Cumbre de Patriots: banderas flamencas, un Milei fugaz y el «torero Abascal»
La irrupción de una activista de Femen al grito de «ni un paso más al fascismo» fue una de las sorpresas de un acto multicolor y plurilingüe
Abascal y sus socios europeos se abrazan a Trump para lograr «la reconquista»
Cientos de banderas coparon los asientos de la cumbre de Patriots en Madrid
Con el cartel de completo colgado desde hace días, el hotel Marriott Auditorum de Madrid rebosaba de actividad este sábado a primera hora de la mañana. Grandes lonas azules de Patriots sustituían al verde habitual de Vox, y el inglés y otras lenguas europeas ... se mezclaban con el español en los pasillos del complejo, en la vía de servicio de la A-2. De ello no era ajeno Santiago Abascal, acompañado siempre de traductores para poder compartir comentarios y confidencias con sus aliados internacionales.
Los asientos del auditorio, con unas 2.000 plazas para el público, habían sido decorados con banderas de todos los países con representación en Patriots. En total, once naciones. La española era la bandera más numerosa. Y una excepción: en vez de la enseña de Bélgica, la representación del país estaba a cargo de la bandera flamenca, con el león negro sobre fondo amarillo. Fue una petición expresa de los miembros belgas de Patriots, Vlaams Belang, partido independentista flamenco. Sin embargo, ni rastro de ningún representante de la formación en el auditorio y tampoco ninguna referencia a ellos sobre el escenario. También tuvo en el pasado algún desliz independentista el líder de la Lega, el italiano Matteo Salvini, con apoyos al secesionismo catalán, pero que este sábado ya lucía como miembro de honor tras haber sido llamado al orden por Vox.
El hotel había amanecido el sábado con pintadas en su fachada en rechazo a la celebración del acto y muñecos vandalizados con las caras de Abascal y del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. La protesta se trasladó después al interior poco después del inicio de la cumbre, cuando una activista de Femen irrumpió entre el público con el pecho al descubierto durante la intervención del líder del partido Popular Conservador de Estonia, Martín Helme. «Al fascismo ni un paso más», gritaba mientras era arrastrada al exterior.
La estrella de los discursos fue alguien que se encontraba a miles de kilómetros de distancia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque el primero en ganarse al auditorio fue André Ventura, líder de Chega. Con una intervención en español, el portugués no evitó ningún debate y logró encendidos aplausos con referencias a la política interna española. No fue menos aplaudido Orbán, que el viernes se dejó ver en el madrileñomercado de San Miguel y este sábado llenó de confidencias sus palabras. Primero en inglés y después en húngaro, repasó los vínculos históricos entre España y su país y se deshizo en halagos a Abascal:el «torero más valiente» que jamás ha visto. Recordó que, según el mito griego, «Europa fue raptada por un toro» y ofreció al líder de Vox «lidiar juntos» con «este toro». También desde la distancia llegó el aliento del presidente de Argentina, Javier Milei, con su característico «viva la libertad carajo», y de la venezolana María Corina Machado.
El público amenizó la espera de primera hora con gritos de «viva España» y «viva Santiago». «Viva la España de los patriotas», alentaban por megafonía a sus simpatizantes. Las 2.000 butacas estaban ocupadas en su mayoría por personas adultas. Pese a que las encuestas apuntan el avance de Vox en la franja de edad entre los 20 y los 35 años, este sábado no eran mayoría. Tampoco las familias y grupos de amigos que sí se ven en otros actos del partido.
Las entradas habían sido copadas en su mayoría por concejales y cargos orgánicos del partido, que esperaban desde primera hora la llegada de sus líderes. No faltaron las fotografías y selfis con el portavoz nacional y presidente de Vox Madrid, José Antonio Fúster; el diputado Javier Ortega Smith; o el secretario general, Ignacio Garriga, que había llegado este mismo sábado a Madrid en avión y aseguraba que recibía ese aliento desde el aeropuerto. «Ánimo, vamos a ganar», animaba un señor por el pasillo al diputado del Parlamento catalán Alberto Tarradas. Palabras de ánimo que se alternaban con la búsqueda del merchandising con el que volver a casa:gorras, camisetas y llaveros con el logo de Patriots.