«Sin los militares embarcados, habría habido una catástrofe»

Los armadores franceses, que tenían el mismo problema que los españoles, sí resolvieron con éxito su situación, ya que el Gobierno de Sarkozy atendió en un mes sus peticiones y ahora pescan tranquilos con los militares a bordo. Sin querer entrar a valorar las decisiones del Gobierno español, frente a las que mantiene un prudente silencio, narra a ABC el resultado que está teniendo para su flota pesquera la experiencia de tener militares a bordo para protegerlos de los piratas.

«No más vidas en riesgo»

«La situación era muy difícil y lo que estaba en cuestión era que no se podía seguir poniendo en riesgo la vida de las tripulaciones. Hacía falta encontrar una solución, ya que, de otra forma, nos veíamos abocados a parar la actividad pesquera. Tuvimos que desplazar cinco barcos al Atlántico y los otros diez se hubieran tenido que ir de la zona de peligro. Habría sido una catástrofe económica porque los armadores no se plantean enviar los barcos a zonas peligrosas sin protección ».

Así explica Goujon el escenario en el que la flota francesa se movía en abril de este año y que les llevó a solicitar al Gobierno francés la colaboración de los militares. A la vista de la gravedad de la situación, plantearon su problema al Gobierno francés, con el que se sentaron a «reflexionar» sobre la solución más adecuada. A diferencia de lo que propone el Gobierno español, Francia descartó embarcar seguridad privada «porque había un problema legal» y, a través del Ministerio de Defensa, les ofrecieron la posibilidad de contar con los militares para garantizar su protección.

Esta solución se puso en marcha el pasado 1 de julio, como una operación militar independiente de «Atalanta», la misión de la Unión Europea. «Es una operación militar autónoma con base en Seychelles, donde hay un comandante que dirige la célula de coordinación, que está en contacto permanente con el Gobierno francés. Nosotros pagamos el viaje de los militares y su manutención y tenemos que cumplir una serie de obligaciones como la de pescar en parejas», explica este especialista.

El resultado de este dispositivo militar ha sido muy satisfactorio para la flota, «podemos pescar con tranquilidad y lo más importante es la confianza de las tripulaciones. Para nosotros no era aceptable que no tuviéramos esa seguridad», dice. En este sentido, afirma que «hay que evitar la escalada de violencia que hay en la costa de Somalia y los militares son los más adecuados para ello», señalando al mismo tiempo que la seguridad privada «puede ser una opción, pero no tan buena como la militar».

Michel Goujon no quiere inmiscuirse en los problemas de los pescadores españoles, aunque sí afirma que «si fuera uno de ellos estaría muy inquieto e intentaría luchar como mis colegas del país vecino para conseguir la máxima seguridad en mi trabajo». El armador francés asegura que espera que «por su bien», el sector pesquero español consiga su objetivo de embarcar militares en sus buques y desvela que «el Estado Mayor francés está dispuesto a comentar con España los detalles de la operación e intercambiar información».

No le ha sorprendido el secuestro del «Alakrana» porque «era posible. «¿Dónde iba a ser? imposible saberlo, ¿a quién? tampoco», pero afirma que la flota militar de «Atalanta» «no cubre la zona».