El presidente de Castilla La Mancha y líder del PSOE en la región, Emiliano García-Page, ha lamentado que la gobernabilidad de España «dependa de un prófugo de la justicia», en clara referencia al expresidente catalán Carles Puigdemont.
Así, en relación a la dependencia de su partido del voto afirmativo de Junts per Cataluña —formación dirigida por Puigdemont— ha dicho que es «triste en términos generales», puesto que «puede decidir en el Estado sin renunciar a acabar con el Estado».
De cara a la futura sesión de investidura, donde los socialistas buscan revalidar la 'mayoría Frankenstein', defiende que desconoce qué le pasa por la cabeza a Pedro Sánchez, pero ha advertido que el PP se ha «casado con Vox más de lo que quería Feijóo», lo que supone una «coartada perfecta para intentar blanquear otro tipo de extremismos».
El presidente de Castilla La Mancha asegura «detestar todos los extremos», defiende como «lo más razonable» el «sentido común» ante una legislatura que «sin duda, si es que se abre, si hay investidura», va a ser la «más vertiginosa y montaña rusa» de las que ha vivido. Con todo, cree que «se impondrá la lógica de que no haya unas segundas elecciones», y añade que «da la impresión de que no ha ganado nadie».
La Mesa del Congreso
Sobre las negociaciones para formar la Mesa del Congreso de los Diputados, espera que sea «un reflejo de la mayoría y de la pluralidad» del Parlamento, pero la Presidencia no ha de ser simbólica, ya que es «la tercera autoridad del Estado».
Tras lamentar la renuncia de Meritxell Batet a revalidar la Presidencia, asegura que el PSOE ya debe de tener un candidato alternativo, «como lo tendrá el PP por su lado». «Que el presidente sea tercera autoridad del Estado implica defender el Estado, no cuestionarlo. Entiendo que quien quiera cuestionarlo no está en condiciones de ser la tercera autoridad», ha zanjado.
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