Presión para que Alcoa vuelva a negociar una venta mientras se enfría la intervención

Tras anunciar el fracaso de las negociaciones y amenazar con ejecutar 524 despidos en la factoría mariñana, los trabajadores han acudido a la justicia. Los sindicatos tratan de que se declare nulo el ERE demostrando que Alcoa ha actuado de mala fe durante todo el proceso. Argumentan que las pérdidas económicas que asegura tener la empresa no son tales y que prefiere cerrar la fábrica a cedérsela a Liberty House para evitarse la competencia. El TSXG aún tardará meses en valorar el asunto, pero mientras lo hace, los trabajadores han logrado una pequeña victoria . El Tribunal accedió a que las cubas, el alma de la factoría, sigan funcionando, aunque rechazó paralizar los despidos o que el Estado entrase como administrador en la planta. El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, explica que para mantener las cubas operativas «se necesita una parte muy grande de la plantilla». Por este motivo, confía en que Alcoa no empiece a enviar ninguna carta de despido de momento. El TSXG avala la tesis de que sería muy difícil volver a poner a funcionar la factoría en caso de que finalmente decidiese que los despidos son nulos. Rearrancar las cubas es un proceso muy costoso económicamente.

¿Pero accederá ahora Alcoa a la venta? Todo es cuestión de números salvo que la multinacional solo persiga eliminar la competencia , algo que niega. Según la versión de la multinacional estadounidense, discutida por la plantilla, mantener la electrólisis en funcionamiento le provoca pérdidas de más de un millón de euros a la semana. La sentencia del TSXG puede tardar meses . Además, desde el fracaso de las negociaciones, los trabajadores mantienen una huelga en la que bloquean la salida de la producción. A finales de esta semana, según Zan, el valor de la mercancía retenida superaba ya los 40 millones de dólares. Si Alcoa ejecuta los despidos, el Gobierno ha amenazado con reclamarle además otros 50 millones de euros que ha recibido por ayudas al CO2.

El coste total para Alcoa es muy superior a los 35 millones de euros que estima le costarían las indemnizaciones por despido. Pero la clave está en si sobrepasa la última oferta de Liberty House . La cesión de la planta mariñana al grupo inglés se había acordado por un simbólico euro, pero además los estadounidenses tendrían que poner fondos para futuras inversiones en la factoría y para segregarla de la planta de alúmina —que Alcoa piensa seguir explotando—. Según desveló el abogado de Alcoa en la audiencia sobre las medidas cautelares, lo que propone Liberty le cuesta a Alcoa «cinco veces más que el despido». Es decir, unos 175 millones. Otro hándicap por el que Alcoa se niega a vender es el papel de la fábrica de alúmina , que abastece de materia prima a la de aluminio. Liberty quiere el control sobre todo el complejo, o al menos garantías de suministro a un precio adecuado durante 20 años. Alcoa se niega.

Si la multinacional no retoma las negociaciones de venta, solo quedan dos caminos . El primero sería la expropiación de la factoría , pero el abogado del Estado desveló durante la audiencia que el Gobierno no se lo plantea. Lo hizo pese a los mensajes previos lanzados por varios ministros del Ejecutivo de Sánchez apuntando a esa posibilidad, que ahora desecha porque podría acarrear un largo proceso judicial si Alcoa la recurre. La segunda vía sería esperar a la decisión sobre el TSXG sobre si el Expediente de Regulación de Empleo se ajusta a la legalidad. «Esperamos no tener que llegar a este punto y que Alcoa acceda a vender», desea el presidente del comité de empresa.