Más de 150 infectados y todo el pasaje de un avión confinado por el brote balear

La cifra de infectados se incrementó notablemente este miércoles, una vez que estuvieron disponibles los resultados del cribado al vuelo que, procedente de Palma de Mallorca, aterrizó la víspera, el martes, en el aeropuerto santiagués de Lavacolla. Inicialmente se informó de que las 86 PCR realizadas correspondían a otros tantos estudiantes, pero ayer Sanidade matizó que se trataba del grueso de un pasaje compuesto por algo más de 100 personas. De esas 86 PCR, más de la mitad, 49, dieron positivo. A su vez, de dichas pruebas, 33 correspondieron a 49 estudiantes (dos de cada tres) con una «relación clara» con el macrobrote balear. Todos ellos accedieron a someterse a la prueba. De estos 33 chicos, que pasan a engrosar el sumatorio de infectados durante su viaje de fin de curso, 19 corresponden al área de Pontevedra y los 14 restantes, a la coruñesa, informó Sanidade. Las otras 16 PCR positivas, recogidas minutos después de que el avión tomara tierra el martes, corresponden a otros pasajeros del vuelo. Están «en estudio», apuntó Durán Parrondo, para «caracterizar» si guardan relación con el brote.

En cualquier caso, todas las personas que llegaron a bordo del vuelo Palma-Santiago del martes, a excepción del piloto y tripulación de cabina, adquieren consideración de «contactos estrechos», por lo que el protocolo que se aplica en Galicia es claro: marca cuarentena y PCR . Tal y como desgranó Durán Parrondo, si una PCR es positiva, la persona en cuestión se considera «un caso y se aísla y se estudian los contactos». Si la prueba resulta negativa, guarda igualmente cuarentena y a las 72 horas se repite la PCR. Si a su vez resulta positiva, vuelta a la primera casuística: se considera igualmente como un caso y se aísla. Si fuera negativa, se abren dos escenarios: si dentro del grupo todos sus integrantes dan negativo, se descuarentena a todos ellos; pero si hay algún integrante positivo, todo el grupo sigue cuarentenado.

A la responsable de Saúde Pública se le inquirió por la pertinencia de embarcar a un grupo de estudiantes, que potencialmente podían estar infectados, junto con el resto de pasajeros a bordo de un avión. Durán Parrondo remitió al protocolo, y subrayó que «con independencia de que la persona que viajó», por ejemplo en el vuelo del martes, « hubiese tenido o no una PCR negativa ya hecha en origen, siempre se va a hacer una en destino ». Cuando menos, se oferta una a todos los pasajeros. «Es lo que puedo comentar», apostilló.

Por lo de pronto, el Sergas tiene planeado realizar esta misma semana más de 11.000 cribados para acotar la propagación del virus a partir del macrobrote, pero es «probable que esta cifra se incremente en los próximos días». Dentro del descalabro, la parte positiva la aportó el gerente del Sergas, José Flores: por el momento no se está registrando una «repercusión» en el plano asistencial, con 44 pacientes hospitalizados en planta y 10 en UCI, de acuerdo con el último balance. Esto se traduce en una ocupación, respectivamente, del 0,65% y el 1,07%, según datos de este miércoles del Ministerio de Sanidad.

Por lo que respecta a las variantes a las que se adscriben estos contagios, Durán Parrondo remarcó que todavía se están secuenciando, pero ya hay constancia de que algunos se corresponden con la Delta . Una mutación de origen indio que, recordó, ya había penetrado anteriormente en la Comunidad, con más de una veintena de casos previos. Vigo fue, de hecho, el puerto de entrada en España.

El impacto del macrobrote, conocido hace una semana, ha ido escalando en apenas un puñado de días . El viernes, el conselleiro Julio García Comesaña —este miércoles en Madrid, para participar ‘in situ’ en el consejo interterritorial de salud— cifraba el volumen de afectados en el «orden de los 50 casos». Durante el fin de semana la cifra que manejaba Sanidade subió moderadamente, a 70. Era el principio.

El lunes, a la espera de divulgarse los resultados de los primeros cribados, Comesaña comentaba que la situación apuntaba a ser «menos grave» de lo esperado en un primer momento, cuando admitió que el brote era de «unas dimensiones que no estábamos acostumbrados a manejar». Sin embargo, pronto se rebasó el centenar de casos. El martes, con el foco trasladado a Lavacolla, se llegaba a 108.Cifra que no tardó en quedar desfasada. Tanto que, este miércoles, había triplicado aquellos 50. Los contagios « no dejan de crecer », concedió de forma muy explícita Alberto Fuentes, secretario xeral técnico de Sanidade.

La doctora Marina Varela fue la encargada de ponerle voz al comité clínico, reunido la víspera. La facultativa hizo un llamamiento para no descuidar el uso de la mascarilla en exteriores cuando no se den las condiciones oportunas. «Debemos continuar hasta el último momento y hasta el final de la pandemia» observando esta medida, advirtió, así como las ya consabidas (distancia, higiene). Especialmente, la población joven y todos aquellos aún por vacunar. « Cada vez que el virus se replica, aumentan las posibilidades de aparición de nuevas variantes », alertó.