El PSOE encaja las amenazas de Junts como parte de su «estrategia electoral»
Los de Puigdemont amagan con bloquear a Sánchez si no les entrega la Generalitat
Feijóo confía en que «la Justicia y la Unión Europea derroten a la ley de Amnistía»

La Moncloa no está en juego. Cuando pasen las elecciones europeas del 9 de junio se calmarán las aguas. Eso creen en el PSOE respecto a las advertencias por parte de Junts de que la estabilidad del Ejecutivo y su capacidad legislativa está en sus ... manos. Y, sobre todo, del 'consejo' que ayer envió Toni Comín, candidato de Junts en la cita del 9-J pero que no forma parte de la dirección del partido, respecto a que sería bueno que los socialistas, a pesar de haber ganado las elecciones catalanas del 12 de mayo, dejaran con su abstención que Carles Puigdemont fuera elegido presidente de la Generalitat de Cataluña. Una sugerencia que sonó a amenaza en algunos foros políticos y que se sumó a las condiciones que Marta Rovira (ERC) avanzó, también ayer, de cara a una futura negociación con los de Salvador Illa, para la investidura de este: referéndum y concierto económico. Pura «estrategia electoral» para los socialistas, según comentan fuentes del partido. En Ferraz se acogen también a que se trata de una «opinión personal» del exconsejero, uno de los beneficiados de la ley de Amnistía, y que así lo dejó claro él mismo en sus declaraciones.
Tal y como expresaron un minuto después de que la ley para el olvido legal de los delitos relacionados con el 'procés' se aprobase el jueves, definitivamente, en el Congreso, los nacionalistas catalanes han pasado página y ya han fijado el próximo objetivo. Será doble y se jugará en Madrid y en Barcelona. Por un lado, avanzar hacia el referéndum de secesión, que es el punto nuclear, al margen del resultado que esta consulta hipotética pudiera arrojar, y, por otro lado, hacerse con la Generalitat, una vez que el Gobierno sigue tan débil como antes de la votación de la Amnistía. Lo dijo Junts cuando firmó el acuerdo de investidura con Sánchez en Bruselas. Nada compromete a que la legislatura dure, se verá votación a votación. Y votación pasada y ganada, es tema olvidado.
Así, Comín avisó este viernes de que «lo más inteligente» es que el PSOE facilite la investidura de Puigdemont en el Parlament, obligando al PSC a abstenerse, al menos, si Sánchez quiere continuar con el apoyo de su partido en el Congreso del que depende para la aprobación de leyes orgánicas. «De acuerdo con el pacto firmado en Bruselas y analizando la situación política en Cataluña, mi conclusión es que lo más coherente es facilitar la investidura de Puigdemont», señaló durante una rueda de prensa organizada por Efe con motivo de la cita electoral.
Por si este aviso a navegantes no fuera suficiente, o quedasen dudas, Comín añadió: «Creo que el PSOE es inteligente y lo hará». Nadie respondió en público al órdago del candidato de Junts. Tampoco desde el PSC, partido que guarda un escrupuloso silencio, incluso en lo relacionado con la negociación de la Mesa del Parlament. Un mutismo que, previsiblemente, se 'curará' tras las elecciones. Comín recordó que en el acuerdo firmado en Bruselas, donde se decidió la investidura del candidato del PSOE, se especifica que «la estabilidad de la legislatura en España está condicionada al cumplimiento del acuerdo» con Junts, si bien es cierto que en el documento no se especifica que el PSC tenga que renunciar a la presidencia autonómica, en caso de ganar las elecciones, como es el caso. Sin embargo, Comín insistió ayer: «Si el PSOE es inteligente, la primera investidura será la del presidente Puigdemont».
Coincidiendo con estas declaraciones de Comín, Marta Rovira, secretaria general de ERC y que sigue fugada de la Justicia desde 2017, señaló, en una entrevista para RAC1, que sus diputados en la Cámara catalana no apoyarán al candidato socialista si este no les ofrece «ir hacia un referéndum» y un cambio en la financiación de la Generalitat que permita a la administración autonómica tener un concierto económico con un cupo o, en palabras de la dirigente independentista, «una financiación singular, nacional y catalana para nuestro país».
La número dos de ERC defendió que su partido «ya dijo dónde consideraba que debía estar en función de los votos que hemos recibido, que es en la oposición política», aunque no cerró la puerta a votar a Illa como presidente, que sumando sus diputados a los de Sumar y el PSC llegarían a los 68 votos, mayoría absoluta justa. De ahí que, dijo, en cualquier caso, ERC actuará «en coherencia». Una coherencia que concretó: «ERC no hará presidente a Salvador Illa, ahora mismo. Y la gente sabe que si quiere algo de ERC ya sabe dónde la encontrará, la encontrará defendiendo esta vía de resolución del conflicto político para ir hacia un referéndum y la implementación de la amnistía para acabar con la represión política, defendiendo, que ahora toca más que nunca, una financiación singular, nacional y catalana para nuestro país». Y si no, sin «miedo» a una repetición electoral.
A corto plazo, Junts tiene un margen de maniobra escaso para torpedear la legislatura, en la que el Gobierno ya ha retirado una ley tan importante como la del suelo. Sólo cuando se negocien los Presupuestos tendrán la baza de tumbar al Ejecutivo.
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