El filántropo olvidado

«Casi todos los vecinos de Monforte hemos pasado por sus manos. Nunca mejor dicho» , explica a este periódico un vecino de la localidad, al tiempo que define a García Alba como un médico «de los de antes» . «Para él no había horarios, ni festivos, ni fines de semana. Lo llamabas y enseguida venía a casa» , relata. Una dedicación y cercanía con los pacientes que hizo que su nombre se hiciera cada vez más conocido en la provincia, hasta el punto de que muchas mujeres de la comarca optaban por dar a luz a sus hijos en su clínica de Monforte en lugar de en el hospital público de Lugo capital. «Tenía un pacto moral y psicológico de que el parto no le podía costar a ninguna mujer más de lo que le costase ir a Lugo y volver después a su casa» , confiesa Matías García Alba.

Con él ejerciendo como médico y anestesista y su mujer en el papel de comadrona, el boca a boca hizo que la clientela aumentase como la espuma, por lo que optaron por echar raíces en Monforte dejando atrás la idea de trasladarse a la capital de la provincia para abrir una nueva clínica.

Tras su jubilación en 2005 este doctor lucense admite que no echa de menos ningún tipo de homenaje ni reconocimiento público después de más de medio siglo dedicado a la medicina. Prefiere disfrutar de dar conferencias a estudiantes y profesionales o acompañar y asesorar a uno de sus seis hijos, Manuel García Fantini, que al igual que tres de sus hermanos decidió continuar la saga familiar dedicándose a la medicina. Considerado uno de los mejores profesionales en el ámbito de la cirugía vertebral en Galicia, García Fantini decidió abrir el año pasado u na clínica en Monforte llamada «Doctor Matías» en homenaje a su padre . «Le puso mi nombre por agradecimiento a la gente de la localidad. Yo le llamo la clínica del agradecimiento porque es una clínica que abrimos gracias a Monforte de Lemos y la comarca que funda. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia Monforte , apunta.