Iván Duque se enrola en el Camino de Santiago

«Después del 7 de agosto de 2022 —fecha en que finaliza su actual mandato—, lo haremos peregrinando, caminando o en su defecto en bicicleta para llegar a Santiago de Compostela como lo que somos, seres humanos, comunes y corrientes, que se unen en lo más sublime, que es temerle al Todopoderoso», ha asegurado ante el centenar de comensales durante el breve turno de intervenciones. Antes de llegar al lugar del almuerzo, Duque ha participado junto a la primera dama colombiana, Maria Juliana Ruiz, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el alcalde compostelano Xosé Sánchez Bugallo y el dirigente opositor venezolano Leopoldo López en la Misa del Peregrino en la Catedral, que para la ocasión ha oficiado el arzobispo Julián Barrio. A su remate, el mandatario ha realizado una breve visita por el interior del templo. «Ver el botafumeiro expuesto, poder ir a la cripta donde están los restos de ese gran Apóstol, es para nosotros la ratificación de que Colombia peregrina a esta tierra santa» , ha reconocido Duque.

Los lazos de la emigración gallega, tradicionalmente, han estado vinculados con otros países latinoamericanos, como Argentina, Venezuela, Uruguay, Cuba o México. Duque dio una pequeña lección de historia. Los familiares de Antonio Nariño, uno de los padres de la independencia de Colombia en los albores del s. XIX, eran de origen gallego. «Era hijo de Vicente Nariño, que llegó a Colombia junto al empresario gallego Antonio de Ayala». Nariño, «el precursor de nuestra independencia», mantuvo correspondencia con varios amigos en los que expresaba su deseo por volver «a la tierra de sus ancestros», un anhelo que no llegó nunca a cumplir. El organizador de la comida y amigo personal de Iván Duque, Pedro Santos, ha sorprendido al presidente colombiano con el obsequio de una reproducción de las partidas de bautismo de «los primos de Antonio Nariño», naturales de Val do Dubra , una localidad próxima a Santiago de Compostela, una de cuyas parroquias mantiene el nombre de Nariño.

«Esta visita, en lo personal, será inolvidable» , ha asegurado, «en lo político, la reafirmación de nuestra herencia cultural y de nuestras raíces; y en lo emocional, es la ratificación de que Colombia, España y Galicia» han fraguado una relación «que nadie puede fracturar, ni por razones políticas ni ideológicas». «Cuando hablamos de la madre patria no lo hablamos con sumisión» , ha querido recalcar, «sino por la genuina herencia de compartir cultura, lenguaje, religión y tradición».

En un tiempo en el que se cuestiona el papel histórico de España en América —con el mexicano Andrés Manuel López Obrador alimentando un revisionismo que alimenta el odio a nuestro país, Duque ha salido al paso de la polémica con una particular visión. «Ni hubo descubrimiento, ni conquista ni colonia», ha zanjado, «hubo un encuentro y un vínculo para siempre» .

«Nos pareces un político de fiar», ha bromeado Núñez Feijóo durante su intervención previa, «y eso no se le puede decir a cualquiera. Te seguimos, vemos lo que haces y no es fácil», porque «tienes vecinos complicados», por lo que llamó a «perseverar en la democracia en tu país». Uno de esos vecinos es Venezuela. En la sala se encontraba el dirigente opositor Leopoldo López, acompañado por su mujer Lilian Tintori y sus padres. Durante el coloquio posterior, López ha tomado la palabra para referirse a Duque como «campeón mundial en política de inmigración» , por la apertura de fronteras a los dos millones de venezolanos que abandonaron su país hacia Colombia «huyendo de una dictadura».

«Iván Duque seguirá siendo un luchador por la libertad de Venezuela» cuando remate su mandato, ha destacado López. El mandatario colombiano ha ironizado con el hecho de que vaya a ser expresidente «con 46 años, y la media de edad de mi familia son 90», y se compadeció de sus rivales políticos, a los que tocará aguantar sus críticas en el futuro. «Seguiré dando lucha y batalla enfrentado a cualquier régimen contra la libertad» , ha proclamado. Preguntado por qué puede pasar en su país en las próximas presidenciales, a las que él ya no concurrirá, Duque se ha felicitado de haber arrebatado a la izquierda la proclama de la defensa de los derechos sociales, porque durante su etapa «se extendió la educación universal y gratuita», entre otras políticas. «Colombia no va a tragar con el cuento del pan para hoy porque ya ven el hambre para mañana de otros países» , ha pronosticado, «tengo la certeza de que el populismo no va a triunfar» en su país, ha rematado.

En el encuentro, además de varios ministros del Gobierno de Colombia —los titulares de Industria, Cuyltura, Energía y Medio Ambiente— estuvieron presentes las exministras populares Ana Pastor, Fátima Báñez y Ana Palacio, el vicepresidente de la CEOE Íñigo Fernández de Mesa, el abogado y presidente de la World Jurist Association Javier Cremades, el periodista Juan Luis Cebrián o el presidente de la patronal gallega, Juan Manuel Vieites, entre otros.

Antes de la agenda religiosa en el templo compostelano, Duque visitó la sede institucional de la Xunta, el Pazo de Raxoi, y mantuvo un encuentro de trabajo con el presidente gallego, de donde salió una futura visita oficial de Feijoó a Colombia para estrechar lazos comerciales de Galicia con el país iberoamericano, y la posibilidad de encontrar oportunidades de negocio para los sectores forestal, naval, pesquero y de servicios.