Elda Mata, presidenta de Societat Civil Catalana: «La Constitución no es un chicle, no todo vale»
La entidad llama a salir de nuevo a la calle contra las cesiones a los nacionalistas
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Elda Mata, presidenta de Societat Civil Catalana
La entidad que con su llamamiento en 2017 llenó las calles de Barcelona, el 8 de octubre de hace seis años, vuelve a pedir a los catalanes, en particular, y al conjunto de los españoles, en general, que salgan de sus zonas de confort, ... tomen la calle y digan «no» a la amnistía y las restantes cesiones (exigencias) que los partidos independentistas piden al PSOE. Elda Mata es la presidenta de Societat Civil Catalana y atiende a ABC tres semanas antes de la manifestación con la que se quiere poner de manifiesto que, incluso los simpatizantes y los votantes socialistas, no están a favor de que Pedro Sánchez cambie amnistía por seguir en La Moncloa.
—¿Se cuenta con los partidos para la manifestación del 8 de octubre?
—Tenemos comunicación permanente con ellos, pero no estamos supeditados. Societat Civil Catalana toma sus propias decisiones y no discutimos, con unos o con otros, lo que tenemos que hacer. Sí les trasladamos nuestra preocupación por la situación que se vive. Ha sido la Junta Directiva la que, tras reflexionarlo, decide convocar la manifestación.
—¿Por qué ahora?
—Porque no parece que la situación política vaya a ir a mejor. Más bien lo contrario. Estamos en los límites, la Constitución no es un chicle, no todo vale, y se está despreciando al Estado de derecho. Los poderes del Estado tienen que respetarse entre ellos. Los políticos se dedican a ceder a los nacionalistas en lugar de solucionar un tema que quedó abierto en la Constitución, como es el asunto territorial. Los políticos, cuando no están en el Gobierno, confiesan que las cesiones no son positivas, pero cuando han estado gobernando han utilizado los votos nacionalistas, que no tienen como objetivo mejorar España.
—Usted lleva tiempo diciendo que el 'procés' no ha acabado...
—Desde hace cien años sabemos que los problemas políticos de España están en Cataluña. La deslealtad de los nacionalistas es de largo recorrido. Hablamos de la Transición, que es lo que más conocemos, pero el problema seguirá mientras no se cierre el tema territorial. No es un asunto nuevo. Pero la estrategia política del PSOE y el PP es de vuelo gallináceo, lo que nos lleva a una situación de desamparo. ¿Tanto cuesta centrarse en los mínimos comunes? Parece que sí, solo ceden, ceden, ceden a los nacionalistas... Lo que vemos desde la sociedad civil es que hay una desconexión total de los partidos con la ciudadanía. Están alejados de la realidad.
—¿Existe miedo en la sociedad?
—Sí. En Cataluña existe la muerte civil. Si no, ¿cómo se entiende que no se cumpla la ley de banderas en gran parte de Cataluña? Es el propio Estado el que considera que esto no es importante, por lo que se deriva que tampoco es importante estirar o retorcer la Constitución si uno u otro partido llega o mantiene el poder.
—La manifestación es contra la amnistía, ¿es una cuestión de fondo o, si la amnistía fuera legal, protestarían igualmente?
—Podría ser que lo de la amnistía fuera un globo sonda político, pero la realidad es que está sobre la mesa. Societat Civil se mueve en el marco legal y los juristas nos dicen que la amnistía no es legal. El drama es que no se propone como mejora para la sociedad sino como cesión a los nacionalistas, que quieren romper el país, para que el PSOE esté en el Gobierno. Nuestros gobernantes no tienen un criterio propio.
—Y la amnistía es solo el principio de la negociación con Junts...
—Llevamos así 45 años. Cediendo, que no negociando. PP y PSOE se sientan con los nacionalistas para ver qué pueden ceder para, a cambio, poder gobernar. Pero no se negocia nada. Las negociaciones están en los ámbitos regulados entre el Gobierno y las comunidades autónomas. Y aquí, los nacionalistas no quieren sentarse, porque se creen más, son supremacistas. Es vergonzante. Nadie propone a los nacionalistas que no pidan, sino que los dos grandes partidos dejen de ceder.
—A pesar de todo, el independentismo tiene menos apoyo popular.
—Es la oportunidad, real, para proponer sobre la mesa propuestas de futuro para España. ¿Para que tienen tantos 'think tanks'? Deberían estar pensando en cómo conseguir que todos los ciudadanos fuéramos libres e iguales. Sin pactar con los que no están dentro del marco constitucional. No se puede seguir con las luces cortas. Societat Civil no quiere convocar manifestaciones, quiere fomentar los vínculos comunes...
—¿Esperan que el PSC acuda a la manifestación del 8 de octubre?
—No hemos convocado a partidos y sí a asociaciones constitucionalistas. Pero sobre todo a ciudadanos que no estén contentos con la situación política. El lema es 'No en mi nombre' y ahí no se especifica si se es de uno u otro partido. No hemos hablado con ningún partido. Todos los ciudadanos españoles serán bienvenidos, independientemente de su filiación.