ERC ya plantea la negociación con el PSC y recela del plan de Junts para quedarse con la Mesa

En este escenario, la celebración de las elecciones europeas ha introducido en el proceso de negociación para la constitución de la Mesa del Parlament (10 de junio) y la sesión de investidura (25 de junio fecha límite) una pausa que, a falta de conversaciones formales, está propiciando confusión y ruido interesado, propagado por Junts.

Al respecto, la posibilidad de que llegue a conformarse una Mesa del Parlament de mayoría y presidencia independentista se antoja como un camino de escaso recorrido, algo que trata de alentar Junts en un intento desesperado para que, controlando la Mesa, Carles Puigdemont llegue a presentarse a un primer debate de investidura.

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La operación, fácilmente desactivable si, por ejemplo, el PSC explora mayorías alternativas con el PP que trasladarían de manera más fiel a la Mesa el resultado del 12M, está tapando la que es la verdadera disyuntiva a la que se enfrentará la política catalana en las próximas semanas: habrá gobierno de Salvador Illa en minoría con el apoyo de ERC en la investidura, o habrá repetición electoral en octubre. Otras opciones son ahora inviables.

Fuentes de la dirección republicana consultadas por ABC subrayan que, pese al elemento de distracción entorno a la Mesa, el debate sobre la investidura es el nuclear, y que el mismo solo se retomará tras la constitución del Parlament el día 10, ante la imposibilidad, por razones electorales obvias, de abordarse antes de los comicios europeos.

En cuanto al debate sobre la Mesa y la oferta de frente independentista alentada por Junts, desde ERC vuelven a lamentar que todo gire alrededor de la figura de Carles Puigdemont. «Les da igual todo: presentarse a la investidura para perder es un sinsentido político», apuntan en Esquerra. «La presidencia es importante, pero también qué mayorías hay en la Mesa», añaden.

Lo que sí se ha producido en los últimos días es una novedad relevante, planteada de manera directa por la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que si bien amenaza al PSC señalando que no temen la repetición electoral -lo razonable en el arranque de una negociación-, el pasado sábado ya dibujaba las condiciones que trasladan al PSC para apoyar a Illa. «Este es el debate sustancial, y no el de la Mesa. Qué condiciones plantea ERC al PSC», subrayan fuentes políticas y confirman desde ERC. El marco de la negociación entre socialistas y republicanos comienza pues a definirse.

Al respecto, y de manera significativa, Rovira habló el sábado de «soberanía fiscal» y de una financiación «justa y singular» para Cataluña, no tanto de referéndum, algo que desde ERC se apunta que entra dentro de los términos de una negociación que debería ser asumible para el PSOE y el PSC, partido este último que en su programa ya plantea la creación de una agencia tributaria conjunta Estado-Generalitat que recaude todos los impuestos. Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también se ha comprometido a mejorar la financiación de Cataluña.

Que ambas cosas puedan envolverse en un paquete aceptable para ERC, que plantea algo para Cataluña «que ya existe en España» -recuerdan en el partido en alusión al sistema de cupo vasco y navarro-, se perfila como el meollo de la negociación que, se da por hecho, va a abrirse a partir del 10 de junio. Que el acento se ponga en la financiación y no en un referéndum de autodeterminación que sí podría suponer un escollo inasumible de salida apunta a unos términos de negociación entre ERC y el PSC ahora más esperanzadores para Illa.