujeron las críticas políticas iniciadas el sábado contra la gestión de la Xunta en el conflicto. «Lumes, nunca máis» fue un lema repetido en varias de las concentraciones, en la mayoría de los casos con muy significada presencia de políticos del BNG o de su entorno sindical, y menos del PSdeG. Además, en Pontedeume se constituyó una plataforma por la recuperación del entorno.
Por la mañana, los conselleiros Agustín Hernández y Rosa Quintana, responsables de Medio Ambiente y Medio Rural, respectivamente, se unieron a la concentración convocada por los concellos de la comarca de las Fragas del Eume, en la que estaban políticos de todos los colores. Tras la misma hubo una nueva reunión entre Hernández y los alcaldes de la zona.
A pie de parque, Quintana reiteró que el dispositivo contraincendios de la Xunta no pudo haber hecho más por limitar los daños. Y avanzó que está dispuesta a reunirse «con la gente que critica la forma que tenemos de trabajar en los parques, para ver cuáles son sus propuestas». También avisó de que la administración no puede actuar a su antojo: «Un parque está sometido a una serie de normativas comunitarias».
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